Claudia López es una persona de opiniones fuertes, pero cambiantes: un día ama a algo o alguien con todas sus fuerzas y al siguiente lo odia con la misma pasión. Aunque se supone que es “enemiga” de Petro son numerosas las muestras de que López puede cambiar de opinión promoviendo una alianza que acabaría con la candidatura de Fajardo.
Las peleas de Twitter
Una de las características de Claudia López es su vehemencia al enfrentar contradictores: a eso le llaman “cantar la tabla” o “decirle las verdades” en lenguaje más castizo. Pues con Gustavo Petro así ha sucedido y López ha logrado varios titulares en la prensa por las peleas que ha sostenido con el exalcalde: se habla de agarrones, de peleas, de polémicas y de fuertes debates entre ellos dos.
López en algún momento llegó a acusar a Petro de ser clientelista y no le han faltado las palabras para criticarlo por lo que fue su legado en Bogotá.
Lo menos ofensivo que le ha dicho es llamarlo “polarizador” en un discurso donde pretende desmarcarse de la candidatura progresista, vendiendo el discurso de centro que ni ella misma se está creyendo por lo que veremos a continuación.
Pero antes lo defendía
En marzo de 2014 Claudia López defendió con argumentos bastante rebuscados al entonces destituido alcalde de Bogotá Gustavo Petro: ella no dudó en hacer eco de las frases de Petro como “golpe de Estado” o “golpe a la democracia” que ayudaron a cimentar la imagen de “mártir de la democracia” que ha venido construyendo el exalcalde desde esa época.
Claudia López puede decirse que fue pionera en el discurso “es que Colombia ya es como Venezuela”, que ahora suelen utilizan los seguidores de Petro para apaciguar los temores que genera el candidato. Decía que Colombia era una “republiqueta” y que estábamos al nivel de Venezuela por el hecho de no correr a desbaratar el ordenamiento jurídico para reponer a Petro.
Los cambios de opinión de Claudia
Lo más diciente de esa entrevista de 2014 es que López se mostraba como la crítica más acérrima de Juan Manuel Santos: advertía sobre procesos jurídicos de no acatar las órdenes de la CIDH, le auguraba perder la reelección por esa causa y se referían con los peores términos al entonces presidente-candidato llamándolo la personificación de la corrupción.
Pues sucedió que Claudia López cambió de opinión sobre Santos: se montó de manera entusiasta en el bus de la reelección esgrimiendo la excusa de la paz y por contraste con el tiempo se volvió una crítica más del exalcalde consentido de la CIDH denunciando clientelismo en la elección de su sucesor.
La mala decisión de Sergio Fajardo
No es un secreto que la alianza propuesta de manera repetida por Gustavo Petro a Fajardo es una propuesta para hacer el papel de segundón: en ningún momento Petro propuso declinar su propia candidatura presidencial en favor de Fajardo y ahora menos que va liderando las encuestas.
El problema es que Sergio Fajardo no parece estar convencido de esa alianza: en lo poco que se ha mostrado firme durante su campaña es en rehusase a una alianza con Petro. No parece un problema de egos porque las encuestas muestran que ya está quedando fuera de la segunda vuelta, es algo más que declinar su propia candidatura lo que molesta a Fajardo.
El problema es que fue un error haber elegido como fórmula presidencial a Claudia López: así como encontró una excusa para apoyar a Santos lo más probable es que en 2018 encuentre otra excusa para apoyar a Petro.