Se les dijo, se les avisó y se les advirtió desde la primera vuelta lo caro que le saldría al país no apoyar a Gustavo Petro y dar un salto al pasado, pero entre la satánica calumnia e infamia de los medios de comunicación contra Petro —nunca antes en la historia de la humanidad todos los estamentos oficiales y empresariales de un Estado se habían puesto de acuerdo para destruir a un inocente de esta manera— y la envidia y la mezquindad de la coalición de Claudia, Robledo y Fajardo —que no tenía otro objetivo que boicotear como efectivamente consiguieron la segura presidencia de Gustavo Petro— se conjugó el infierno en el que estamos hoy.
Claudia no puede decir que no sabía a lo que estaba jugando cuando acusó a Petro de ser el Chávez colombiano, lo cual es rotundamente falso. El M-19 nunca fue comunista, fue una guerrilla de burgueses e intelectuales nacionalistas de formación católica, por ende su argumento no solo era falso e injusto sino además profundamente ignorante.
Además, dedicó su discurso a calumniarlo y atacarlo en vez de proponer y divulgar su plan de gobierno. Yo nunca supe qué era lo que haría Claudia en el gobierno, además de evitar que Petro fuera presidente. O es una imbécil, y no merece ser presidente, o es una perversa miserable, y tampoco merece ser presidente.
Si Claudia le creyó a Duque que apoyaría los siete mandatos ciudadanos de la consulta anticorrupción, respaldados por más de 11 millones de votos libres, o es una imbécil, y no merece ser presidente, o es una perversa miserable que fingió (y es además una magnífica actriz) y tampoco merece ser presidente.
Seguimos esperando (sentados para no cansarnos) las excusas y los pedidos de perdón de Claudia por el daño infinito que le ha hecho al país.
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Mujer enferma de soberbia, le entregaste Colombia a ese fascismo genocida que tanto dices odiar y combatir.
El país no merecía que hicieras esto, dividiste la opinión, te llevaste votos independientes, alimentaste la paranoia contra el fantasma del castrochavismo, y cuando quisiste rectificar fue demasiado tarde.
Con tiempo se te advirtió, se te suplicó, se te rogó, se hicieron marchas para que cedieras, te pusieron serenatas, pero nooooooooooo, tu ego era más que todo eso. Es que no has entendido, no has podido entender, no te cabe en la cabeza, que eres un personaje secundario de la historia, que los dos titanes históricos que se juegan el presente y el futuro del país como un drama homérico son Uribe y Petro, y que solo Petro puede derrotar y detener el avance del fascismo, solo Petro tiene el carisma, el cerebro, la genialidad, el poder, el arrastre, el espíritu, la resistencia, la capacidad de convocar multitudes infinitas que ni volviendo a nacer tendrás jamás.
No entiendes que el Grupo Empresarial Antioqueño y el resto del empresariado que te apoya y te ha apoyado lo hace porque eres una idiota útil, porque no eres un peligro para ellos. ¿No entiendes que te usan, que tus gritos, tus denuncias, tus arranques, no ponen en peligro ni sus intereses, ni sus inversiones, ni su status quo? Tú no cambiarás la estructura injusta, medieval, explotadora, neofascista y esclavista de una injusticia delirante de Colombia, el segundo país más desigual del mundo después de Haití.
Eres sin embargo, a pesar de tus errores, que bastante muertos y dolor que han causado, muy inteligente, valiosa y necesaria para la construcción del nuevo país que queremos construir, pero debes reconocer tus errores y rectificar.
Ni tú ni Fajardo son opción para el 2022, ambos se quemaron con gusto y hasta los huesos.
Petro o nada, él es la única opción, nuestra única esperanza, nuestra última esperanza. Cada día que pasa, los acontecimientos le dan la razón.
Haz hecho un daño infinito, no sigas haciéndolo. Si realmente amas a Colombia, depón tu ego y tu hambre de poder y trabaja realmente por el país.