El 7 de noviembre del 2019 fue el peor día para Claudia Bahamón. Ese día, en la mañana, su papá, el comerciante huilense Germán Bahamón, la había llamado con insistencia pero ella, eternamente ocupada en su casa en Los Ángeles, no le pudo contestar. Dos horas después él volvió a llamarla y contestó: mientras conducía en la vía Magangué-El Cuatro, en el departamento de Bolívar, se accidentó. Ella y sus hermanos le habían recomendado no conducir solo. Don Germán sufría de microsueños y ésta vez diez segundos de reposo involuntario terminaron con un choque a otro auto. Don Germán, rescatado por habitantes que vivían al lado de la vía, salió del auto y alcanzó a llamar a su familia. Después lo trasladaron al hospital de la Divina Misericordia y, pocas horas después murió.
Un año después Claudia lo recuerda todos los días. A veces, cuando va a la finca familiar en Gigante Huila, ve a Don Germán en una de esas ceibas imponentes, frondosas, que ella misma ha sembrado en su bosque propio. Lo abraza y siente a su papá. No se ha ido. Uno no puede amar tanto a alguien que ya no es.
A sus 41 años esta arquitecta de la Universidad Javeriana, demasiado despistada y desprolija en su vida real para ser modelo, encuentra consuelo en la ecología – ha trabajado para varias campañas de Greenpeace- ensus hijos Luca y Samuel y en Simón, el hombre por el que lo dejó todo.
Nunca quiso ser modelo. Fue una vez, en el año 2000, mientras trabajaba para la agencia Sanín Asociados, que caminaba con un perro, en la avenida 12 con 82, con sus jeans rotos, unas plataformas de 15 cm, una mezcla entre Jean Seberg y Cristina Rosenvige, cuando un agente de Calvin Klein la vio en la calle y pensó que podía ser la modelo ideal para una campaña publicitaria. “Qué va, yo no soy modelo” pero la convencieron y resultó siendo uno de los rostros más hermosos de Colombia.
Ni siquiera el modelaje la alejó de la arquitectura, fue precisamente su profesión la que terminó convirtiéndola en presentadora de RCN. Sanín y Asociados encargó unas escenografías para el canal en pleno reinado del 2001. La vio Gabriel Reyes y de una le propuso ser uno de los rostros del noticiero. Entonces empezó una de las carreras más brillantes y reconocidas de la historia de la televisión nacional.
En su apogeo era capaz de hechizar hasta el mismo Chayanne cuando el puertoriqueño era Dios. No daba entrevistas pero era capaz de concederle una a RCN si Claudia Bahamón accedía a protagonizar su nuevo videoclip. Dicen que el cantante se enamoró perdidamente de Claudia pero a ella le gustó fue el director de sus videos, el caleño Simon Brand, quien llevaba más de 10 años siendo el cineasta oficial de Chayanne. Era el 2008 y ahí está el video que encendió la chispa del amor:
La fractura fue tan grande que Chayanne, despechado, no quiso volver a trabajar nunca más con Brand. En el 2009, después de su matrimonio, Claudia Bahamón, una de las mujeres más hermosas y famosas de Colombia, lo dejó todo y se fue tras su amor a Los Angeles en donde él quería labrar una carrera. Y vaya que lo ha hecho, ha trabajado con actores importantes como Jim Caviezel, Joe Pantoliano y hecho películas trascententales como Default.
Claudia se dedicó en Los Ángeles al ecoturismo y a promover campañas de Greenpeace. Desde allí no ha perdido el contacto con Colombia, país al que sigue ligada por ser el rostro oficial de Masterchef. Con Neiva tampoco pierde su amor y, ahora, cree que su nacionalidad es Hollyhuilense. Su intervención en un Canto por Colombia, el concierto en donde los artistas más importantes del país, en donde se protestaban contra las masacres que han teñido de sangre esta tierra en las últimas semanas, fue la que se hizo más viral. Su voz quebrada y su arrepentimiento por haber votado por Duque nos recordó que Claudia Bahamón, por más de que se haya ido hace 12 años, sigue siendo uno de nuestros patrimonios absolutos.