Hace seis meses cuando iniciaron su campaña de recolección de firmas para convocar al pueblo a expresarse contra la corrupción, Claudia López y Angélica Lozano, parecían enfrentar un abismo insondable que no era fácil de cruzar. Se las veía solas, inclusive abandonadas por su propio partido e ignoradas por los demás y por los medios de comunicación.
Ahora, que se aprestan a entregar cuatro millones de firmas recogidas una a una, por voluntarios de todo el país que fueron mandando los formularios como moneditas para llenar una alcancía, ni ellas mismas se lo creen. ¿Qué pasó? ¿Cómo lograron generar este tsunami de apoyo popular?
Aventuro varias explicaciones para ese éxito inesperado, pero todas ellas tienen que ver con ese par de parlamentarias que están revolucionando la forma de hacer política en Colombia porque rompen todos los paradigmas de la tradición electoral y partidista.
Ellas mismas son un caso raro, pareja homosexual abierta y orgullosamente declarada, sin temor a la discriminación o al rechazo, no vienen de familias ricas, ni apellidos tradicionales. Tanto así que Claudia López hizo un esfuerzo mediático para distanciarse de Clara López, otra candidata que por tener el mismo apellido podría confundir a los electores.
Claudia, es precandidata a la presidencia, pero ha logrado que esta recolección de firmas no parezca un apéndice de esta candidatura, hasta el mismo Antonio Navarro, precandidato también del mismo Partido Verde, se unió a esta recolección sin ningún temor. Es decir que las firmas se recogieron sin envidias, ni egoísmos, sin cantar victorias personales. Lograron mostrar que puede haber causas colectivas para unirnos y eso en parte explica el éxito de la recolección de firmas.
Que estamos cansados de la corrupción, también es evidente. Cuando se recogían las firmas y yo misma lo experimenté, la gente por lo general contestaba, ¿para bajarle el salario a los congresistas? ¡Claro que firmo!, ¿para que vayan a la cárcel de verdad!, dónde hay que firmar… y así enfáticas eran las respuestas a la explicación de cada uno de los siete temas incluidos en la consulta popular que se va a convocar por iniciativa de Claudia y Angélica.
¿Para bajarle el salario a los congresistas? ¡Claro que firmo!,
¿para que vayan a la cárcel de verdad?,
dónde hay que firmar…
Por supuesto los escándalos del momento Odebrecht, Reficar, los carteles de la hemofilia, los saqueos a varios departamentos, ayudaron a generar este clima de rechazo a la corrupción. El pueblo se cansó de ver cómo saquean impunemente los recursos públicos, pero son mezquinos con los alivios que la gente reclama. Es evidente que tomaron el toro por los cuernos al proponer cosas reales para detener tanto bandidaje.
Otro aspecto que ayudó al éxito en la recolección de firmas fue la utilización de las redes sociales, algo que Claudia y Angélica hacen de maravilla. Tal vez por su juventud saben más de la política virtual que de la vieja plaza pública, con lechona y cerveza. Se pensaba que lo virtual es solo para clases altas y ciudades grandes, pero ellas demostraron que no es así: su mensaje fue llegando, pueblo a pueblo, celular a celular, trino a trino y voz a voz, hasta alcanzar una masa crítica que le da hoy su respaldo.
Queda un largo camino por recorrer, con varios obstáculos difíciles, entre ellos la candidatura presidencial de Claudia y el posible retorno al Congreso de Angélica. De la inteligencia con que manejen esto y sus posibles inhabilidades saldrá el éxito de la consulta que deberá ser convocada en un plazo no superior a un año, después de verificadas las firmas.
Por ahora, felicitaciones a este par de luchadoras. Sigan así, en el sitio en el que estén, lleguen a la Presidencia o al Congreso, son un aire de renovación que le hace mucho bien a Colombia. ¡Gracias!
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