Bogotá hizo historia. Y no es cualquier historia. La historia de Claudia López, la nueva alcaldesa de Bogotá, es la historia de las mujeres colombianas, las mujeres bravas, valientes, que no se rinden. Es la historia de las mujeres que le han plantado cara a la guerra y que han mantenido este país en pie a pesar de sus desgracias.
El perfil oficial de Claudia López es bien conocido: es una mujer brillante, con un recorrido académico extraordinario y una carrera meteórica sin comprar votos y ni vender principios. Pero es más emocionante su perfil no oficial, su lado más íntimo. Claudia hoy venció al extremismo, venció al oportunismo, venció a la corrupción, venció a la homofobia, al clasismo, a las maquinarias, a las cunas políticas. Y venció con la misma entereza con la que superó los obstáculos de su niñez, la escasez, la violencia, las amenazas, el cáncer y el destierro.
Claudia llega a la alcaldía con una victoria estratégica por varias razones. La primera, porque llega sin deudas. No le debe nada a Peñalosa, que apostó doble por Carlos Fernando Galán y por Miguel Uribe Turbay. Pero tampoco le debe nada a Petro, quien no solo perdió el pulso, sino que salió quemado, y eso es fundamental para conservar el margen de negociación con los sectores más conservadores.
La segunda, porque ganó con una votación arrasadora, que supera por mucho a sus predecesores. Mientras que por ella votaron 1.108.541 ciudadanos, Peñalosa llego con 903.764 (200.000 menos), y Petro con 729.308 (casi 400.000 votos menos). Esa confianza le proporciona la gobernabilidad que necesita para formar un gobierno incluyente, soberano, fuerte y sin compromisos.
La tercera razón, pero la más importante, es que, cómo no tiene deudas ni patrones, llega a la Alcaldía con una agenda verde genuina, urgente, de futuro, comprometida con los páramos, con el agua, con el aire limpio, con el transporte eficiente, pero también con la vida, con las personas más vulnerables, con la sostenibilidad.
Galán, en un discurso muy honorable, ha prometido apoyarla,
y a Miguel Uribe Turbay, le conviene hacerlo.
Galán y Uribe Turbay son grandes vencedores en esta jornada
Y luego está el potencial que tiene de formar un gran gobierno de unidad por Bogotá: Galán, en un discurso muy honorable, ha prometido apoyarla, y a Miguel Uribe Turbay, le conviene hacerlo. Galán y Uribe Turbay son grandes vencedores en esta jornada. Nadie daba nada por ellos al principio de la contienda, y ambos superaron por mucho todas las expectativas. Galán sacó un millón de votos, lo que lo lanza a las grandes ligas de la política. Uribe Turbay, con un solo periodo en el Concejo y un breve paso por la Secretaría de Gobierno, se destacó mucho en los debates y sacó nada menos que 426.982 votos, lo que es extraordinario para alguien con su trayectoria.
La gran incógnita es que hará Hollman Morris. Morris hizo una campaña muy importante, a mérito propio, y denunció unas irregularidades en el proceso de licitación del metro que la alcaldesa no podrá ignorar. ¿Se independizará de Petro para formar alianza?
Claudia le ganó el pulso de la elección a Gustavo Petro y a Álvaro Uribe, quienes resultaron incapaces de transferirle sus votos a los candidatos que respaldaron. Pero, ¿sobrevivirá a su oposición feroz? Tendrá que operar con transparencia y defender su territorio con valentía para no dejarse ensuciar, que es el modus operandi del asesinato de carácter, en el que ambos son maestros.
Con Claudia López han perdido los extremistas, los profetas del odio, los varones electorales, los políticos a los que les conviene la violencia y el desastre, porque es ahí donde pelechan sus discursos de miedo. Es posible hacer política de otra manera. El país se cansó del veneno y la polarización paralizante. ¡Hemos ganado todos!
