Otra vez la desconcentración volvió a aparecer en los últimos minutos. El partido estaba controlado, Perú nunca disparó al arco. No creó opciones. Y justo un tiro libre indirecto que no supo entender ni James ni Ospina no solo nos quitó el tercer lugar de la eliminatoria sino el séptimo del escalafón FIFA. Nos jodió. El partido era maravilloso. James volvió a demostrar porque fue el goleador del último mundial. No solo por el gol sino por el sacrificio. Falcao metiendo pierna y testosterona, Duván Zapata impresionante, con personalidad, un roble. Los defensas centrales también estuvieron a la altura pero justo en el único disparo al arco otra vez Ospina la embarra. Aunque antes el que la embarró fue Fabra, eso sí, nunca hubo falta y van y nos empatan.
Triste, el país celebra pero yo pienso en el mundial. Lo único positivo del empate es que Perú se fue al repechaje y Chile quedó por fuera. Me caen gordos los jugadores chilenos, son muy creídos y hasta pinochetistas. El único que me gustaba era Carlos Cazely, el delantero que le hizo resistencia a la dictadura de derecha. Por eso me gustó el empate de Paolo Guerrero.
El país celebra, Colombia está borracha, pero no se da cuenta que aunque clasificamos al mundial perdimos. Hoy ganar es perder un poco. Ya no aprovecharemos el papayazo del mundial de Brasil, en donde teníamos un grupo más que accesible con Grecia, Costa de Marfil y Japón. Ahora deberemos caer contra Alemania, Francia o los anfitriones los rusos. Qué miedo.
Sí, soy un amargado. Soy un amargado solo porque pienso en el futuro. Colombia sigue sin gustarme. Le empatan y le remontan un resultado con mucha facilidad y no se nos olvide que de los últimos 12 puntos ganamos tres. Pasamos de chiripazo. Si quieren celebren. Yo me quedaré pensando en lo que pudimos ser y no fuimos