Oiga, ahora el hampa tiene jerarquías, clases, estatus. El que no tiene capital para armar una banda medianamente decente, con una mínima complejidad organizativa, con sus pistolas y motos, para fletear y robar vehículos, pues se consigue un ‘chuzo’ normalito, se para en cualquier esquina olvidada de Dios, se encomienda al Altísimo y le pide que le mande alguna estudiante despistada hablando por su iPhone.
De todo en la Viña del Señor
Entre los malandros de alcurnia, están los que reciben el botín directo de Odebrecht, y se reparten los contratos entre hermanos, cuñados, primos y hasta a la abuela misma la ponen a facturar, y están los mandos medios del aparato corrupto del Estado que viven esperando las migajas que caen de los escritorios más importantes, los billeticos de 50 mil de vez en cuando, los viernes por la tarde, el ‘puestico’ para el hijo…
Bandas buenas
También en la calle están los que se fijan en las motos buenas, los que tienen cierta capacidad logística para hacer seguimientos, labores de inteligencia, distribución de papeles y responsabilidades. Son gente bien vestida, es decir con ropa cara, aunque de pésimo gusto, que cuelgan el Facebook sus poses, su fajo de dinero, su revólver. A los que les gusta salir en las páginas judiciales, y muestran sus fotos con orgullo.
Ladrones humildes
Entre los extorsionistas están los que se mueven entre empresarios y profesionales adinerados, pero como la cosa está tan difícil, están los que extorsionan humildemente; por un ‘celu’, o por una bicicleta. Así cayó alias ‘Pitufo’, que lo cogieron en el José María Obando, en el mismo instante en que recibía 450 mil pesitos por el marco de una bicicleta que habían robado con un colega en el cerro de las Tres Cruces.
Grandes ligas
Quién sabe lo que le espera a ‘Pitufo’, con un poco de suerte cae a San Isidro, (lo más probable es que no), y tiene la alegría de toparse en el penal con gente de la clase alta, y tal vez así, algún día aspire a llevarse un botín mas decente.