El derecho a la intimidad y privacidad es un derecho de todas las personas sin excepción. Se trata de un espacio individual en el que cada persona puede desarrollar y expresar su intimidad.
En muchas ocasiones las personas con necesidades de apoyo encuentran dificultades para acceder a un tiempo y un espacio de absoluta privacidad, en gran parte porque para satisfacer sus necesidades dependen de otras personas cuando estos cuidados personales se realizan sin reconocer la necesidad de intimidad y se cae en el riesgo de transgredir y confundir los límites entre lo público y lo privado.
Otro factor que juega en esta falta de límites es la tendencia lamentablemente muy instalada en nuestra cultura a infantilizar a las personas con necesidades especiales dándoles pocos espacios de autonomía personal incluso cuando ya han llegado a una edad adulta esta situación hace que los niños niñas y jóvenes vayan aprendiendo estas pautas de conducta como si fuera lo natural y se les dificulte distinguir entre lo que se puede o no hacer en unos u otros contextos.
“Cada día cobra más importancia el respeto a la intimidad o vida privada. Los medios de comunicación han sobrevalorado el derecho a la información invadiendo aspectos de la vida privada que antes eran más respetados”
Es importante saber que el respeto, la intimidad y la privacidad son tres conceptos muy importantes en sistémica porque condicionan nuestro bienestar y nuestra armonía, es lo esencial para que podamos incorporar en nuestra vida cotidiana.
El respeto a esos tres conceptos, porque quien respeta a alguien respeta su intimidad y respeta sus secretos, es imposible que la intimidad permanezca entre dos personas que no respetan su propia intimidad, ya que esta es sólo de dos, o personal.
En ocasiones se puede percibir cómo periodistas que han cubierto ciertos acontecimientos, hacen preguntas sin ningún respeto sobre la intimidad de los demás, pagan sistémicamente esa falta de respeto y de respeto a la intimidad, perdiendo el permiso de llegar a la intimidad con alguien o si esa persona realmente quiere exponer su problemática.
Los espacios de vida privada son esenciales para construir la propia identidad y el reconocer los límites entre lo público y lo privado; facilita la conciencia del propio yo y de los límites de los demás, precisamente muchas de las conductas inadecuadas que observamos en el espacio social que son atribuidas a su condición lo cierto es que provienen de la falta de límites claros y de las escasas oportunidades para practicar las conductas socialmente esperadas que nos brindan y que no les han permitido aprender estas normas sociales si no tiene acceso a la privacidad.
“La vida privada es una garantía de su libertad, lo cual no admite excepción. Ningún ciudadano, ni el mismo Estado pueden afectar este derecho”
Un aspecto muy importante es enseñar la discreción en la comunicación aclarando que hay conversaciones que son privadas y que solo se comparte por ejemplo en la familia o con personas de su confianza y en un contexto o lugar privado cuando practicamos el respeto a la privacidad y la intimidad de nuestros hijos e hijas no solo nos hacemos cargo de defender sus derechos sino también estamos permitiendo que desarrolle un conjunto de habilidades y actitudes relacionadas con hacerse consciente y responsable de sí mismo y de proteger la propia privacidad de intimidad y la de los demás; cuestiones fundamentales para nuestra inclusión en la sociedad.
