Tengo en mente poder ir al Congreso y al Senado, pararme al frente de todos ellos, y preguntarles si sienten algo de pena, verguenza, etc., por actuar de manera tan irresponsable con el país.
O cómo se explica que tengamos una población campesina olvidada desde todo punto de vista. No tienen agua, luz, teléfono, internet, educación de calidad, ingreso fijo y decente, vías en buen estado, vivienda ni descanso digno. Todo el pueblo colombiano conoce y vive esta realidad, en mayor o menor proporción, y los políticos se hacen los de la vista gorda. Sus intereses son su salario, su pensión, sus viajes, el estudio en el exterior de sus hijos, la vivienda, las casas de campo, los viajes al exterior, el motoso en la sesiones del Senado y Cámara; el fisgón, mirar la paja en ojo ajeno para impresionar. Todos aspiran al próximo cargo de mayores ingresos, pero ninguno trabaja por lo que debe ser: el pueblo.