La prohibición de las bolsas plásticas de un solo uso en Ciudad de México está funcionando.
Con algunas resistencias naturales por parte de algunos, en términos generales comercios pequeños, medianos y grandes están tomando en serio la prohibición, lo cual es doblemente relevante tomando en cuenta el tamaño de esta megalópolis, cuya población supera la de muchos países pequeños e incluso medianos.
Antes de la actual prohibición, los cerca de 20 millones de habitantes de la capital mexicana y su zona metropolitana usaban alrededor de 68.000 toneladas de bolsas por año, lo que da una idea de la gigantesca cantidad de basura plástica que se ahorrará al planeta.
“Deberíamos haber empezado antes con esta prohibición, hace años”, dijo el dependiente de una farmacia que ya entrega los medicamentos en bolsa del café papel estraza o Kraft, material que tras haber sido desplazado por las bolsas de plástico está experimentando un resurgimiento.
En las inmediaciones de mercados y centros comerciales, se ve ahora a mucha gente caminando con coloridas bolsas de tela reutilizables para llevar sus compras. Y muchos expendedores de frutas y verduras están agotando sus últimos rollos de bolsas plásticas transparentes en la cual solían ponerlas.
“Ya son las últimas bolsas de plástico que me quedan, porque ahora sí la prohibición va en serio”, dice un expendedor de frutas.
En virtud de una iniciativa aprobada por el Congreso local el año pasado, a partir del 1 de enero entró en vigor la prohibición de la comercialización, distribución y entrega de bolsas plásticas desechables.
Y los medios de comunicación han vigilado y dado buen despliegue al grado en que se está cumpliendo la prohibición, lo que ayuda como caja de resonancia para que el público en general la tome en serio.
Cada vez más gente lleva también recipientes o envases reutilizables para surtirse de lo que normalmente se surtía con bolsas plásticas.
Además de la activa participación ciudadana, lo que también ha llevado a que se tome en serio la reformada Ley de Residuos Sólidos son las cuantiosas multas contempladas para quienes no cumplan con la prohibición.
Por su posición en Latinoamérica y el resto del mundo, el que esta prohibición avance a buen ritmo en una ciudad tan grande como la capital mexicana sin duda será un ejemplo a seguir y tendrá repercusiones positivas, como efecto dominó u ondas de choque, en otras ciudades y otros países para evitar y reducir los residuos plásticos, en beneficio del planeta.
