Hoy 8 de agosto está programado el estreno de la serie The Knick en la televisión norteamericana. En Colombia el estreno en televisión por cable será el 15, dentro de una semana. El papel protagonista lo tiene Clive Owen (Children of men, 2006) y está dirigida por el afamado Steven Soderbergh (Sex, Lies and Videotape, 1989) No quiero dañarles la serie, que yo programaré para grabar sin duda alguna, pero viendo el tráiler puedo sospechar la base histórica del argumento. Se trata de la vida de un célebre médico, William Stewart Halsted, que no sé como no ha sido llevada antes a la pantalla. La biografía de este importante cirujano puede enseñar mucho a los jóvenes doctores de hoy sobre los peligros de una brillante carrera en medicina sin restricciones éticas.
Halsted (1852-1922) nació en Nueva York en el seno de una aristocrática familia de la Quinta Avenida. Como típico hijo de papi fue enviado a la Universidad de Yale. Otro hijo de papi más cercano a nosotros, el presidente John F. Kennedy, decía que lo óptimo era tener un diploma de Yale y una educación en Harvard. Durante sus años de college Halsted no destacó por sus logros académicos. Más bien era un excelente deportista, gran jugador de béisbol participó además en el histórico primer juego intercolegial de fútbol americano. Pero uno de sus biógrafos apunta: “La biblioteca de Yale no tiene ningún récord que alguna vez haya sacado un libro de ella”.
Él mismo afirma que al final de su anodina carrera en Yale compró la Anatomía de Gray, tradicional libro de texto en las escuelas norteamericanas de medicina que da lugar al juego de palabras del título de la reciente y mediocre serie de televisión Grey´s Anatomy. También compró, me imagino que le sobraba plata para algunos libros, la Fisiología de Dalton que todavía en años recientes usamos como texto en nuestra educación universitaria. Sea lo que sea, Halsted decidió estudiar medicina y se matriculó en el New York College of Physicians and Surgeons graduándose de médico en 1877 a los veinticinco años de edad. Su familia, que no tenía problemas económicos, lo envió a completar sus estudios de cirugía en Viena con el mejor cirujano de la época, Billroth. Y allí Halsted con algunos de sus compañeros conocieron su némesis médica, la cocaína.
En ese momento muchos hacían experimentos con la cocaína como anestésico, Freud entre otros (The New York Times, julio 21, 2011). El problema de Halsted et al. es que siguieron usándola “recreativamente” como energizante con la manida excusa que les permitía hacer más cosas (?). Sabemos que al volver a EE. UU. varios trataron de desprenderse del hábito y no lo lograron fracasando en su carrera profesional. El único que siguió operando de manera maníaca con grandes éxitos clínicos y académicos fue Halsted. La serie The Knick tendrá como protagonista un cirujano que opera compulsivamente en Nueva York a comienzos del siglo XX y es un adicto a drogas, por eso creo que está basada en la vida de William Halsted. Nos preguntamos cómo pudo hacerlo y ahí la historia se vuelve más confidencial y secreta.
Primero, respetables colegas lo permitieron y callaron. Sir William Osler, Barón, padre de la medicina interna contemporánea, compañero de Halsted en Hopkins, médico y humanista adorado hasta hoy por la medicina anglosajona, sabía de su uso habitual de morfina y cocaína. Conocemos esto por una anotación de Osler encontrada en 1969: “Noté algunas rarezas en la conducta de Halsted… A los seis meses observé temblor habitual… Supe que usaba hasta 200mgs al día para trabajar y conservar el vigor… Ni el decano Welch parecía saberlo”. La peculiar conducta del cirujano incluía enviar sus camisas desde Baltimore a París para ser lavadas y planchadas. Hay quienes especulan que esa era su manera de procurar de contrabando la droga.
También es importante que era considerado el mejor cirujano de EE. UU. en la época y tenía muchos discípulos (es el fundador de los programas formales de residencia en cirugía). Fue el primero que pidió guantes de caucho en la salas quirúrgicas, para su instrumentadora y futura esposa. En retrospectiva su personalidad y conducta médica era rígida, agresiva y compulsiva, dando quizás mal ejemplo a algunos. Propuso la mastectomía radical, llamada de Halsted, para el cáncer de mama que hoy se considera mutiladora, excesiva y ha sido abandonada en la práctica médica actual.
No quiero demonizar a William Halsted a quien debemos cosas buenas en la historia de la medicina. Por ejemplo la educación de su discípulo Cushing, neurocirujano pionero que operó en el cerebro humano con buenos resultados por primera vez. Pero ocultar y permitir su adicción a drogas sería inaceptable hoy. Espero que la serie The Knick presente estos matices de una compleja historia.