Fotos: David Rondón y cortesía Salitre El Greco
La última vez que pisé aserrín de circo fue hace 30 años, en plan de reportería con el payaso 'Bebé' (Luis Miguel Noya Sanmartín), enfermo y abandonado a su triste suerte en una carpa hecha remiendos de un peladero distante del centro histórico de Santa Marta.
La precariedad y la diabetes había acabado con la pierna izquierda del famoso cómico, hijo del gran payaso chileno 'Pernito' y hermano de 'Pelusita' y 'Tuerquita' que, en los años 70 y 80, con circo propio, y el programa dominical 'Animalandia', amenizado por el recordado Fernando González Pacheco, fueron protagonistas de una época de luces y dinero a manos llenas.
Pero, ahí estaba 'Bebé', íngrimo en la etapa final de su lamentable existencia, en silla de ruedas, cuchareando las últimas sobras de un arroz con huevo, confinado a un container por dormitorio, vecino de la jaula de un león raquítico y sarnoso que bostezaba bajo una nube de moscas.
'Bebé' pasó sus últimos días entre los geriátricos de caridad y los redondeles de los circos pobres, donde cualquier empresario conmovido por su pesaroso destino, le daba una mano; más por retroalimentar el ADN del payaso que heredó de niño, que por la modesta paga.
Hace 15 años, en mayo de 2009, 'Bebé' dejaría el terreno mundo a la edad de 60 años, en el Hospital Santa Clara, de Bogotá, por insuficiencia renal. En 2003 había fallecido 'Pernito', su padre, Alberto Noya, y en 2019, 'Tuerquita', su hermano. De su hermana Mirta, la payasa 'Pelusita', nadie da razón.
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Sino trágico el de los Noya, el último clan de payasos románticos de Colombia como también lo fueron 'Miky', 'Pastelito', 'Cascabel', 'Bombín', 'Tomate', 'Tribilín', 'Sombrerito', 'Juanito', 'Zapatín' y 'Joaco', el último rey payaso de San Victorino, entre otros que se pasearon orondos con sus narices hinchadas de rojo carmesí bajo los reflectores de carpas cotizadas como Egred Hermanos, El Nueva Ola, El Royal Dumbar, el Italia o el México.
El circo era de la entraña del pueblo y a donde llegara se anunciaba con clarines y timbales en desfiles que encabezaban la autoridad municipal, el comandante de la policía y el párroco de la jurisdicción, seguidos de acróbatas, musiqueros, malabaristas, equilibristas, contorsionistas, magos, payasos, trapecistas, el cortejo de las fieras, el gentío alborozado y la chiquillada que se extraviaba de la parentela, a veces con episodios dramáticos, como cuando algún peladito terminaba con una pierna o un brazo atravesados en las fauces de un tigre en ayunas.
El Sol de Messi
'El Viejo Willy' (gloria del fútbol colombiano, actor, entrenador y empresario tumaqueño), sonríe y toma la palabra entre el flasheo intermitente de cámaras y racimos de micrófonos, en la previa de 'Messi 10', inspirado en las gestas gloriosas del 'Niño que no podía crecer', de la compañía canadiense Cirque su Soleil (Circo del Sol), megaproducción que celebra 40 años de actividades.
Circulan luminarias criollas de la moda, el cine y la televisión: bajo una pestaña de luna color marfil, Julieta Piñeres exhibe su sonrisa de perlas para la selfie con su marido y su pequeña hija Olivia Mancini. La folclorista Adriana Lucía, también en familia, está en plan de cotilleo con el corresponsal de La Red. El compositor y vocalista Santiago Cruz, de boina de paño y trajeado como un Sherlock Holmes, habla con el periodista del Canal Trece.
Reina la sofisticación, la elegancia y el glamour en la alfombra roja. Abundan por doquier las toldas de prestigiosas marcas patrocinadoras; nada que ver con el rebusque y la vocinglería de vendedores del viejo circo de pueblo, de algodones de azúcar, chuzos y mazorcas relucientes de margarina, donde a precios populares, se fijaba a la entrada la tablilla de "Cada niño con su boleta".
En El Circo del Sol (calificado desde su creación hace cuatro décadas como "el mejor circo del mundo"), la boletería oscila entre 337.000 y 842.000 pesos. El espectáculo, de 90 minutos de duración, se desarrolla en una enorme carpa rectangular que simula una cancha de fútbol. Es la gala de inauguración de Messi 10. Son las 8:15 de la noche y la función está a punto de comenzar.
El primero en salir a escena es un actor rechoncho, de gafas, que hace las veces de árbitro bufo. El pito burlesque, con acento argentino, empieza a calentar los ánimos del público, de todas las edades, de un aforo casi lleno. Una adolescente en muletas por su pierna izquierda enyesada, sostiene que hizo el esfuerzo de asistir porque Messi es su ídolo desde que tiene uso de razón.
Atletas olímpicos
Es el despegue a todas luces de Messi 10, montaje de alta gama que integra ingenio, músculo, sincronía, multimedia y mecatrónica, en la línea de tiempo y desarrollo, enfocado en el poder de superación del crack argentino, desde que era un humilde pibe rosarino por quien ningún club apostaba un céntimo, hasta erigirse en el mejor del orbe, el más cotizado y aclamado, que consolidó su gloria bajo el cielo albiceleste de la avenida 9 de Julio de Buenos Aires, junto al Obelisco, con la copa del mundo en alto, en la eufórica y multitudinaria celebración de la Selección Argentina, campeona en Qatar 2022.
Después de grandes espectáculos del Circo del Sol como 'O', 'The Beatles Love', 'Mystère, Michael Jackson One', 'Spirit o Bazzar', 'Messi 10' le rinde tributo a su mejor intérprete, de pies a cabeza. Disciplinas circenses, desde las de alto riesgo, a las lúdicas, carnavalescas y operadas por robótica, convergen entre imágenes y efectos láser en el campo de juego, que tiene en el centro una plataforma circular en movimiento.
Cerca de 40 atletas de alto rendimiento, mujeres y hombres de distintas nacionalidades, algunos con credenciales de los juegos olímpicos, entre malabaristas, trapecistas, equilibristas, contorsionistas, danzantes aéreos, interactúan en perfecta sincronía en todos y cada uno de los números escénicos, con ambiciosas escenografías que van rotando de acuerdo al hilo narrativo.
El gamming y el universo digital también hacen parte de la impactante puesta en escena, como reconocimiento a las generaciones que descubrieron y disfrutaron de la magia y la adrenalina de Lionel en primarios juegos de consola como el playstation, hasta las más novedosas herramientas de la robótica, como el potente brazo de seis ejes, ubicado en el centro del escenario, con el que un atleta pone a prueba increíbles desafíos entre el hombre y la máquina.
La pelotita mágica
Como el balón es el rey de la fiesta, satélite protagonista que gravita entre la comunicación, el divertimento y la simultaneidad de los hábiles maromeros de la pelota, aparece una ninfa cubierta de purísima y oro, cargada de balones, alegoría del hada que toca de genialidad a sus elegidos, en este caso el campeón de campeones de la Selección Argentina.
El concepto creativo de esta alucinante y vertiginosa narrativa viene de las entrañas del propio Circo del Sol y tiene rúbrica propia. Se trata del artista somalí Mukhtar Omar Sharif, escritor y director de 'Messi 10', que brota de aquella pelotita blanca de rombos rojos que el pequeño Lionel recibió como regalo para festejar sus 4 años.
La pelota orbitó en las cabezas de Mukhtar Omar Sharif y Luca Caioli, autor del libro 'Messi, el niño que no podía crecer', que en un capítulo narra cómo Jorge Messi, padre de la figura, en ese tiempo empleado de un taller metalúrgico, donde fabricaba tornillos, quedó atónito al ver las cabriolas que el niño hacía con el baloncito, sin percatarse de que ese sería su pasaporte a futuro como el mejor futbolista del planeta.
La música del crack
En Messi 10, la música también tiene su razón de ser: son las partituras que Lionel ha dejado impresas sobre la cancha, con sus fantásticos dribles, más próximos a la habilidad de un nigromante que de un atleta: ese poder hipnótico de la 'Pulga' con que elude al contrario y traspasa barreras, "como si llevara el balón adherido al guayo"; o como cuando en los tiros libres recurre a la geometría de Euclides para imprimirle al balón el efecto hiperbólico que termina en las piolas, desconcierta al arquero y provoca el paroxismo en los estadios.
Esa banda sonora del genio se vive en 'Messi 10', y compromete al público cuando, para su sorpresa, se ve cubierto por gigantes banderas translúcidas de la albiceleste, mientras la pantalla pasa imágenes veloces de los capítulos cumbres en la brillante carrera futbolística de Lionel, incluida la apoteosis en Qatar 2022.
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La función finaliza con una reflexión que compete al respetable: la imagen de Messi en el centro del campo de juego, exhibiendo la número 10, con los índices que apuntan al firmamento, y la consigna en lo alto del monitor, en moldes azul cielo sobre un fondo carmesí: "Hay un 10 en cada uno de nosotros", síntesis de la ilusión, el esfuerzo, la perseverancia y la grandeza.
Salen familias sonrientes, párvulos tomados de la mano de sus padres y abuelos. El niño que anhela ser como su ídolo, y el viejo que durante 90 minutos ha gozado como un pequeño. Sale el cronista silente y cabizbajo que añora el olor a aserrín de la carpa de 'Bebé', que le quedó de la niñez, pero no puede evitar la fascinación de su primera experiencia con el Circo del Sol, "el mejor circo del mundo".
El otro "circo"
Que no es un circo, ni más faltaba, sino un asunto serio y delicado, y es la polémica y las protestas de ambientalistas y residentes aledaños a los terrenos donde está instalada la infraestructura del Circo del Sol, que comprende los terrenos del Centro Bolivariano, donde está la carpa, y Salitre El Greco (el mismo nombre de la unidad residencial), que hacen parte del Parque Metropolitano Simón Bolívar, área delimitada entre las carreras 60 y 61 A, y la Avenida El Dorado (calle 26) y calle 53, localidad de Teusaquillo.
Según el vocero oficial de dicha comunidad, el periodista y escritor Eduardo Yáñez Canal, propietario de un apartamento en Salitre El Greco, las 24 hectáreas de las tierras señaladas cumplen con las características de humedales, solo que no han sido avaladas por entidades como la Secretaría Distrital de Medio Ambiente o por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR Cundinamarca).
Al referirse de las características, el señor Yáñez puntualiza en que son terrenos acuíferos, abundantes en diversidad de flora y fauna, con más de 40 especies, entre alcaravanes, tingua azul y colibríes, y que por esa razón, son de alto riesgo los trabajos con maquinaria pesada para levantar y sostener el monumental andamiaje del circo, además de la utilización de cemento y químicos para endurecer los cimientos, que perjudican, no solo la sensibilidad del terreno, sino que ahuyentan las especies nativas.
La empresa del Circo del Sol es Ocesa, firma mexicana de entrenamiento, con su representante legal en Colombia, el señor Hernando Salazar, quien desde agosto de 2023 (previo al contrato de arrendamiento de los terrenos, por 5 años, que se firmó con la Beneficencia de Cundinamarca, en noviembre de 2023), ha estado en conversaciones con el presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Salitre El Greco, el señor Jorge Humberto Vargas y con Roxana Sarmiento, de la comisión pro defensa de la comunidad, para definir y sustentar cláusulas y compromisos por parte de Ocesa.
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Entre los más significativos, la empresa de entretenimiento habló de construir, durante los 5 años, un parque nativo con 3.000 árboles, ya que la mayoría están viejos y los demás enfermos. Muy bien por ese punto, pero acota Yáñez Canal que esa labor no le corresponde a la empresa privada, sino a entes técnicos y especializados en el tema como la Secretaría Distrital de Ambiente y el Jardín Botánico.
Otros problemas en los que hace énfasis el comunicador, es que sólo el 25% del área comprendida puede ser asfaltada o endurecida, ya que las telas asfálticas elaboradas con elementos químicos, causan daños irreversibles de infertilidad y aridez de la tierra, "aunque la empresa en cuestión advirtió que se iba a utilizar tela verde".
Con respecto a la evacuación de aguas negras y otros residuos de los baños portátiles, Ocesa mencionó que esos desechos se están transportando en carro tanques. "¿Y a dónde van a parar esas aguas pútridas?", se pregunta Yáñez, ante la preocupación del vecindario, de una inevitable contaminación con el agua potable de uso diario. Ocesa tercia con instalar un acueducto. "Pero si eso le corresponde a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá", contrapuntea el periodista.
Sobre la paz y la tranquilidad de los vecinos que habitan las dos unidades residenciales de Salitre El Greco, notable porcentaje de adultos de la tercera edad, don Eduardo denuncia la proliferación de vendedores ambulantes en las vías de acceso a sus conjuntos: "Están en su derecho de ganar honradamente el sustento", pero nos obstaculiza el acceso a nuestros apartamentos", aclara.
Por último, aduce Yáñez: "Ocesa habilitó un ingreso peatonal improvisado al circo, paralelo a la carrilera del tren. Ese murrio de cemento nunca estuvo contemplado con la empresa de entretenimiento. Para evitar posibles accidentes, la firma contratista instaló una malla protectora. Menos mal que acortaron la temporada del circo. Estaba proyectada hasta el 16 de junio, pero nos enteramos que concluirá el 9".
En el Parque de los Sueños, de Salitre el Greco, los vecinos han hecho velatones, como también ecologistas y defensores del medio ambiente, se han pronunciado con marchas y protestas pacíficas en los alrededores del Circo del Sol, y a la vera de los potreros donde pastan los caballos de la policía.
Uno de ellos, el ecologista y líder ambiental Gustavo Encinales Pava, con más de 30 años de experiencia en el sector del medio ambiente:
"Preocupante la situación -explica Encinales- por las aguas negras. La empresa contratante ha debido advertir ese problema antes de armar la infraestructura. No pensaron en una red de evacuación".
"Seguramente esos residuos orgánicos van a parar a los acuíferos. Eso sería una catástrofe para los berros, que son las plantas encargadas de oxigenar y purificar el agua de los humedales. Algo dañino y contraproducente con la sabiduría de la naturaleza".
"La fauna y la flora saldrán maltratadas. Estamos hablando de árboles purificadores de aire como pinos y eucaliptos, y el siete cueros, y de especies como mariposas y cucarrones, estos que contribuyen al abono y preservación de la tierra. Si la empresa de entretenimiento va estar trabajando cinco años consecutivos en esos terrenos, el daño al ecosistema será irreparable", remata el ecologista Encinales.
La polémica está servida.
