Medio siglo de insurrección están cumpliendo las Farc-EP en este mes de mayo. En 1964 nacían oficialmente y desde entonces han enfrentado al Estado sin lograr la toma del poder, pero sin ser derrotadas. Miles de combatientes han muerto, algunos en la cama como Manuel Marulanda y Jacobo Arenas, otros bajo el fuego del ejército como Cano, Jojoy y Reyes. Sin embargo, siguen y seguirán dando bala si no se llega a un acuerdo o se rompen las negociaciones en La Habana.
No los hemos logrado derrotar, tampoco convencer de aceptar un pacto de paz. No lo logró Belisario, ni Barco, ni Pastrana, ni Gaviria que trataron en serio y lograron llevarlos a una mesa de negociaciones. Tampoco lo logró Valencia, ni Turbay, ni Uribe que desarrollaron la guerra total sin restricciones legales, ni éticas, utilizando todo tipo de métodos para destruir lo que era y no era guerrilla. Entender estos fracasos no es fácil, no existe una explicación sencilla para esta guerra interminable.
Las Farc y sus gentes viven en un mundo imaginario, desconectados de la sociedad, retroalimentando odios y llenándose de argumentos para no abandonar las armas. Es que medio siglo de lucha son muchos años como para darse por vencidos, así no más.No importan sus errores, ellos y ellas no los ven. Basta con repasar un documento oficial en su página web, denominado “50 Años en Fotos,Farc-EP”.
Al mejor estilo de catálogo propagandístico este material solo presenta el lado positivo de la lucha armada. Ni un sola foto de niños o niñas reclutadas a la fuerza, ni un solo registro de los miles de secuestrados y secuestradas que han pasado infamemente por sus manos, ni una sola imagen de las poblaciones destruidas y la ruina del campo, ni una sola mención a las personas destrozadas por sus minas quiebrapatas, ni un solo dato de las miles de hectáreas arrasadas para esos sembrados de coca que han protegido y explotado.
Para logar mantenerse todo este tiempo, las Farc han hecho lo mismo que un régimen dictatorial, mentir sobre la realidad de la guerra, de la misma manera como han mentido los presidentes, generales y políticos defensores de la vía militar. Como mentía Hilter a sus compatriotas, como mentía Napoleón o Pinochet o cualquier apologista de la guerra. Lo que no dicen, porque no les conviene, es que la guerra es dolor, es muerte, es opresión, es arbitrariedades, es corrupción, es impunidad… La guerra es todo eso y sin embargo la pintan como heroísmo, valentía, entrega, sacrificio.
¡Puras mentiras! Solo con mentiras la gente se traga el cuento de mandar a sus hijos e hijas a combates inútiles a enfrentamientos fratricidas.
Esta guerra de cincuenta años, que según Timochenko es culpa de la oligarquía, es una gran mentira que se mantiene para bien de unos pocos, de los comerciantes de armas, de los narcotraficantes, de los militaristas. Todos ellos se lucran de la guerra, todos menos los que supuestamente deberían beneficiarse, ese pueblo campesino, obrero, clase media, militar o guerrillero que carga el fusil y dispara cuando le ordenan, sin saber que al frente tiene otro u otra igual a ellos.
Las rimbombantes palabras de Timoleón Jiménez, Timochenko, en este aniversario son tan mentirosas como las de nuestros militares cuando aseguran que ganarán la guerra en nombre del pueblo. En nombre del pueblo lo que se debe hacer es la paz, nunca la guerra.
“Llevamos a Colombia prendida del alma”, dice casi con lágrimas en los ojos el camarada Timochenko. Prendida con bombas, cocida a balas, pegada con explosiones. Eso no es por el pueblo, eso ya es la locura de la que no hemos podido escapar, aunque lo hayamos intentado muchas veces.
Que no se nos escape la paz una vez más, porque como también lo dijo Timochenko, en su discurso de conmemoración “50 años de guerra civil son más que suficientes”. Y yo le complementaría: si no han conquistado el poder y no han sido derrotados, ¿para qué seguir perdiendo vidas en una lucha inútil? Qué bueno preguntarnos esto ahora que estamos escogiendo quien dirigirá la guerra o quien insistirá en la negociación de paz.
http://blogs.elespectador.com/sisifus/