La Universidad de Harvard anualmente es sede de un evento muy particular: la entrega de los premios Ig-Nobel o “IgNoble”. Son estos posiblemente los elementos de divulgación científica más comentados del mundo. De allí su importancia y enorme trascendencia, ya que además participan en la gala varios premios Nobel ‘normales’ o tradicionales. Los galardones Ig-Nobel, más que Nobel alternativos son un reconocimiento al ingenio científico con irreverencia y profundo humor. Se trata de investigaciones serias en sus protocolos, pero disparatadas y generalmente inútiles, que califican para los llamados Premios Ig Nobel, (en inglés se pronuncia ignoble, que significa «innoble»).
Desde 1991, la revista “Annals of Improbable Research” (Anales de la investigación improbable) otorga 10 premios a investigaciones científicas que parecen una broma. La expresión “IgNoble” parodia los Trending Topics de los premios científicos, los Nobel, y por ese parentesco lingüístico a “innoble”. Se definen como galardones que “primero hacen reír y luego hacen pensar”. Según sus organizadores, los premios se establecieron como homenaje a Ignatius Nobel, hermano ficticio de Alfred Nobel y fingido inventor de la soda pop.
En el 2008 en la Universidad de Harvard unos investigadores estadounidenses fueron premiados por descubrir que la Coca-Cola es espermicida efectivo. También fueron laureados científicos taiwaneses, por concluir justo lo contrario. Charles Spencer fue galardonado por demostrar que la comida sabe mejor si es crujiente y Dan Ariely por probar que los placebos caros son más efectivos que los placebos baratos. Unos biólogos por verificar que las pulgas nacidas en un perro saltan más que las pulgas nacidas en un gato.
Es evidente que los Ig Nobel reconocen la inutilidad de aquellos estudios que, habiendo cumplido con estándares para considerarse científicos en sentido estricto –muchos de ellos están publicados en revistas científicas de prestigio–, tienen por objeto demostrar las cuestiones más absurdas e inútiles. Este año destacaron estos premios Ig Nobel 2020:
Premios Nobel IG 2020
En la atípica edición de este 2020, los Ig Nobel se realizaron por vía telemática. La nueva realidad no permitió que fuera en directo desde la Universidad de Harvard. La gestión de pandemia de la COVID-19 por parte de Donald Trump y Vladimir Putin les ha merecido alzarse con los premios Ig Nobel 2020. Ambos por la mención Educación Médica. El primero, por su sugerencia de inyectarse desinfectante para eliminar el virus SARS-CoV-2 y, el segundo, por esconder las cifras reales de los muertos y contagiados en Rusia.
Además de Trump, como uno de los ganadores del Ig Nobel 2020, la lista de galardonados y sus inventos se extiende. Los afortunados de esta 30º edición son:
Educación Médica: «Por utilizar la pandemia COVID-19 para enseñar al mundo que los políticos pueden tener un efecto inmediato sobre la vida y la muerte».
Jair Bolsonaro (Brasil),
Boris Johnson (Reino Unido),
Narendra Modi (India),
Andrés Manuel López Obrador (México),
Alexander Lukashenko (Bielorrusia),
Donald Trump (Estados Unidos),
Recep Tayyip Erdogan (Turquía),
Vladimir Putin (Rusia)
Gurbanguly Berdimuhamedow (Turkmenistán).
Otros premios Ig Nobel 2020
El premio de entomología se lo llevó un estudio estadounidense sobre el temor de los entomólogos a las arañas. Mientras que el premio de acústica es para los autores del bramido de caimán. Indujeron a una hembra de caimán chino a bramar en una cámara hermética llena de aire enriquecido con helio. Otro de los anti-Nobel entregados fue el de Física para un experimento con lombrices. En el estudio determinaron qué sucede con la forma de una lombriz de tierra viva cuando se la hace vibrar a alta frecuencia. El galardón de Psicología fue para investigadores que idearon un método para identificar narcisistas al examinar sus cejas.
Pero el premio más curioso fue el de Gestión. Lo ganaron cinco sicarios profesionales en Guangxi, China. Gestionaron un contrato para un trabajo de éxito: después de aceptar un abultado pago para realizar el asesinato, Xi Guang-An se dejó la quinta parte del monto, que le quedó libre sin hacer nada, y subcontrató la tarea a Mo Tian-Xiang. Éste, apoderándose sin despeinarse de otra quinta parte, subcontrató la tarea a Yang Kang-Sheng, quien luego de tomar otro quinto subcontrató la misión a Yang Guang-Sheng, quien luego subcontrató a Ling Xian-Si, quien tomó el último quinto neto. Cada sicario recibió un porcentaje similar de la tarifa, y ninguno cometió el asesinato quedando limpios y con dinero. Mientras el autor intelectual, nada pudo hacer.
Con estos reconocimientos se honra lo más extraño, estrafalario, excéntrico del quehacer científico mundial. Los trabajos de investigación existen, y los laureados son, por lo general, científicos e investigadores de nivel mundial y, de vez en cuando, ganadores del otro premio Nobel. Son una parodia que suele resolverse en las mismas fechas que los premios originales. Como estas investigaciones, existen miles en el mundo; muchas han generado confusión y han alterado el comportamiento de las personas, cuando se toman en serio.
En Colombia trabajamos arduamente para tener ese honor de lograr el primer Ig Nobel, el excéntrico matemático-ingeniero-médico-bioestadístico-salsólogo Álvaro Villota Viveros y este servidor. Ya hemos desarrollado varias teorías, pero estamos frustrados, ya que pocos nos entienden. Seguiremos intentando hasta proponer algo que le sirva a la humanidad, como la demostración científica de cómo “La salsa clásica contribuye decididamente a la paz del mundo”.
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