Ómar Ambulia tenía la llave para decidir que mercancía entraba o no por el puerto de Buenaventura. Un cargo con un ingreso de $ 10 millones, pero con un gran poder que Ambulia supo ponerle precio. Llegó a la DIAN el 10 de diciembre de 1992, cuando la entidad estaba recién constituida y empezó como analista hasta llegar a ser el jefe de Control Interno de Carga en el puerto, que es un coladero de contrabando y droga. Claramente Ambulia le ponía un alto precio al retén que instaló a través del cual permitía el caso de la carga a cambio de muchos millones, que lo volvieron un verdadero rey Midas.
Durante más de 14 años, Ambuila tuvo el poder de revisar las cargas. En agosto de 2004, cuando el director de la entidad era Mario Aranguren, quien estuvo al frente entre 2002 y 2005 en el gobierno Uribe, y quien está preso por las chuzadas del DAS, la Oficina Investigaciones Disciplinarias le abrió un proceso por una mercancía que entró irregularmente al país y terminó en Medellín, donde fue decomisada.
El 24 de junio de 2004 Ambuila inspeccionó una mercancía y le dio el aval de importación, pero cuatro días después en un control aduanero fue decomisada porque no correspondía con la que se había reportado en la declaración de importación, procedimiento del que Ambuila era responsable.
“Artículos de higiene o de tocador, de plástico. Palillo plástico”, fue como Ambuila describió la mercancía; sin embargo, lo que la Policía Fiscal y Aduanera encontró fueron copitos de la marca Harmony por un total de 162 millones de pesos.
La investigación se extendió hasta 2007, cuando el director de la DIAN ya era Óscar Franco Charry, quien estuvo al frente de la entidad entre el 2005 y el 2009. Ambuila aceptó haber sido el responsable de todas las actuaciones para verificar y autorizar la entrada de esa mercancía, pero se excusó siempre diciendo que él revisó el 10% de la carga, como se lo indica el manual de procedimiento, y encontró pitillos plásticos, cortinas de baño y pilas, que autorizó porque todo parecía en regla.
Al final Ambuila convenció al tribunal disciplinario de la DIAN sobre su responsabilidad en el hecho. El argumento fue sencillo: él no tenía control sobre la carga después de que saliera del puerto. Y le creyeron. Fue un primer campanazo, pero la entidad lo desestimó.
Siguió a sus anchas y fue por cuenta de una investigación manejada desde Estados como cayó. La Fiscalía lo acusa de haber sacado del país por lo menos $ 72.000 millones, producto de la red de contrabando que montó en el puerto.
Desde 2004, cuando ya tenía poder de decisión sobre las importaciones, han pasado 5 directores por la DIAN y ninguno de ellos ha podido hacerles frente a las redes de contrabando y narcotráfico que se han armado dentro de la misma entidad. Combatirlo ha sido enunciado de todos los que llegan a tomar las riendas de la Dirección de impuestos y aduanas, pero parece ser una lucha inútil.
Estos son los directores que han pasado por la DIAN desde que se dio el campanazo de corrupción alrededor del nombre de Aranguren:
Mario Aranguren fue el director de la DIAN del primer gobierno de Álvaro Uribe. Se retiró antes de concluir el periodo y lo sucedió Óscar Franco Charry, quien renunció sorpresivamente en 2009. Llegó al cargo Néstor Díaz Saavedra, quien en un año que estuvo al frente de la DIAN y fue duramente cuestionado por sus actuaciones.
Díaz, que llevaba vinculado a la entidad desde principios de la década, terminó involucrado en el escándalo de los Nule por supuestamente haberle ahorrado cerca de $ 40.000 millones en impuestos. Además, durante su gestión y la de Franco Charry se destapó una red que desfalcó a la DIAN. Los dos fueron acusados de conocer sobre la existencia de las empresas ficticias, pero no hicieron nada. Díaz se defendió argumentando que él informó sobre el tema y actuó, pero no podía hacer mucho con la poca información que le proporcionaron y, de hecho, durante su paso por la dirección la investigación que había comenzado en 2009 no arrojó ningún avance.
Otro que tampoco pudo frenar la corrupción y dio una férrea batalla para combatir el contrabando de Buenaventura fue Juan Ricardo Ortega, el primer director de Juan Manuel Santos cuando recién llegó a la Presidencia. Ortega estuvo durante todo el primer periodo de Santos, hasta que decidió hacerse a un lado por las amenazas de muerte que llegaron contra él por su trabajo en la DIAN. Santos lo envió a Washington a un puesto en el BID. Una victoria más de las mafias de contrabando en el pacífico.
En agosto de 2014, Santiago Rojas, quien fue gerente de la campaña de Santos en 2010, asumió como director de la DIAN luego de su paso como ministro de Comercio entre el 2010 y el 2013. La labor de Rojas al frente de la entidad estuvo centrada en golpear la estructura del Clan del Golfo y de la conexión colombiana del Cartel de Sinaloa. Incluso, en 2017 puso a Claudia Gaviria, entonces directora de Aduanas, al frente de la operación contra el contrabando en Buenaventura.
Gaviria, quien sufrió dos atentados de las mafias tanto en Medellín como en el puerto, llegó para limpiar la entidad. Lo primero que hizo fue pedir investigar a todos los funcionarios dueños de carros de alta gama, sabiendo que con el sueldo que recibían era imposible que tuvieran esos lujos. Sin embargo, Ambuila logró pasar de agache.
Ambuila se movía en una camioneta familiar, que no levantaba muchas sospechas, aunque alguna vez una persona lo vio en el lobby del Edificio Trade Center de Buenaventura, en donde al parecer tenía un apartamento, contando y recibiendo mucho dinero. Sin embargo, nadie se atrevía a denunciarlo porque ya había ocurrido el atentado contra Claudia Gaviria a quien le descargaron decenas de balas de fusil contra su carro en noviembre de 2017 cuando salía de almorzar. Se salvó de milagro.
Gaviria se retiró de la entidad con el cambio de gobierno.
El presidente Duque nombró a José Andrés Romero, un joven abogado socio del bufete de abogados de Brigard & Urrutia y cercano a la vicepresidente Marta Lucía Ramírez, que además ya había trabajado en la DIAN recién comenzaba su carrera profesional. Después de seis meses de estar en el cargo le estalló el caso de a corrupción desbocada de Ómar Ambulia, gracias a una investigación de Estados Unidos. La reacción de Romero fue pronta y procedió a cambiar 15 directores regionales, para ver si logra purgar a la institución de la corrupción, un monstruo de mil cabezas que parece no tener fin.