Hacer esta pregunta tiene un tinte de suerte. Como creer que los resultados de los exámenes médicos ya estaban planeados quizá por la mente de alguien o por la influencia del cosmos. En cierta manera es saludable creer que estamos articulados a algo mayor y que no todo depende de nuestra voluntad y nuestras acciones. Algo así como quitarnos un poco un gran peso de nuestra existencia, ese que mencionan algunos filósofos como Sartre, al establecer la existencia antes de la esencia, es decir; que de nosotros depende nuestra suerte y no de Dios, los planetas o quién sabe que.
Pero, por más que creas en Dios, en la astrología en una macroestructura o entidad metafísica divina, es importante reflexionar sobre nuestras acciones, sus consecuencias y más puntualmente cuando se trata de nuestra salud y no dejar tan importante trabajo a al azar.
Y todo apunta a creer que no hacemos lo necesario para tener una buena salud, que van en aumento las enfermedades que son prevenibles y que una gran parte de ellas están asociadas a como llevamos nuestro día a día, acostumbrándonos a los malos hábitos, al estrés, la ansiedad y la depresión. En parte se debe a que además del azar, delegamos cómodamente nuestro bienestar y nuestra salud al médico, como si se tratará de un producto que se puede comprar, o una exigibilidad a la cual tenemos derecho.
Así cual caricaturesca actitud de: "Vea doctor cúreme, para eso le pago"
Una mirada demasiado paternalista de la salud la cual deja enteramente la responsabilidad de nuestra salud al médico, a la pastilla o a la terapia, sin ni siquiera nos comprometemos al cambio de hábitos como lo comenta la OMS sobre la falta adherencia a los tratamientos.
Por otro lado se debe a que desconocemos el gran potencial que tenemos para mejorar nuestra salud física, para reponernos ante la enfermedad y para superar nuestros estados emocionales. Ignoramos que contamos con una farmacia interna que, organizando nuestros pensamientos, manejando nuestra respiración, relajando nuestra mente podemos contar con mayor y mejores estados biológicos de bienestar.
Puntualmente el campo de la salud hay mucho que podemos hacer:
1. Meditando 20 minutos por 3 semanas puedes cambiar la estructura amígdalar, área del cerebro encargada del control de las emociones y la reducción de la ansiedad y el estrés.
2. Reduciendo el consumo de azúcares puedes mermar altamente las probabilidades de adquirir obesidad, hipertensión y diabetes, se recomienda reducir al el 5% según la OMS.
3. Cultivando tus pensamientos como propuesta optimista tiene destacadas ventajas ante el pesimismo y, nos otorga mayores probabilidades de vivir más años con una mejor calidad de vida.
4. Enriquecer nuestras relaciones personales es científicamente la clave de la felicidad. Diversos estudios señalan que en el largo plazo las relaciones afectivas con nuestros amigos y familiares son las fuentes de mejor salud y bienestar personal.
5. Haciendo 20 minutos de ejercicio cada día son suficientes para mantener buen estado de salud. Según expertos cardiólogos sostienen que ejercicio básico te ayudará a fortalecer tu sistema circulatorio, respiratorio e inmunológico.
Estas son recomendaciones básicas que están a nuestro alcance, que no se consiguen en presentación expréss de 5 miligramos o que el gobierno está obligado a darte. Esta bien, no somos responsables del 100 % de lo que nos pasa, pero tampoco somos víctimas o párvulos que no toman decisiones y no influyen el curso de su historia.
La mayoría de nosotros por no decir todos, queremos tener buen salud y vivir en bienestar, así la mejor decisión que podemos tomar es sumarnos a nuestra suerte y reforzar las probabilidades de vivir la vida que deseamos.
