El 27 de julio de 2017 el país veía una de las escenas más esperadas en más de medio siglo: en Mesetas, Meta, el mismo lugar donde la guerrilla se había asentado y había creado su centro de operaciones hace más de 50 años, el jefe de las Farc, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’ vestido con una camiseta azul, entregaba las últimas 5 armas del grupo en lo que significaba el fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) como guerrilla. La escena, así como la de la firma en Cartagena antes de que en el plebiscito ganara el 'no', marcó la historia de Colombia. Hoy, 5 años después, las cifras de violencia en los territorios siguen siendo preocupantes.
Según el balance en cifras de la violencia en los territorios de Indepaz, desde 2017 ha venido creciendo el número de asesinatos, masacres y desplazamiento, con el pico más alto en 2020 en medio de la pandemia. Desde la firma en el teatro Colón, han sido asesinados 299 excombatientes y 1270 líderes sociales. En las zonas PDET al mismo tiempo aumentó la tasa de homicidios, excepto en Catatumbo.
Sin embargo no todo ha sido negativo. Desde la desmovilización hubo una disminución en el total de víctimas pasando de un promedio anual de 430.000 personas entre 2003 y 2008 y de 200.000 personas entre 2009 y 2015 a menos de 100.000 en un promedio anual entre 2016 y 2021. Así como una disminución en más del 95% de indicadores de desaparición forzada, ejecuciones sumarias y falsos positivos, secuestro y tortura.
De las 13.000 personas que se acogieron al acuerdo de paz, el 95% está cumpliendo con el proceso, el 5% restante (650 personas) no se reconoce dónde se encuentran actualmente y si hacen o no parte de estas estructuras. Lo que permite entender que en su mayoría, el pie de fuerza que conforman estos grupos post FARC-EP son nuevas reclutas.
Este es el informe completo:
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