Este viernes, el Parlamento Portugués aprobó la propuesta de ley del Consejo de Ministros del Gobierno portugués que pondría fin al régimen para que los descendientes de judíos sefardíes portugueses soliciten la nacionalidad, con reservas de todos los partidos que deben proponer cambios en la especialidad.
Dicha aprobación tendrá efectos a partir del 1 de enero de 2024, con la derogación de la norma que permitía al Gobierno conceder la nacionalidad por naturalización "a los descendientes de judíos sefarditas, mediante la demostración de la tradición de pertenencia a una comunidad sefardí de origen portugués, basada sobre requisitos objetivos demostrados para la conexión con Portugal, a saber: linaje, lengua familiar, descendencia directa o colateral”.
Con el apoyo del Partido Socialista, del Bloque de Izquierda, y la abstención de Chega, Iniciativa Liberal y Libre, la iniciativa fue aprobada en términos generales y ahora pasa a discusión en la comisión de Asuntos Constitucionales, Derechos, Libertades y Garantías, donde deberá someterse a cambios.
Incluso antes de la votación, durante el debate, la ministro de Justicia explicó que el régimen en cuestión ha estado en vigor durante una década y a pesar de representar un “reconocimiento justo”, ya cumplió su función.
“El deber de reparación histórica no puede, no debe y no pretende borrar los acontecimientos que le dieron origen. Siempre simbólico, pretendió marcar un reconocimiento cumplido a través de una ventana temporal generosa”, afirmó Catarina Sarmento e Castro (ministra de Justicia), aclarando que la propuesta del Gobierno no impide la concesión de la nacionalidad portuguesa a los descendientes de judíos sefarditas portugueses, sino que les aplica las normas generales de la Ley de Nacionalidad.
Según la ministra de Justicia, hasta finales del año pasado (2022) alrededor de 262.000 personas solicitaron la naturalización bajo la norma, y alrededor de 75.000 obtuvieron la naturalización. Sin embargo, en septiembre del año pasado entraron en vigor normas más restrictivas y, en sólo un año, se registraron más de 74.000 solicitudes (agosto de 2022 a agosto de 2023). Desde las bancadas parlamentarias, todos compartieron reservas sobre la propuesta, incluidos los partidos que terminaron apoyando el proyecto de ley.
Los socialistas propondrán que, una vez acreditada la ascendencia de judíos sefardíes portugueses, sean suficientes tres años de residencia en Portugal y no los cinco años previstos para el resto de situaciones
Por el Partido Socialista, Pedro Delgado Alves reconoció la necesidad de revisar la norma para “garantizar la coherencia de la ley” y añadió que los socialistas propondrán que, una vez acreditada la ascendencia de judíos sefardíes portugueses, sean suficientes tres años de residencia en Portugal y no los cinco años previstos para el resto de situaciones.
“En particular, hagamos este esfuerzo para encontrar una solución equilibrada que resuelva los problemas y siga teniendo a Portugal a la vanguardia de las buenas prácticas de acogida y de reparación histórica”, defendió el diputado.
Pedro Filipe Soares, del Bloque de Izquierda, afirmó que la aplicación de la norma en discusión, a pesar de estar “contaminada por varias prevaricaciones y tergiversaciones de sus objetivos”, cumplió un objetivo justo y ya es “inadecuada a la realidad”. Aun así, defendió un “período de transición correcto”, justificando el voto favorable del partido con la “expectativa de que un trabajo especializado pueda ocuparse de algunos detalles”.
También Patrícia Gilvaz, de Iniciativa Liberal, sostuvo que “eliminar este régimen a partir del 1 de enero de 2024 es acabar con las expectativas de miles de descendientes de judíos sefardíes” y propuso aplazar la derogación hasta 2025.
Para Partido Libre, Rui Tavares (Concejal de la Cámara Municipal de Lisboa), es importante recordar que los judíos portugueses fueron nuevamente víctimas de la Segunda Guerra Mundial y defendió un régimen que prioriza la conexión con Portugal y la lengua portuguesa “para que podamos hacer esta reparación histórica sin abusos”.
Más críticos fueron el PSD y el PCP, pero por motivos diferentes. Mientras la comunista Alma Rivera defendía que el actual régimen se ha convertido en un negocio y un “recurso para obtener abusivamente la nacionalidad portuguesa”,sin que haya “sentido alguno para su existencia”; Paula Cardoso, del PSD, afirmó que “poner fin a estos abusos no desaparecen con la derogación del régimen”.
También, con una iniciativa en discusión, el Partido Chega! (Basta!), a través de la voz del diputado Pedro Pinto, criticó la Ley de Nacionalidad, considerando que, actualmente, “no es necesario saber hablar la lengua de Camões, ni conocer la historia de Portugal, el himno de Portugal o los colores de la bandera” y que “los inmigrantes ilegales no tienen porqué ser portugueses, sino regresar a sus países”, declaraciones que, al final del debate, desembocaron en acusaciones de xenofobia por parte de la socialista Alexandra Leitão.
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Nos comparten una presentación sobre la historia de las haciendas del Cauca manejadas por sefarditas, que convirtieron a sus descendientes en inquisidores del Santo Oficio y luego 200 años hicieron la Independencia, con la colaboración del Banco de la República, autoría de Andrés Óliver Ucrós y Licht: