Sesgo sistemático contra las mujeres: Un panorama preocupante
Muchas veces sucede que al hacer referencia a la gran disparidad de género presente en los círculos profesionales de las ciencias y las tecnologías, se genera la sensación -no entre todo el mundo, afortunadamente- de estar insistiendo en un tema quemado, desactualizado, o que no se corresponde con la realidad de una sociedad que en las últimas décadas ha realizado notables avances en la consolidación de un modelo social que fomenta la igualdad entre hombres y mujeres. Pero lo cierto es que más allá de estos avances (relativamente apreciables, y en algunos casos cuestionables) en contextos sociales más generalizados, la comunidad científica nacional e internacional presenta un estancamiento en los modelos perceptuales sobre género y desempeño laboral que persiste e impacta de forma contundente las dinámicas de estos núcleos profesionales, y cuando se hace uno realmente consciente de ello, resulta desconcertante e inadmisible en pleno siglo XXI.
Es de recordar la reciente e infortunada intervención de Lawrence Henry Summers, quien fuera en su momento presidente de Harvard, cuando en pleno congreso de economía que se adelantaba en esta universidad en el 2005, aseguró que “la baja representación de las mujeres científicas en las élites de las universidades es producto en parte de las diferencias innatas entre hombres y mujeres” (por cierto que tales afirmaciones traerían como consecuencia su dimisión como presidente de la universidad). Pareciera pues que en cuanto al tema de aptitudes requeridas para desempeñarse competentemente en las ciencias y en cargos de poder dentro de las mismas, los discursos y modelos de pensamiento imperantes en la actualidad no distan mucho de aquellos argumentos inverosímiles de siglos pasados sobre, por ejemplo, el estatus natural de las mujeres como ciudadanas de segunda categoría, el cual justificaba su inhabilidad para ejercer el voto (por nombrar solo uno de tantos casos).
Lastimosamente no estamos hablando aquí de una opinión aislada. Un interesante estudio llevado a cabo en el 2012 por un grupo de la Universidad de Yale en Estados Unidos (ver el artículo “Science faculty’s subtle gender biases favor male students”) mostró la desafortunada tendencia de físicos, químicos y biólogos a manifestar una apreciación más favorable sobre el desempeño de un científico joven con respecto a la opinión que podrían tener de una científica con un perfil similar. En el estudio, se crearon las hojas de vida de dos investigadores imaginarios con méritos equivalentes, con el género como única diferencia sobresaliente. ¿Qué sucedió cuando estos perfiles fueron enviados a profesores de las seis más importantes instituciones de investigación en el país? Pues que la mayoría de los mismos se inclinaron hacia una oferta de empleo para el hombre. Más aún, el mismo estudio mostró que en caso de ofrecerle trabajo a la mujer, estos profesores estipulaban un salario aproximadamente 4000 dólares anuales por debajo del salario ofrecido al hombre. Increíblemente, tanto profesores como profesoras preferían la hoja de vida de un hombre con respecto a la de una mujer.
Y es que la profunda disparidad entre mujeres y hombres en cuanto a oportunidades y garantías para continuar en una carrera científica es fácilmente apreciable en las cifras aportadas por el Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS), el cual estima que solo el 30% de los investigadores en el mundo son mujeres, con una predominancia abrumadora de los hombres en todos los niveles de formación y de administración en las áreas de las ciencias y las ingenierías a nivel mundial (ver gráfica 1). Adicionalmente la UNESCO, como parte de su departamento de Ciencia, Tecnología e Innovación, ha creado recientemente la herramienta interactiva Women in Science a través de la cual es posible apreciar los porcentajes de participación de la mujer en diferentes niveles de formación académica y posicionamiento profesional. Para el caso de Colombia, la situación es la siguiente: El 54% de los jóvenes que ingresan a carreras científicas son mujeres, cosa que en principio parece muy positiva (y que por cierto se corresponde con mi experiencia personal durante mi formación de pregrado en la Universidad del Valle); sin embargo, la situación desmejora notablemente cuando se analizan las proporciones de participación en los programas de postgrado, donde sólo el 38% de los estudiantes son mujeres, contribuyendo con apenas el 37% del total de investigadores activos en el país. Esta tendencia se repite, de nuevo, a nivel mundial (ver gráfica 2).
Gráfica 1: Predominancia de género en las estructuras académicas de las ciencias y las ingenierías en los países partícipes del estudio.
Gráfica 2: Predominancia de género en las estructuras académicas de todos los campos de estudio analizados.
Otro dato interesante tiene que ver con los sectores donde las pocas mujeres investigadoras se desempeñan actualmente en Colombia. Si bien contribuyen con el 55% de los investigadores adscritos a entes vinculados con el gobierno, en lo que tiene que ver con su participación en estamentos académicos la cifra desciende a un preocupante 37% y a un 28% de participación en el sector privado. En otras palabras, ahí donde las políticas de paridad de género se aplican por ley -es decir, en los concursos para plazas públicas- se logra equilibrar la balanza para ambos géneros, pero una vez que las decisiones son tomadas por círculos directrices más independientes, el pensamiento al mejor estilo Lawrence Summers entra en acción.
¿Qué hacer al respecto?
Acciones concretas: Programa “Por las Mujeres en la Ciencia” de UNESCO-L’Oreal
Conscientes de la problemática de desigualdad de género que persiste en el ámbito de las ciencias, la UNESCO y la Fundación L’ORÉAL a través de su programa For Women in Science (FWIS), tienen como objetivo reconocer y fomentar el trabajo de mujeres que se dedican con perseverancia a la investigación y al avance del conocimiento científico alrededor del mundo. Desde hace 16 años, el programa FWIS ha otorgado anualmente el Premio UNESCO- L’ORÉAL “La Mujer y la Ciencia” a 5 científicas de gran trayectoria, haciendo así un merecido reconocimiento a la excelencia de su trabajo y al impacto de sus investigaciones en diferentes áreas del conocimiento (dos de ellas han sido merecedoras del Premio Nobel en 2009). Junto con las 5 laureadas, el programa FWIS otorga además 15 becas internacionales a jóvenes científicas elegidas por las comisiones científicas de sus respectivos países ante la UNESCO, con el fin de promover sus investigaciones postdoctorales en el exterior. A parte de estas premiaciones, existen además programas FWIS nacionales en diferentes países, los cuales otorgan dos becasen cada caso para adelantar estudios de doctorado.
Como lo indica Fundación L’ORÉAL, “El Premio se ha convertido en un elemento de referencia de la excelencia científica a nivel internacional, que pone de manifiesto la importante contribución de la mujer a la ciencia”.
Colombia ha contado en varias oportunidades con la participación de investigadoras dentro del grupo de las 15 becarias internacionales, como lo es el caso de Andia Chaves en el 2011, o Diana Bolaños, quien obtuvo la beca internacional en el 2010 y que fuera elegida en el 2013 por la BBC como una de las 10 mujeres que lideran la ciencia en América Latina. Como becaria internacional FWIS 2013-2014, tuve la oportunidad de participar en la semana “Por las Mujeres en la Ciencia” en marzo del año pasado y en la ceremonia de premiación llevada a cabo en la Universidad la Sorbona, en París, Francia. Este encuentro coincidió con la celebración de los 15 años de fundación del programa, y fue realmente motivador ver cómo la ciudad acogía y se unía al homenaje que UNESCO-L’ORÉAL rendía no solo a las galardonadas de ese año sino a las más de 1.700 mujeres de 108 países que se han beneficiado de esta programa desde 1998.
Muchas son las experiencias y las reflexiones que podría comentar acerca de la semana de las mujeres en la ciencia en París, pero particularmente recuerdo los talleres de discusión sobre la situación de las mujeres en la ciencia en cada uno de nuestros países y qué iniciativas se estaban adelantando con el fin de implementar políticas de igualdad de género eficaces. Dentro de mi grupo de discusión se encontraba la profesora Reiko Kuroda de la Universidad de Ciencias de Tokio, una de las 5 laureadas de 2013-2014. Sus experiencias de lucha y superación en uno de los ambientes más conservadores y dificultosos para el desempeño de las mujeres como lo es la comunidad científica japonesa me llenaron de admiración y de un sentimiento de comprensión, en cuanto yo misma he experimentado tales limitaciones en el país nipón.
Pero más allá de esto, lo que realmente me llenó de entusiasmo fue conocer en profundidad el trabajo que la profesora Kuroda está llevando a cabo cuyo objetivo es el de visibilizar la problemática de las mujeres en los ámbitos científicos japoneses y generar propuestas concretas para la eliminación del sesgo a favor de los hombres en todos los niveles académicos y profesionales. Como vicepresidenta del consejo internacional para la ciencia de la ONU, Kuroda está promoviendo la realización de paneles sobre mujer y ciencia dentro del gobierno japonés y entre éste y otros entes internacionales, y personalmente me comentaba durante el taller que “esto no es imposible de lograr en tu país o en cualquier otro, se requiere de voluntad, compromiso, y de tocar puertas, muchas puertas, continuamente, hasta que logras un mínimo de atención repartido entre diferentes estamentos y es ahí cuando se puede crear algo con un comienzo modesto pero con potenciales repercusiones en las políticas sobre participación igualitaria de las mujeres en las estructuras institucionales que sustentan la ciencia y la investigación”.
La Diáspora, como comunidad de científicos e investigadores que enfrentan la tarea de hacerse camino dentro de las estructuras de evaluación y promoción en diferentes países, comprende la necesidad de ahondar sobre la problemática de género dentro de las mismas, y más aún, apuesta por la generación de iniciativas y propuestas que reconozcan el aporte fundamental de la mujer en el desarrollo de las ciencias, la tecnología y la innovación en Colombia. Es por eso que ha conformado el nodo temático “Mujeres Colombianas en la Ciencia”, a través del cual se impulsan proyectos de divulgación del trabajo de nuestras científicas dentro y fuera del país, así como también proyectos de redes de mentorías internacionales que faciliten el acoplamiento de las investigadoras Colombianas en las instituciones y comunidades a las que se trasladan en el exterior para continuar sus estudios.
Si bien estos emprendimientos apenas van tomando forma, quienes participamos en ellos esperamos que un trabajo decidido y continuado conlleve a la generación de espacios consolidados para la socialización de experiencias, de ideas y propuestas, y también para conseguir un diálogo interinstitucional en el que tanto la academia, como el Estado y las instituciones privadas se concienticen sobre la necesidad de acordar planes que garanticen la disminución en la brecha de participación entre hombres y mujeres, tanto en programas académicos como también en posiciones administrativas. Particularmente lo visualizo como esos comienzos modestos de los que hablaba la profesora Kuroda, y que son esenciales para generar el cambio de conciencia en todos los niveles, desde quienes toman las decisiones, hasta las juventudes en quienes aún persisten los estereotipos que dictan esa mal supuesta inhabilidad de las mujeres para formular ideas novedosas, participar en proyectos de investigación ambiciosos y con potencial impacto en su área, y dirigir con excelencia tales iniciativas desde su planeamiento hasta su efectiva ejecución.
1PhD, Instituto Gulbenkian de Ciencia, Portugal.
2International Fellow, UNESCO-L’ORÉAL “For Women in Science” Program 2013-2014.
3Coordinadora temporal del Nodo “Mujeres Colombianas en la Ciencia”, Diáspora de Científicos e Investigadores Colombianos.
Fuentes adicionales de información:
Reporte internacional sobre Ciencia, Tecnología y Género de la UNESCO http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001540/154045e.pdf
Portal Mujer y Ciencia http://www.mujeryciencia.es
Objetivos de Desarrollo del Milenio 2013 de la ONU http://www.un.org/es/millenniumgoals/pdf/mdg-report-2013-spanish.pdf
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