Convocado por la Asociación para el Avance de la Ciencia (ACAC) se realizó el sábado 21 de octubre, con una muy nutrida participación ciudadana, un encuentro con los candidatos: Claudia López, Juan Carlos Pinzón, Martha Lucía Ramírez, Jorge Robledo y Renny Rueda.
Sobre el concepto general de la ciencia, tecnología e innovación, CTeI, Ramírez expresa que el conocimiento contribuye al desarrollo y a la reducción de la desigualdad. Son cinco los desafíos que, según ella, Colombia, América Latina y el mundo enfrentan con el apoyo del conocimiento: consolidar la democracia y la ciudadanía, la transformación productiva, la inclusión social, fortalecer la cooperación entre las regiones con un rol importante del sector empresarial y afrontar el cambio climático.
Ramírez está de acuerdo con la creación de un Ministerio de CTeI, financiado con asignación suficiente de presupuesto nacional y con una estrategia hacia el éxito y distanciado del clientelismo. Se requiere modificar el fondo de CTeI de sistema de regalías para eliminar el clientelismo. Los sectores clave para el país son: nanotecnología, energía, nuevos materiales y robótica. En cuanto a la CTeI y la inclusión social destaca el uso de las tecnologías de información y comunicaciones, TIC, en salud, en el sector público y para propiciar la participación ciudadana. Colombia debe ser un país fuerte basado en el conocimiento: practicante de valores, con una institucionalidad adecuada, con el cumplimiento de la ley; superando la informalidad, mediante la educación y el emprendimiento.
Robledo, de entrada, resalta la condición de Colombia como un país subdesarrollado, adoptando un capitalismo semi feudal productor de materias primas, debido a un gran atraso en CTeI. Ningún gobierno en la historia de Colombia se ha propuesto un verdadero desarrollo basado en la ciencia; en los años 60 existió un sueño modernizante, al que se renuncia en 1990 mediante la adopción de un modelo de desarrollo basado en la minería y la exportación de géneros agrícolas sin mayor valor agregado y basado en la importación de bienes complejos. Se necesita voluntad política para cambiar dicho modelo de desarrollo. El país, en lo económico y en ciencia, está en una situación crítica y empeora, ya que la brecha aumenta con relación a otros países.
Destaca Robledo la necesidad de acordar una política integral y convergente para vincular la CTeI y el desarrollo productivo, lo cual requiere también una renegociación de los TLC; dicha política debe prevenir que los graduados de posgrado permanezcan en el exterior. Robledo plantea el apoyo al proceso de paz y a la implementación del Acuerdo en cuanto significa eliminar la justificación de la violencia por la defensa de una ideología y el desarme, pero resalta que con el Acuerdo no se solucionan otros importantes problemas nacionales, debido a que se hacen en el marco de la globalización y, en el tema agrario, se avala la inserción del país en ella, a través de la especialización en productos tropicales intensivos en mano de obra barata, de difícil mecanización; y, sin hacer una crítica al proceso de paz, insiste en que hay que reconocer que se mantiene la situación de crisis: agropecuaria, industrial y la gran corrupción.
Robledo plantea que se requiere fortalecer la universidad pública y su rol en la generación de CTeI, por la tendencia a la privatización. El desarrollo científico debe estar sincronizado con el desarrollo productivo, pero en Colombia el actual modelo de desarrollo no requiere de la ciencia y la innovación.
Rueda enfatizó la importancia de la incorporación de conocimiento en la sociedad y el fortalecimiento de la democracia con la utilización de las TIC, buscando, por medio de la incorporación del conocimiento y la CTeI, una participación deliberativa y directa de la ciudadanía. Se busca neutralizar el actual poder político asociado a las instituciones con la participación directa de la ciudadanía, por ejemplo, en la veeduría del Congreso. Se otorga mucha importancia a la educación, apoyada con tecnología, para cambiar patrones cognitivos y competencias nacionales, mediante la transformación estructural del sistema educativo.
Pinzón reconoce la mínima inversión en investigación y desarrollo, I&D, y expuso su decisión de aplicar las TIC en el campo de la seguridad, campo aeroespacial, gestión pública, y en la educación. Hacia el mediano plazo una meta a alcanzar será la de incorporar las TIC para el mejoramiento de los servicios del Estado; para mejorar la educación, enfocada hacia el trabajo y la práctica de valores. Es necesario impulsar procesos para vincular la universidad, las empresas y el Estado, tal como se practica en países desarrollados. Insiste en la necesidad de un impulso a la 4ª revolución industrial, reconociendo que en Colombia se han hecho avances como en el campo aeroespacial —Colombia ya envió satélites al espacio—, en la industria naval —exportación de fragatas—, y se han logrado innovaciones tecnológicas; y se requiere transferencia de tecnología.
Pinzón propone la utilización de una red de satélites de baja órbita para llevar la CTeI a los lugares más distantes del país; y generar contenido para impulsar la educación. Resalta que se requiere una visión compartida en ciencia y tecnología, y que ya se han dado pasos importantes en investigación.
López destaca que el conocimiento contribuye a un cambio estratégico fundamental hacia un nueva Colombia; plantea que los 50 billones de pesos —7% del PIB— que se pierden cada año por la corrupción reducen los recursos para impulsar la CTeI, la educación y la cultura; por ello, y con el propósito de disponer de mayores ingresos fiscales, es imperativo atacar esa empresa criminal, reducir la carga impositiva a las empresas y a los ciudadanos; se requiere lograr la meta de una inversión en I&D equivalente al 1% del PIB. El presupuesto de Colciencias se debe multiplicar por tres, pero debe dar línea con base en una visión de futuro compartida y con mayor liderazgo. Se debe definir qué tipo de conocimiento se requiere teniendo en cuenta los sectores con ventajas comparativas, y entre ellos: salud, bioeconomía y medio ambiente, energía, innovación y productividad, construcción de Estado en el sector rural, y desarrollo rural y paz. La ciencia se debe apropiar desde el sistema escolar, con el concepto de “que todos son pilos”.
López, en cuanto a la integración de las políticas de desarrollo productivo, CTeI y educación, resaltó la necesidad de utilizar y potenciar mecanismos como jóvenes investigadores, la formación de posgrado —aunque ésta puede ser trasladada al MEN—. La meta de atención a las empresas debería ser al menos el 40% que deberían incorporar CTeI siendo apoyadas por beneficios tributarios —que deben ser mayores—, pero con medición de resultados. Se requiere elaborar una política de CTeI que implique una priorización, debido a que hoy, con el muy bajo presupuesto, existe una dispersión muy grande de pequeños proyectos; está de acuerdo en la necesidad de elaborar un plan decenal que incluya unos focos temáticos, grandes proyectos de largo plazo y recursos suficientes; y en cuanto al arreglo institucional, se debe lograr que los científicos propongan ciencia estratégica de alcance nacional articulada con la ciencia estratégica territorial. Concluye planteando que una sociedad que impulsa la CTeI derrota un entorno político de corrupción y clientelismo y un entorno económico de rentismo, mediante la exaltación del mérito, el trabajo y el talento.
Los aspectos positivos de los planteamientos de los candidatos son: su diversa convicción personal del aporte de la ciencia e innovación al cambio en la economía y la sociedad colombiana; en particular, sus contribuciones al desarrollo productivo, la educación, el medio ambiente y la democracia. Los candidatos demostraron un relativo mayor conocimiento del tema con relación a otros debates en el pasado; pero un tema pendiente de mayor reflexión por su parte es el de la gobernanza de la CTeI. Algunos ahondaron en las causas y los posibles beneficios estructurales de la CTeI: se trata de la ética enfrente de la corrupción rampante, la supervivencia de la especie enfrente al cambio climático, y del emprendimiento frente al rentismo. Como se ve, la ciencia contribuye a propiciar un desplazamiento más allá de lo político y lo productivo: aporta a un necesario cambio o “revolución” en la cultura, que debemos asumir con sana pasión para nuestro bien y el de las generaciones futuras.