Christine Lagarde y su fórmula de éxito en el Fondo Monetario internacional

Christine Lagarde y su fórmula de éxito en el Fondo Monetario internacional

La francesa abstemia y vegetariana que sabe “apretar los dientes y sonreír” para capotear las crisis, logró ser reelegida por cinco años más

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febrero 21, 2016
Christine Lagarde y su fórmula de éxito en el Fondo Monetario internacional

Desde la sede del FMI en Washington, Christine Legarde oficia como una dama de hierro y seda en su elegante figura más acorde con la de las esculturales modelos de cabello plateado, que en la mujer que clasifica de sexta en la lista de las más poderosas del mundo en Forbes. En estos cinco años de mandato en los que aplicó la fórmula de  “apretar los dientes y sonreir”, capaz de soltar las frases más punzantes para después pasar a la diplomacia más sutil, capoteó más de una crisis, entre ellas la de Grecia.

Lagarde en su oficina en la sede principal del FMI en Washington, Estados Unidos. - Christine Lagarde y su fórmula de éxito en el Fondo Monetario internacional

Lagarde en su oficina en la sede principal del FMI en Washington, Estados Unidos.

Allí no llegó de repente. Cuando la crisis del 2008 colocó de nuevo al FMI en la cúspide de la atención, el Chancellor of the Exchequer británico George Osborne, se fijó en su colega parisina y le puso en la cabeza la idea de aspirar a la dirección. Las piezas del rompecabezas cuadraron. El entonces director, el francés Dominique Strauss-Kahn, se vio envuelto en el escándalo sexual con la camarera de un hotel en Nueva York, que le costó el puesto. Lagarde fue propuesta para sustituirle, pero los países emergentes anotaron que no era justo cambiar un francés por una francesa en la dirección del FMI. Después de todo, Brasil and China estaban siendo los motores de la economía global, y Lagarde podría no ser neutral en el que se presagiaba como el gran dolor de cabeza: la eurozona. Su último empleo era ministra de Finanzas de Francia, y por lo tanto, la primera mujer en el exclusivo Grupo de los Siete. Allí su aplomo y competencia dejaron huella en el manejo de los desastres financieros. Y ese fue suficiente aval para aprobar su llegada al organismo que es, según el decir, el cancerbero de la salud financiera del planeta.

La hija mayor de un profesor de universidad y una maestra, nacida en París en 1956, había logrado una vez más, ser “la primera mujer”. Ahora, en el FMI. Se recordaría, entonces, que cuando tenía 17 años murió su padre debido a una enfermedad neurológica motora, que cursó sus estudios secundarios en Le Havre y en la Escuela Holton Arms de Bethesda (Maryland, EE. UU.), que posteriormente se graduó en Derecho en la Universidad de París X, y obtuvo una Maestría en el Instituto de Ciencias Políticas de Aix-en-Provence. Que después de reprobar dos veces el examen de entrada en la prestigiosa École nationale d’administration  (Éna), la selecta cantera de los funcionarios franceses, se incorporó al bufete estadounidense de abogados Baker & McKenzie, donde acabó siendo “la primera mujer” en presidirlo.

Con Barack Obama. Diálogo entre poderosos. - Christine Lagarde y su fórmula de éxito en el Fondo Monetario internacional

Con Barack Obama. Diálogo entre poderosos.

A los treinta y tantos tuvo dos hijos con su primer marido, volvió a casarse cuando estaba en Chicago con un hombre de negocios británico, pero hoy vive con Xavier Giocanti, un empresario nacido en Córcega al que conoció cuando era estudiante en la Facultad de Derecho.

Lo demás es lo más reciente, lo de la última década: el regreso de Chicago para asumir la cartera de Comercio Exterior en junio de 2005, y después ocupar brevemente el cargo de ministra de Agricultura y Pesca, antes de que Nicolás Sarkozy la convirtiera en junio de 2007 en “la primera mujer” en ocupar el cargo de ministra de Economía y Finanzas de un país del G-7, antes de llegar al FMI.

Los rasgos de su personalidad han sido claves para su ascenso en un mundo eminentemente masculino. La frialdad en los momentos críticos, su determinación y competencia. Esta mujer chic enfundada en sus clásicos trajes Chanel y sus bolsos de Hermés, tiene una fortaleza acorde con el organismo que lidera. A ello suma su particular sentido del humor que le permite ponerse la boina francesa en un show de televisión para contar unos cuantos chistes. Y mezclar los rasgos que dejó su paso por Bethesda: un inglés impecable y el pensamiento anglosajón, a punto que algunos de sus amigos la llaman la “americana”.  Mientras la francesa abstemia y vegetariana añora un verano recogiendo los frutos en su casa de Rouen en Normandía, el buceo, el yoga y su jardín.

Ha sido portada de la revista Vanity Fair Francia, que la ha calificado como la personalidad francesa más influyente del mundo. Foto: Vanity Fair Francia - Christine Lagarde y su fórmula de éxito en el Fondo Monetario internacional

Ha sido portada de la revista Vanity Fair Francia, que la ha calificado como la personalidad francesa más influyente del mundo. Foto: Vanity Fair Francia

Todo ello ha hecho parte sus herramientas para enfrentar las críticas. Desde aquellas de quienes cuestionan cómo una mujer que no hace parte de los grandes economistas —como Janet Yellen en la FED—, esté al frente del organismo, hasta aquellas, ya de vieja data,  que señalaban los asfixiantes planes de austeridad en España o los errores del primer rescate de Grecia (2010) o el aumento de su salario de 324.000 euros anuales en 11 % mientras recomendaba bajar el de griegos y españoles.

En la crisis griega se jugó parte de su reelección.  Era claro que un paso en falso avivaría las reservas de los países que señalan el caso de Grecia como prueba de que el Fondo está dominado por los políticos europeos, crecerían los reproches de los escasos avances en la reforma de la gobernanza del FMI, el reparto de cuotas y la norma no escrita de que el organismo siempre esté dirigido por un europeo. El desenlace dejó a Lagarde como primera y única candidata para este periodo que terminó elegida por los 188 países miembros. Para corroborarlo están las palabras del ruso Aleksei Mozhin, integrante del Directorio del FMI, afirmando que ese grupo decidió renovar el término de Lagarde después de considerar su “fuerte e inteligente primer mandato”. Suficiente ilustración.

Versión actualizada de la original del 3 de julio de 2015

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