Fotos: Arturo Jaramillo
La combinación de este año en el VIII Festival mundial de la salsa de Cali es el mejor baile con la mejor comida vallecaucana. El chontaduro y el champús han sido los manjares más codiciados por los asistentes al gran evento en la Plaza de toros de Cañaveralejo. Para los que quedaron pensando que no saben de chontaduro y les resulte extraño hasta el nombre, se trata de una fruta seca que se come con sal y tiene distintos tonos de anaranjado, que viene del Pacífico y es famosa por brindar energía y mucha fuerza. “Un chontaduro es como comprimir 1000 Red Bulls dentro de una pequeña fruta” dijo el comediante Andrés López en su show Me Pido La Ventana. Y tiene razón. Basta probarlo para constatarlo.
El Champús Valluno es aún un plato más extraño. Su consistencia liquida resulta de una mezcla a base de lulo con miel de panela, piña, canela, clavos de olor, hojas de naranja agria y trozos de lulo y granos de maíz cocido. Esta variedad de sabores hacen de esta bebida popular caleña algo único, que se debe consumir muy frio. Y como muchos dicen por aquí, la salsa caleña no es nada sin las delicias vallecaucanas que la acompañen.
El espectáculo de salsa cuyo campeón se definirá en la noche del domingo en el que los niños se han robado todos los aplausos ha tenido variaciones este año. Está complementado por un proyecto denominado Exposalsa que busca a que los bailarines se vuelquen a los distintos lugares de la ciudad, especialmente los hoteles, para que todo el mundo los conozca. Los bailarines estarán en cinco hoteles incluidos el Intercontinental y el Hotel Four Points By Sheraton, con lo que se busca recrear las grandes fiestas de los clubes y hoteles caleños de antaño.
Cualquier fiesta puede reunir hasta cien personas y los asistentes podrán bailar con los campeones de la salsa para combinar talento y rumba. Llegaran vestidos de gala y el dinero que se recoge se destinará a las escuelas de salsa que son el verdadero semillero cuyo manera de interpretar en Cali ha sido una verdadera revelación, con innovaciones en el ritmo y los pasos. Estarán en los clubes compartiendo su gracias el Imperio Juvenil, Pioneros del Ritmo, Sabor Latino, entre otras de las múltiples escuelas que ya hay en la ciudad. La mezcla de buen baile y delicias vallecaucanas este año marcaron la diferencia.
