El 11 de junio, el Superintendente de Salud Fabio Aristizábal intervino el Hospital San Francisco de Asís de Quibdó, el único de segundo nivel en todo el departamento, para atender personalmente las quejas de funcionarios y pacientes. La situación era alarmante. Además del no pago de salarios, la falta de insumos para los médicos y un caparazón que se caía a pedazos, encontró ordenes de 40 operaciones quirúrgicas en espera, falta de insumos y medicamentos y 877 consultas médicas represadas.
Aunque en febrero el entonces gobernador Ariel Palacios, hoy investigado por la Procuraduría por irregularidades en un contrato de $1.600 millones para dotar a la entidad con elementos de bioseguridad y equipos para la COVID-19, había nombrado a Julia Yadira Halaby, en reemplazo del suspendido director Carlos Enrique Palacios, ella solo logró saldar los sueldos y la prima que se debían desde mediados de 2019.
Además de las faltas y vacíos administrativos, el hospital departamental del Chocó cuenta con 59 camas de hospitalización, dos de cuidados intermedios y 10 de cuidados intensivos. No tiene planta de oxígeno ni agua potable. La esperanza para los más de 1.300 contagiados activos que tiene a la fecha el Chocó, si se agrava su estado de salud, es poder ser atendidos en la segunda entidad más importante de Quibdó, el Hospital local Ismael Roldán, de primer nivel, donde no hay camas UCI registradas ante el Ministerio de Salud.
Las otras opciones en la capital del departamento, según reportes del ministro de Salud Fernando Ruiz, es encontrar una camilla de cuidados intensivos en la Unidad Medicoquirúgica Santiago IPS, Unidad de Cuidados Intensivos y Coronarios SAS y la Unidad de Cuidados Críticos del Chocó SAS. Las tres suman 20 unidades de las 36 que tiene la ciudad y que llegaron a una ocupación del 100% en la noche del domingo 12 de julio.
#SOS En menos de 15 dias, 4 personas sospechosas #Covid19 murieron en el Hospital Ismael Roldán esperando 2 nivel, sin morgue, sin laboratorio sin UCI. @MinSaludCol @AstridSanchezM @Supersalud pic.twitter.com/kDWDLQpQJf
— NOTICIAS (@cncchoco) June 4, 2020
Después de Quibdó, son dos los municipios que concentran mayor cantidad de contagios: Carmen de Atrato e Istmina. Los dos cuentan con centros de salud de primer nivel. En El Carmen hay solo cuatro camas de hospitalización en el Hospital público San Roque y en Istmina hay 55 camas divididas en cuatro entidades. En medio de la selva chocoana son al menos 19 pueblos que sobreviven el embate de la pandemia sin ventiladores, medicamentos y suficiente personal de salud.
S.O.S POR LA SALUD DE CUPICA
Cupíca corregimiento de Bahía solano población con mas de 1000 Habitantes necesita de urgencia reactivos que sirvan en función complementaria del Microscopio para la detección de paludismo y otras enfermedades que se pueda presentar en su localidad pic.twitter.com/ksDJ98Qmd5— Emisora Quibdo Stereo (@StereoQuibdo) July 8, 2020
En el municipio de Tadó, ubicado entre el río San Juan y el río Mungarrá, el personal salud del hospital San José ha hecho varios plantones exigiendo que se les paguen los 14 meses de salarios, 6 primas vacacionales y las cesantías de 3 años. En el centro médico se atienden cerca de 19 mil personas pero la sala de aislamiento para casos Covid-19 no está termina, los 26 pacientes han tenido que curarse en sus casas, y las ambulancias mueren oxidadas en los perímetros de la entidad.
A pesar del estado de los centros de salud en Chocó, las alertas de los médicos y los entes de control, los chocoanos denuncian que no hay una intervención clara para inyectar recursos a la red de salud. Les preocupa además que los enfrentamientos entre el Clan del Golfo, los carteles mexicanos, el ELN y el Ejército empeore la situación para realizar los traslados de pacientes desde los corregimientos escondidos en el departamento hasta Quibdó. Incluso, ante la falta de camas UCI, el gobernador (e) y el gobierno nacional han optado por enviar los pacientes críticos a Medellín y Pereira para atención especializada.
Cada día se confirman en promedio 50 casos nuevos de contagio y en Quibdó han optado además por realizar exhumaciones exprés y construir 700 nuevas bóvedas en el cementerio San José ante el creciente número de fallecidos. El ministro de Salud ha enviado insumos médicos y camillas para alivianar el golpe de contagios que el Instituto Nacional de Salud prevé para septiembre.