Desde hace ya varios años, los informes anuales de deforestación del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) han mostrado a la Amazonía colombiana como la región del país más golpeada por la deforestación. El reporte de 2020 —el último oficial y que mostró la pérdida de bosque de todo el 2019— reportó 158 894 hectáreas deforestadas en el país, de las cuales 98 256 (62 %) se registraron en la Amazonía.
De acuerdo al último boletín de detección temprana de deforestación, publicado por el Ideam y correspondiente a abril-junio de 2020, la Amazonía concentró el 40,7 % de las alertas, ubicándose nuevamente como la región con más reportes. Otra de las preocupaciones es que importantes áreas naturales protegidas se encuentran allí y están siendo afectadas fuertemente por la tala y quema de bosques.
Según el último informe anual del IDEAM, un 7 % del total de deforestación en Colombia en el 2019 se ubicó dentro de parques nacionales naturales (PNN) y son cuatro las áreas protegidas que siguen preocupando a las autoridades: el PNN Tinigua (con 6527 hectáreas deforestadas), el PNN Sierra de la Macarena (2173 hectáreas), el PNN Serranía del Chiribiquete (820 hectáreas) y el PNN Paramillo (806 hectáreas). Los tres primeros se encuentran en la Amazonía colombiana y, según alertas recientes de deforestación de la plataforma Global Forest Watch (GFW) del World Resources Institute (WRI), la tendencia parece seguir consolidándose en 2021.
Intentan adueñarse del parque nacional más grande
GFW alertó sobre un alarmante aumento de la deforestación entre el 1 y el 31 de enero de 2021, en dos áreas de bosque primario intacto dentro y en los alrededores del parque Serranía de Chiribiquete. Las zonas detectadas se encuentran en San Vicente del Caguán, departamento de Caquetá; el segundo municipio más deforestado del país. Edersson Cabrera, coordinador del Sistema de Bosques del Ideam, ha enfatizado en que “solo ocho municipios colombianos concentran el 47 % de la deforestación nacional”.
La información de GFW señala que la semana del 25 de enero de 2021 fue la más crítica pues presentó 144 847 alertas de deforestación, un pico inusualmente alto si se compara con lo registrado por la plataforma para esa misma semana en años anteriores.
Por otra parte, el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), una iniciativa de Amazon Conservation Association y Conservación Amazónica (ACCA), publicó también a finales de febrero un nuevo reporte donde alerta sobre el avance en la pérdida de bosque en lo que se ha denominado como el arco de deforestación en el noroeste de la Amazonía colombiana, el cual impacta a los parques nacionales Tinigua, Sierra de la Macarena, Serranía del Chiribiquete y La Paya, además de numerosos resguardos indígenas.
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Según el informe, las áreas protegidas más impactadas siguen siendo Tinigua y Sierra de la Macarena pero coincide, como Global Forest Watch, en el rápido avance de lo que viene ocurriendo en Chiribiquete, el área protegida continental más grande de Colombia con más de 4 millones de hectáreas y que además es Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad según la UNESCO.
“El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete perdió más de 1000 hectáreas en solo los últimos seis meses [septiembre 2020 – febrero 2021], en seis distintas zonas del parque. Gran parte de esta deforestación parece estar asociada con la conversión de bosque primario a pasto para la ganadería ilegal”, dice el informe de MAAP.
En febrero ya se vivía con fuerza la temporada de incendios en la Amazonía colombiana y así lo revelaron imágenes de muy alta resolución (SkySat) que mostraron la quema de áreas recientemente deforestadas al interior del Parque Nacional Serranía de Chiribiquete. Eso también quedó registrado en un sobrevuelo realizado el 11 de febrero por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).
Rodrigo Botero, director de la FCDS, constantemente alerta sobre el acelerado avance de la deforestación en la Amazonía. “Los intereses de algunos grupos agroindustriales se consolidan y se expanden en la región amazónica. El mercado informal de tierras de gran escala sigue avanzando. Ves grandes conglomerados industriales metiéndose en áreas con restricción legal”, destaca Botero.
Cuestionamientos a los operativos contra los deforestadores
La gravedad de lo que ocurre con Chiribiquete ha sido confirmada por las autoridades colombianas. A finales de febrero de este año, la Fiscalía lideró un operativo e intervención judicial en el parque. “Diez personas fueron capturadas y señaladas de auspiciar la deforestación en Chiribiquete y áreas aledañas de especial protección ambiental. Se incautaron motosierras, guadañas y otros elementos usados para la tala indiscriminada de bosque”, aseguró Deicy Jaramillo, Directora Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos de la Fiscalía.
Jaramillo también dijo que de esas 10 personas, siete fueron capturadas en flagrancia y que uno de sus fiscales les imputará los delitos de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales, invasión de área de especial importancia ecológica e incendio. “Los otros tres ya fueron judicializados pues sus nombres figuraban en el cartel de los más buscados por la deforestación en la Amazonía”.
Asimismo, la Fiscalía aseguró que pudo constatar la afectación de aproximadamente 3000 hectáreas de bosque dentro del parque Chiribiquete y que inhabilitaron dos grandes construcciones que se estaban haciendo dentro del área protegida.
La preocupación por la deforestación no es solo en este parque nacional. La situación también es delicada en la Reserva Natural Nukak y el resguardo Nukak, en el departamento de Guaviare. Felipe Rangel Uncancia, consejero de Territorio, Recursos Naturales y Biodiversidad de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), aseguró que estuvo en la asamblea general del consejo de autoridades tradicionales “Mauro Munu” del pueblo indígena Nukak desarrollada en Caño Cumare, entre el 22 y 25 de febrero de 2021, y “se evidenciaron hechos graves de deforestación y quemas en el territorio ancestral. Las autoridades competentes y sus aliados del Gobierno hasta el momento no han asumido la autoridad en tomar medidas y sanciones inmediatas drásticas que castiguen a los infractores de estas violaciones con nuestra madre tierra”.
A finales de diciembre de 2020, Rodrigo Botero, director de la FCDS, ya insistía en su preocupación por lo que está ocurriendo con territorios indígenas. “Se siguen creando veredas [poblaciones rurales] encima de esos resguardos, lo cual es ilegal. El Estado sigue invirtiendo en tendidos eléctricos, carreteras, incluso en asistencia para proyectos productivos de los que han invadido”, le dijo a Mongabay Latam.
Desde hace varios años los expertos han llamado la atención sobre la necesidad de que las autoridades capturen a los grandes responsables de la deforestación en la Amazonía. “El acaparamiento de tierras y la deforestación van a toda máquina mientras que la aplicación de justicia a los grandes determinadores de la deforestación y los programas de desarrollo rural integral, que incluyen formalización y economía forestal, van a paso de tortuga”, aseguró Botero.
*Texto original de Mongabay Latam / Alianza editorial con www.las2orillas.co
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