Colombia tiene una historia tardía de contacto con colonias chinas, que tuvieron un flujo importante hacia las primeras dos décadas del siglo XX y un importante incremento en la década de 1980 y desde 2010 en adelante, gracias al incremento del comercio. Desafortunadamente no tenemos con China las interrelaciones que han dado fruto a unas identidades realmente colombo chinas, como sí la tienen los cubanos con Wilfrido Lam, el barrio chino de La Habana, el cementerio y la escuela.
A lo largo de América Latina florecieron los barrios chinos, algunos de ellos recientes como el de Buenos Aires pero otros muy viejos como el de Perú, país que tiene sin duda alguna la migración china más importante de América Latina y dos primeros ministros, Víctor Joy Way y José Antonio Chang son de origen chino. En México está la historia de los mártires chinos de Torreón, Cohauila, durante la revolución mexicana. Nosotros podremos siempre recordar que durante la llamada “guerra de independencia” de Panamá de Colombia en 1903, la única baja fue un chino: Wong Kong Yee, en un disparo de advertencia hecho desde el crucero Bogotá.
La población china ha crecido mucho en los últimos años, desempeñándose en todas áreas de la economía y la sociedad. Se trata de una colonia muy disciplinada, bien organizada que se ha vuelto bastante visible durante la pandemia que llegó a Colombia en marzo con unas medidas de aislamiento y cuarentena que han puesto en riesgo la economía de miles de familias.
La expansión del Covid-19 por el país dio lugar a una muestra de solidaridad sin precedentes por parte de una colonia extranjera residente en Colombia, pero no es la primera vez que los chinos se movilizan en actos de solidaridad concretos para víctimas de tragedias en Colombia. Cuando en el 2017 una avalancha arrasó a Mocoa, un sitio donde no hay mayor presencia china, el gobierno chino estuvo entre los principales donantes con un millón de dólares, pero aparte de eso la colonia china en Colombia recogió doscientos millones de pesos.
En estos meses de pandemia las donaciones estatales chinas a Colombia suman decenas de millones de dólares, tanto del gobierno central como de los gobiernos locales sobre todo a sus ciudades hermanas en Colombia. La primera donación china a Barranquilla vino de su ciudad hermana de Nanjing.
Sin embargo, lo más impactante es la movilización de ciudadanos chinos, la mayoría con sus propios negocios cerrados y paralizados, dando ayudas de todo tipo: mercados, almuerzos, material médico, elementos de aseo y dinero. Desde dueños de restaurantes donando almuerzos hasta pequeños comerciantes repartiendo mercados a barrios pobres, entregando alcohol y gel antibacterial a la policía, empresas chinas dando material médico y equipos para los hospitales y centros de salud de los pequeños poblados donde tienen sus instalaciones principales. En estos actos de solidaridad supe de la existencia de un productor de bebidas lácteas de la Sabana de Bogotá que es de origen chino y donó miles de botellas de su producto por todo Colombia.
La ayuda gubernamental china al mundo en la epidemia es verificable y mensurable: están los diálogos multilaterales entre líderes políticos y científicos para compartir experiencias, están los aviones con personal médico chino a todos los países del mundo y las ayudas en materiales y equipo de bioseguridad y tratamientos. Pero la ayuda dada por los ciudadanos chinos y por los nacionales de segunda y tercera generación chinas en Colombia es inconmensurable y sucede en todo Colombia, desde poblaciones chinas con tanto arraigo local como las de Barranquilla, Buenaventura y Cali, como grupos chinos menos numerosos de ciudades intermedias como Santa Marta, Ibagué o Neiva.
Los gobiernos locales y nacional no han sido indiferentes a estas expresiones de chinos que llevan décadas viviendo en Colombia o por sus hijos y nietos colombianos. Desde Silvia Puello, esposa del alcalde de Barranquilla, hasta María Juliana Ruiz, primera dama, separaron un momento para agradecerle a la colonia china en diferentes momentos.
La escena se repite por toda América Latina, pues estamos ante una expresión cultural de apoyo y solidaridad muy propia de los asiáticos del Asia Oriental y del Suereste, pero de los chinos especialmente que no tiene ninguna medida diferente a la empatía y a los hondísimos valores humanistas confucianos, creo yo.
*Ex embajador de Colombia en China