Su estilo había caducado hacía muchos años. Eso se ve en la medición del ECAR. Qué pesar, los que arrancamos escuchando a Yamid Amat hace muchos años ya no reconocemos ese adefesio en el que se convirtió 6AM. Todo es rápido, caótico, y lo peor, viejo. Darío llegó a ser un grande, no cabe duda. Los cinéfilos le debemos el haberle dado la oportunidad mientras estuvo como director de La Patria de Manizales le dio la oportunidad a Luis Alberto Álvarez, el mejor crítico de cine de este país, con una columna semanal. Esto es criterio. Pero eso fue hace más de cuarenta años y el calendario es implacable para todos, sobre todo para los periodistas radiales.
Yo hace mucho dejé de escuchar 6 AM, Julio Sánchez me cautivó desde hace rato, simplemente porque es la vanguardia, porque es coherente, porque se supo rodear de un grupo de periodistas que son capaces de controvertirlo, de no tener su propia conciencia política. A Julio no le gustan los lambones. Darío actúa como un gran patriarca y por eso cesitar, eriquita, darcisita nunca le llevarán la contraria. Son buenos empleados dispuestos a alabarle el vestido nuevo al emperador.
Claro que no te extrañaremos, Darío. Bien ido serás. Tu reemplazo, Gustavo Gomez Córdoba, al menos es más joven que tú y cualquier cosa en este momento será mejor para 6AM. A Reglero, el español que manda en Caracol Radio, le importó poco y nada tu Ortega y Gasset, tu Premio Ondas, toda tu trayectoria. Él sabía que eras veneno para la audiencia. Hasta el anodino Néstor Morales es mejor que él. Necesitamos sangre nueva. Ojalá le funcione a Caracol. Ojalá existan más opciones, más competencia. Ojalá Julio Sánchez Cristo y Yolanda Ruiz no sean los únicos lugares con talento en la radio nacional, Darío es parte del siglo pasado y no tenía más razones para estar al aire. Chao, disfruta tu jubilación.