Tengo una duda con todo esto lo del novelón de Merlano, el desgobierno de Duque y la reacción del colombiano. Si Merlano dice, con todo lo que ha dicho y que durará cuando otro escándalo lo sepulte, que se compró voto para la elección del Presidente, entonces la elección de él es ilegal. Así que, ¿por qué no hay una reacción de una estancia judicial y de control que abra un proceso de investigación contra Duque?, ¿por qué Char anda tan fresco teniendo más procesos que el popular “Pupileto” de Barranquilla que, pese a todas las evidencias habidas y por haber, la justicia siempre le da los beneficios?, ¿por qué el embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente, solo se sintió sorprendido y apenado con el hallazgo de un laboratorio que procesaba una tonelada de cocaína al mes en una de sus fincas, y no hay reacción de la justicia?
Por qué nos acostumbramos a criticar al vecino y no ver los defectos propios. Llamamos ilegítimo al gobierno de Maduro, ¿y el de nosotros es muy legal?
Roberto Gerlein confesó en la W Radio que sí compraban votos en la Costa, quiere decir que todo lo dicho por Merlano es cierto y Gerlein, con todo lo dicho, retó a un estamento judicial para ver si era capaz de abrir un proceso contra él. Entonces es cuando aparece mi mayor interrogante, ¿a esto se le llama democracia?
El chanchullo como plato fuerte de todos los días es lo que vivimos de una clase política corrupta, que se vale de lo más mínimo y de las necesidades para formar y diseñar a su antojo a cada uno de sus seguidores. Así formaron a la Merlano, le diseñaron nalgas, sonrisas, lujos y aunque bailó champeta para que demostrara que seguía siendo del pueblo, era nada más una prepago de la política, que aunque hoy es víctima, gozó de los placeres de la clase dominante, de la rosca, pero hoy hasta el mismo presidente de una forma despectiva la llama “señora delincuente”, mientras él se reunirá con los maestros de ella en el carnaval de Barranquilla para hacer lo que le gusta hacer, pasarla de locha.
Ahora la excusa es que Merlano es compinche de Maduro, que le planificó la huida, que le dio alojo en vez de cárcel, que la tiene bonita y ella será la payasa de los shows tanto de allá como acá, y que ella es esto y ella lo otro, y mientras tanto su hija la merlanita empelotándose y mojando prensa, mientras la verdadera justicia se sepulta en la impunidad porque no hay peor ciudadano que el ignorante con ciertas características masoquistas que para no ver la realidad, se esconde en un celular para que el agite de una publicación apague la otra, beneficiando así a su principal mentor, una clase política dominante, corrupta, con harto dinero para hacer millones de Merlano de todos los géneros, cuyo apellido se compone de lo que es la clase política MER – de mermelada y el LANO- para las épocas de elecciones.
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