Ayer me quedé súpita escuchando en Blu al alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, reconociendo como “chambonada”, el error en el decreto que abría una puerta siniestra a la financiación política de las Farc, según criticó el fiscal general, Néstor Humberto Martínez.
Ante semejante error, que implica nada más y nada menos que el dinero negado por las Farc no solo reparará a las víctimas, sino respaldará económicamente su centro de pensamiento, coincido con Nicolás Uribe en que "esto devela las verdaderas intenciones de las Farc” y que “el decreto fue firmado por cándidos demócratas". ¿Entonces las víctimas tienen que compartir el dinero que los repara con sus victimarios? ¡Es el colmo!
Muchos dirán que eso ya fue aclarado por Jaramillo y que, como me decía alguien, “eso tiene una explicación”. Pues si es por eso, todo la tiene, pero eso no es lo importante; lo que hay que observar ahora es si las “desafortunadas ambigüedades” –como lo expresó el comisionado-, serán aclaradas y puestas en el papel como tal.
El problema está en que por una razón u otra
en el 3.2.2 también quedó un capitulito pequeño
que crea una cosa que llaman “el centro de pensamiento”
Resalta el comisionado en Blu que “El fiscal está diciendo una cosa que yo entiendo por qué lo está diciendo, pero que no es cierta. El decreto ley que se expidió tiene unas ambigüedades (…) y hace referencia a dos cosas: esa plata tiene que utilizarse para reparar a las víctimas y para los programas del punto 3.2.2 del acuerdo”. Y continúa explicando: “el punto 3.2.2 del acuerdo es la reincorporación económica y social de las Farc (…). El problema está en que por una razón u otra en el 3.2.2 también quedó un capitulito pequeño que crea una cosa que llaman “el centro de pensamiento”, que realmente no es parte de la reincorporación económica y social, sino de la reincorporación política. El fiscal pensó: ‘como eso está ahí adentro lo que van a hacer es meterle plata a su centro de pensamiento y por esa vía meter plata a la política”. Así las cosas, me pregunto: y si no era esa la intención, ¿para qué dejaron el “capitulito pequeño” del centro de pensamiento en el decreto ley que habla del destino del dinero?
“Como eso está ahí adentro lo que van a hacer
es meterle plata a su centro de pensamiento
y por esa vía meter plata a la política”
Hoy entrevistaron a Rafael Pardo, alto consejero para el posconflicto, quien no solo desmintió a Jaramillo con una frase uribista, “hay compañeros que no cuidan las comunicaciones”, sino que asevera que no es chambonada sino una lectura equivocada. Y me vuelvo a preguntar, ¿si no es ambiguo, por qué ha generado suspicacia y duda en un fiscal de tanta trayectoria como Néstor Humberto Martínez?
Asegura Pardo que un término no puede cambiar el sentido de lo que se escribió. “El porcentaje para el centro de pensamiento debe provenir del fondo de campañas políticas al partido de las Farc que surge de los acuerdos”. Ojalá…
Agregó el alto consejero que hay que crear un fondo que disponga lo competente a la reparación material de las víctimas. Se le preguntó si va a tener miembros de las Farc; respondió que “no se sabe porque no se ha definido el decreto ley que será definido a su vez por un decreto reglamentario”. Van a reglamentar el decreto para evitar que las Farc se beneficien con su propio dinero en su proyecto político, pero seguramente van a estar en el consejo fiduciario que definirá a dónde irán los dineros de la reparación de sus víctimas… porque el funcionario no lo negó… ¿Ven?
El Alto consejero también se refirió al tema del dinero de las Farc, y de eso también me quiero hablar. A mí me parece infinitamente vergonzoso para el Gobierno, no para las Farc porque ellos nunca tuvieron vergüenza, y tremendamente ofensivo con los colombianos, tener que aceptar y tragarse un sapo amazónico como el que le toca ahora por cuenta de las revelaciones del Fiscal sobre la plata que SÍ tienen los subversivos y que SIEMPRE negaron.
En este punto, no quiero dejar pasar por alto un lamentable hecho del que hablé en mi columna “Farc S. A., la multinacional” sobre la “renuncia” hace un año de Luis Edmundo Suárez , director de la Unidad de Información de Análisis Financiero (Uiaf) por cuenta de la prestigiosa revista The Economist que aseguraba que las Farc tendrían guardados 10 500 millones de dólares en el 2012, información que vino de una entrevista off the record que Suárez le habría dado a una periodista de ese semanario. Recuerdo que la renuncia del alto funcionario decía que “ni el presidente de la República ni el ministro de Hacienda tuvieron conocimiento de forma oportuna” de dicha entrevista, y yo agregaba que si se hubieran enterado, obviamente no la conoceríamos.
Lo que sí ratificamos hoy es que no solo hay los 10 500 millones de dólares revelados por Suárez, sino un billón largo expuesto por el fiscal general de la Nación. ¿Y saben qué?, conocedores del tema aseguran que ese billón se queda corto. Claro, como somos un país pobre, hablar de un billón es inmenso y nos parece un montón; y por supuesto que lo es, pero esa cifra no obedece a la realidad de los “billones” que aún siguen escondiendo las Farc en el exterior y en caletas en nuestro territorio. Esto sigue siendo una burla, una ofensa soterrada a los colombianos, si se recuerda que el mismo Gobierno siempre sostuvo que a las Farc no se les había encontrado nada y lo sabía desde la UIAF.
Como dijo Juan Lozano, “lo que molesta es la mentira y afortunadamente está el Fiscal para prender alarmas; no para sabotear, sino para enmendar a tiempo los errores”.
Ahora, como ya el Gobierno sabe que las Farc sí tienen billones, la respuesta es obvia… ¡NO!, porque también tenemos que pagar la corrupción.
¡Hasta el próximo miércoles!
