Esta semana celebramos un año más del grito de independencia en Colombia, día en el que por un florero el pueblo de la época demandó libertad a la corona.
La pregunta es ¿gozamos de una verdadera independencia? Yo creo que no, vivimos aún bajo el yugo de la corrupción, del sectarismo partidista, de la desigualdad y la discriminación, entre muchos otros.
Es lamentable ver cómo el erario público se va a las arcas de los corruptos que desangran el país, tal como los españoles se llevaban nuestros tesoros. Por otro lado, vivimos en un frente nacional posmoderno, pues existe un odio entre los azules y los rojos, entre los verdes y los amarillos y al parecer todos debemos estar bajo un estereotipo político para poder encajar en sociedad.
Es lamentable ver cómo en pleno siglo XXI existen personas que coartan derechos fundamentales a los que piensan distinto, se limita la libertad de prensa (libertad de expresión), el libre desarrollo de la personalidad entre muchos otros. Se discrimina a la persona que decide distinto sobre su sexualidad, su religión o por el simple hecho de ser de una raza distinta.
Es hora de despertar y gozar de esa independencia que en 1810 nos regalaron, de ser y dejar ser a las personas tal como quieran, de repudiar cada acto de corrupción y tener conciencia ciudadana, así el país mejorará.