¿Qué no habrá hecho Cesar Mora en su ya larga carrera artística? Teatro, cine, televisión, música, buena música, con los que ha conquistado el gusto del público y se ha granjeado un afecto especial como ser humano.
Caleño, de esos que no olvidan su tierra, un día se fue para la capital y desde allí se ha proyectado haciendo lo que le gusta, y siendo bueno en todo lo que hace. Uno no logra entender como en ese cuerpo pequeño, hay tanto talento acumulado, tanta energía para compartir, para actuar, para hacer teatro, para cantar.
Vino al X Festival Mundial de Salsa para hacer parte del jurado en la clasificatoria de la Modalidad de Ensamble, que tuvo lugar en el Teatro Municipal, Enrique Buenaventura.
Creí que por su fama y popularidad era un hombre inabordable, de esos que no hacen nada pero se vuelven inalcanzables. Por el contrario, César Mora, es un hombre comunicativo, amable y sin ninguna presunción de estrella.
Luego de dar los agradecimientos a la Secretaría de Cultura María Helena Quiñones por la invitación a ser parte del jurado, lo abordé para preguntarle cómo se sentía en esta, su tierra, Cali.
“Yo me pongo muy feliz cada que puedo venir a Cali a aportarle a la ciudad algo de lo que uno ha metido en el “chip”, durante todo este tiempo. Es grato poder compartir con la gente, aportarle en algún sentido, con la mira de cualificar los productos que tenemos aquí en el Departamento. Por eso soy feliz cada vez que me tienen en cuenta para actividades como esta.
Desde el mundo de la música, ¿cómo mira usted a Cali, cómo percibe que se está expresando, musicalmente, la ciudad?
“Yo tengo la posibilidad, por mi trabajo, de ir de un lado a otro por el país. Voy a ciudades que están haciendo cosas maravillosas. Sé que Barranquilla está concibiendo cosas muy importantes. Bogotá tiene un mundo salsero muy especial. Medellín es una fuente de Salsa importantísima, pero uno ve que lo de Cali, lo que aquí se hace, se sale de todo parangón.
Lo que se hace en Cali, es absolutamente maravilloso pues no deja de producir grandes músicos, talentos maravillosos en expresiones y propuestas. Yo siento –con el perdón de los demás, y espero que esto no quede como chauvinismo de gran caleño- que en Cali, se están haciendo cosas muy importantes musicalmente.
No solo en Cali, en el Valle del Cauca, en el Pacífico, porque no nos podemos suscribir al solo hecho de la Salsa; tenemos que tener en cuenta expresiones como ChocQuib Town, Herencia de Timbiquí quienes están en el pináculo de su carrera produciendo cosas muy importantes y muy buenas, a tal punto, que hasta en la Salsa ChocQuib Town, acaba de incursionar con un tema estupendo.
Creo que aquí se están haciendo cosas muy importantes e indudablemente, -a pesar de que en otros departamentos se hacen esfuerzos grandes-, creo que el Valle del Cauca y en particular, Cali, están a la cabeza de este movimiento salsero en el país”.
¿César, usted también piensa que Cali es la Capital Mundial de la Salsa y por qué?
“No me cabe la menor duda. Cuando uno nace y empieza a escuchar esa famosa expresión “Cali, la capital mundial de la salsa”, uno al principio no tiene noción de eso. Yo tenía un padre melómano, un padre que por medio de él aprendí a conocer a la Sonora Matancera. Era el melómano de la casa, el que oía los domingos Zarzuela u Opera, pero entre semana oía la Sonora Matancera, todos los días.
Uno no se da cuenta, sino hasta que empieza a tener conciencia de las calles, cuando empieza a recorrer esas calles y los barrios, cómo es eso de de “la Capital Mundial de la Salsa”. Es que no tengo que ir muy lejos, basta ver los resultados de nuestros grandes bailarines en el mundo. Hoy la salsa y el baile se convirtieron en una fuente de trabajo y de rehabilitación, no solamente para subsistir, sino un aliciente espiritual y de vida.
Uno ve esos muchachos que denominan los sicólogos, en riesgo, y estos jóvenes están pensando en su futuro por medio del baile, por medio de la Salsa y de la música.
Por ejemplo, en estos días voy para Medellín al Festival de Cine de la Comuna 13. Allí, voy a dictar un curso con jóvenes que han sido “gatilleros”. Esto me parece que es una forma de contribuirle al país para rehabilitar una cantidad de jóvenes y eso es lo que también está haciendo Cali de una manera altamente profesional y con una cualificación insuperable.
Indudablemente que quien llega a Colombia y concretamente a Cali – no lo decimos nosotros los nacionales, ya lo dicen los extranjeros -, expresiones como: “a mí me decían que Cali era la capital de la Salsa, y tienen toda la razón”. Eso, es lo que finalmente queda en la mente del extranjero.
¿Qué está haciendo, en lo musical?
“Yo hice mi más reciente producción, un trabajo que se llama “Mi bendición”. Ahora estoy trabajando otro par de temas, con el maestro Kike Pulizaga, artista peruano, y estamos trabajando en lo nuevo.
Digamos que tengo una ventaja en términos de lo que yo hago y es que a mí no me preocupa mucho, ni tengo la motivación comercial, -que es muy importante, no quiero decir que no la tenga en cuenta-, pero no es lo que rige mi trabajo.
A mí no me preocupa si lo que yo hago es comercial o no. Me preocupa que sea muy buena música, que sea bien hecha, que no escatime en arreglos, en producción, en letras, que lo que produzco esté bien hecho, que no sea una música desechable, que sea una música que al oyente, -gústele o no César Mora-, pueda decir: es una música bien hecha y eso es lo que a mí me motiva.
Usted ha seguido la trayectoria del Festival Mundial de Salsa que llega en esta edición a la número diez. ¿Qué piensa de él y que les sugeriría a sus organizadores?
“Creo que se están dando pasos importantísimos. Los están dando muy bien, están recorriendo un camino, están aprendiendo en el hacer; como cuando uno es padre: le llegan los hijos y uno no tiene ni idea, pero empiezan a crecer y uno a darse cuenta que se les debe proveer.
Creo que eso es lo que ha pasado, con el Festival Mundial de Salsa, que ya se salió de las manos, en el mejor sentido de la expresión. Veo que hay una preocupación de la nueva directora, y en especial de la Secretaria de Cultura, María Helena, que tienen claridad y conciencia de que tienen que estar a la altura de lo mejor del mundo. Porque es que Cali, en este momento, está en la mira del mundo en lo que tiene que ver con la Salsa.
Con esto de “Delirio”, por ejemplo, uno escucha que la gente dice: ese es el Circo del sol de la Salsa. Y no exageran. Creo que tienen una puesta en escena maravillosa porque la gente se ha dedicado a darle altura y a darle trascendencia a ese material humano”.