César Gaviría, un conservador vestido de rojo

César Gaviría, un conservador vestido de rojo

"El líder del Partido Liberal es un político con intereses particulares que no quiere que Colombia cambie un gobierno tradicional por uno alternativo"

Por: Luis Acosta Villarreal
agosto 21, 2020
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César Gaviría, un conservador vestido de rojo

En el marco de la convención liberal a nivel nacional, César Gaviria Trujillo (expresidente de Colombia y hoy director del Partido Liberal) arremetió con supuesta vehemencia contra las actuaciones de Iván Duque; cosa que para algunos mostró coherencia y para otros (como es el caso de esta reflexión) generó risas.

Dicha evento se llevó a cabo el 15 de agosto del presente año y tuvo como resultado la reelección de Gaviria como director del partido por dos años más. Sin embargo, si rebobinamos la película, este mensaje solo suena a utilización política para seguir preservando los adeptos que posee en su partido, ya que no critica a Duque sino dos años después de su elección; es decir, los partidos tradicionales cerraron filas para apoyar a este candidato y ahora de la noche a la mañana se hacen estos comentarios.

Ante este panorama hay varios sectores que por el contrario no lo apoyan. Por solo mencionar algunos nombres, Juan Manuel Galán actualmente senador de este partido; Horacio José Serpa, actual senador e hijo del anterior director del Partido Liberal (exsenador y exconstituyente de 1991 por las fuerzas liberales, Horacio Serpa Uribe); y Luis Fernando Velasco, senador también de este partido y que ha sido tal vez el más vehemente y claro contra la antidemocrática dirección única del partido por parte de Gaviria.

De hecho, en un vídeo en su cuenta de Twitter, Velasco sentencia: "No estoy de acuerdo con esta elección porque no hay renovación, porque un partido que no se renueva se muere... Segundo, uno debe ser coherente entre lo que dice y lo que se hace, no bastan los discursos, si la bancada que critica ahora al gobierno le vota todos los proyectos al actual partido de gobierno. Y tercero, el partido debe recuperar su esencia socialdemocráta, y abrirse a otros partidos y a otros sectores sociales, por eso no comparto la elección de César Gaviria".

Y es que es apenas obvio, el actual director de los liberales no es más que un politiquero. Antes los liberales votaban los proyectos pero manejaban un discurso moderado y supuestamente independiente; sin embargo, desde que asumió Gaviria se dejaron las arandelas y se entregó totalmente al mejor postor. Por ejemplo, pasó de criticar a Álvaro Uribe Vélez a casi que alabarlo y apoyar a su candidato. ¿Contraprestación? Seguramente, cargos públicos para sus familiares. No puede ser coincidencia que su hija haya sido nombrada como ministra de Cultura y su esposa como embajadora en Egipto. Así que su intervención hace pocos días solo genera sonrisas de suspicacia, de coherencia nada.

Ahora bien, si queremos ir más atrás, a propósito de los 31 años del magnicidio de Luis Carlos Galán, ante tal oscuro, nefasto y miserable hecho, el hijo mayor de este, Juan Manuel Galán, le entregó las banderas de la lucha presidencial de su padre a Gaviria. Este quedó electo por la fuerza con la que Galán venía liderando las encuestas y los corazones de la mayoría de colombianos sedientos de paz y menos narcotráfico. Aun así, en sus cuatro años de periodo presidencial (1990-1994), se dedicó a entregar la economía del país a manos extranjeras y desplazar al sector público por el privado, su plan de desarrollo se tituló la "Apertura económica". Además, procuró que la inversión extranjera se potenciara en nuestra nación, con lo que empezó el declive de las empresas nacionales. En ese mismo escenario, los contratos estables y económicamente mejor remunerados fueron sustituidos por los de prestación de servicio o por los de horas.

Y con apoyo de él, Álvaro Uribe, siendo senador, presentó y creó la Ley 100 de 1993, la cual aumentó las edades para pensionarse, las semanas cotizadas que debían tener para poder adquirir este derecho, también cambió la salud de derecho fundamental a servicio y tanto los medicamentos como los contratos a los médicos bajaron de salario. Se neoliberalizó la salud y se mercantilizó, y por regla de tres las muertes por esta negligencia aumentaron. Hoy, año 2020, se agudizó la situación por la crisis sanitaria mundial del COVID-19.

Es decir, lo de Gaviria no es nuevo, es un conservador vestido de rojo y un político con intereses particulares que no quiere que Colombia cambie un gobierno tradicional por uno alternativo. Por eso, con bendición de muchos en la misma situación egoísta, es director del Partido Liberal, el cual está secuestrado, ya que, como dijo Velasco, esa no es su esencia; la esencia que Jorge Eliécer Gaitán dejó claramente marcada y que por la misma situación de oligarquías raquíticas y corruptas se tuvo que apartar del partido.

¿La socialdemocracia vencerágaviria-liberalismo o tendremos que soportar tanta corrupción todavía? Eso está por verse.

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