Hablar de Cerro Matoso es sinónimo de pujanza, riqueza y orgullo para quienes han tenido el privilegio de trabajar en esta compañía que por años ha sido referente de calidad de vida, desarrollo sostenible y, sobre todo, legado de seguridad para quienes en ella han laborado, sean directos, contratistas, proveedores o en su efecto la seguridad cobija hasta los visitantes
Hablar de Cerro Matoso nos transporta al pasado, un pasado glorioso donde muchos cambiaron su calidad de vida y la de sus familias. Me contaron algunas personas, extrabajadores de Cerro que esta es y será la mejor empresa que ha tenido la región, pero se permitieron hacer una reseña. Algunos reflejan en sus ojos un brillo, no sé si de nostalgia o de añoranzas, pero hacen referencia a ese logo del sol, saliendo de entre dos montañas y entre suspiros afirman que Cerro Matoso fue para sus vidas el motor de cambio.
Demoraría mucho contando en letras los que mis oídos han escuchado, pero intentaré ser breve y en una próxima entrega seguiré con este relato, relato que busca que nos tomemos un minuto para reflexionar y saber si en verdad lo que se dice se podría sostener en nuestro diario vivir, si en verdad se es indiferente a lo que pasa en la región o solo es molestia porque aún no se ha tenido esa oportunidad de ingresar a la compañía y se cree que el daño se le está haciendo a una multinacional, ignorando que todos seremos afectados cuando esta mina deje de existir en el territorio. Para que conste, la mina dejará de existir, pues son recursos no renovables. Sin embargo, una cosa es que el tiempo lo determine por escasez del mineral y otra muy distinta es que la vida útil y generación de cerca de dos mil empleos desaparezca por intereses particulares y ante la mezquina argumentación de "no dependo de Cerro Matoso y por mí que se acabe".
En los años 1979 y 1981 se construyó Cerro Matoso al sur del departamento de Córdoba. Esta empresa dedicada a la explotación y exportación de ferroníquel, con tan excelente calidad, en poco tiempo se convirtió en el segundo exportador más importante a nivel mundial, pero como todo en este país, cuando aún no se sabía si era productiva, poco o ningún aprecio se le dio.
El interés por Cerro Matoso nace cuando se convierte con el trabajo incansable de cientos de soñadores que en sus primeros días, cuando no era más que un monte, trabajaban usando abarcas tres punta hasta que llegó la industrialización de punta y entre todos, hombres y mujeres, convirtieron aquel cerro en una mina que ha enriquecido a propios y foráneos, y muy seguramente usted dirá que más a los de afuera y está en todo el derecho de decirlo. El tema lo estaremos abordando próximamente
¿Tenemos cosas que reclamarle a Cerro Matoso? ¡Si! y hablaremos del tema en otra publicación, pero quiero continuar contándoles que han pasado 35 años, y en una época donde el tenor de níquel era alto, la compañía exportó el 4% de la demanda mundial del dicho mineral, logró que en su momento fue un gran orgullo para la familia matocera. Eso sí, no todo ha sido color de rosas como dicen las abuelas. Esta empresa también han tenido un sin número de dificultades, pero el secreto para superarlas ha estado en su gente, que con compromiso asumió retos y obtuvo resultados exitosos. Entre esas dificultades para mencionar está la de superar la ruptura del horno, cuando se pensaba que ya nada se podía hacer y fue ahí donde el ingenio, la dedicación y amor por esa minería bien hecha sacó lo mejor de propios y extraños para lograr poner marcha el corazón de la mina y que hasta hoy sigue latiendo.
Y aunque hay cosas negativas, como ya mencioné, las positivas son mayores, entre ellas la contratación de miles de personas (hablaremos del tema empleo en otra publicación), la mejoría en la calidad de vida de empleados y sus familias, el tema de educación, que si bien no todos tienen acceso, quienes han tenido la oportunidad de estudiar en la FEM, o el Colmo como inicialmente se le llamaba, hoy por hoy sienten orgullo del proceso de formación que han tenido en dicho colegio. Y si salimos un poco del entorno de la familia matocera y sus múltiples beneficios, tenemos que hasta junio del 2018 Cerro Matoso ha entregado al Estado colombiano un monto por conceptos de regalías de más de 3.3 billones de pesos
¿Más de 3.3 billones de pesos? Sí, más de 3.3 billones de pesos. Entonces surge la pregunta, ¿dónde está este montón de dinero?, ¿qué se ha hecho?, ¿en qué se ha invertido? Además, no se puede desconocer que aparte de las regalías algunas obras inconclusas se finalizaron por el aporte de la compañía. Sobre que algunas estén en mal estado y otras no funcionen como debe ser deberíamos preguntarnos de quién es la responsabilidad. Aunque también debemos preguntarnos qué hay detrás del interés de que Cerro Matoso pague una determinada cantidad de dinero por una demanda, fuera del mismo interés de nuestra gente del San Jorge por defender los aportes que ha hecho esta empresa.
Hoy muchos se rebelan contra Cerro Matoso y muchos hasta sienten un fresquito al saber las noticias de su posible caída. ¿Será que hemos dimensionado las consecuencias del tema o hemos dividido las responsabilidades, después de muchos años? Suena el reclamo de la falta de oportunidades laborales, pero ese reclamo se hace a la empresa privada y olvidamos que no solo ellos deben cumplir con la demanda laboral.
No podemos olvidar que en Montelíbano las administraciones locales y/o departamentales son pocas las oportunidades laborales que han generado, es más, desde hace años las mismas familias viven del erario público y también han desplazado a quienes podrían optar a una oportunidad laboral, porque muchos funcionarios de las alcaldías locales parecen estar atornillados en el poder.
¿Será que como dice el adagio popular "entre más tienen más quieren"? Y es que ese querer en nuestra región no ha sido muy fuerte, pues la defensa de los derechos laborales se le ha dejado a unos pocos y se les trata de "revoltosos", y los otros que no defienden más que sus propios intereses están en un pedestal. Desde ahí manipulan de muchas formas al pueblo, que en la mayoría de ocasiones parece ser tierra de nadie cuando se trata de cuidarlo, pero a la hora de evidenciar un posible beneficio hacen "show mediático" para ganar indulgencias.
En fin, a Cerro Matoso le espera una decisión de la Corte Constitucional, no pedimos que sea favor del uno o del otro, ya que muy seguramente esta se fallará en derecho y con beneficios para las partes, pues Cerro Matoso ha manifestado que está presto al diálogo y las comunidades han firmado pactos con la empresa y se están beneficiando. ¿Pero a nosotros los de Montelíbano y el San Jorge qué nos espera? ¿Será que seguimos siendo indiferentes con la situación que mañana podría ser irreversible?
Al fin y al cabo esta región que conocimos como ganadera, agrícola y pesquera y que ahora tiene más de minera gira su economía, nos guste o no, en torno a esta empresa que ha generado y entregado miles de millones de pesos en regalías. Lástima que nuestros mandatarios olvidaron hacer proyectos sostenibles para generar empleo, y las regalías entregadas por la empresa no sabemos en qué las han invertido.
Muchos anhelan la llegada de proyectos mineros a los municipios vecinos, pero ¿será que los vecinos se dejarán quitar las oportunidades laborales como ha pasado en Montelíbano? No solo es culpa de Cerro Matoso, con el tema laboral hay varios factores y los estaremos tocando, al igual que estaremos tocando el tema de las comunidades vecinas, indígenas y demás
Por ahora concluyo diciendo que son muchos los que le han dado la espalda Cerro Matoso, incluso los que por años se han beneficiado de la empresa. No solo hablo de los "foráneos", también de los oriundos de la región, a los que les cambió la vida esa oportunidad laboral.
Hoy muchos están en contra de la empresa, pero cuando trabajaban allá o deseaban entrar a laborar y disfrutar de los beneficios les parecía lo mejor del mundo, y es preciso anotar que no se trata de arrodillarse, pues para plegarias Dios. Sin embargo, si hay algo que jamás deberíamos olvidar los seres humanos es el don de la gratitud. Como dijo Jean Baptiste Massieu: "La gratitud es la memoria del corazón".