El padre de la economía y del capitalismo sentenció su teoría con la siguiente frase: "No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés". Esa incesante gana de lucro es lo que permite que la economía funcione, que usted, su vecino y demás puedan tener trabajo y un bienestar. En la teoría del desarrollo se ha dicho de todo, pero hay algo irrefutable y es el hecho que el capital privado es más eficiente que el público, al menos en esta parte tropical del mundo.
A la necesidad de la inversión privada como motor de desarrollo, un economista austriaco propuso (realmente lo difundió) el concepto de “destrucción creativa” aludiendo que los sistemas de producción, productos y el mismo mercado, deben desaparecer (o reinventarse) para dar paso a una economía más prospera y eficiente. Y es gracias a este pequeño concepto que las personas tienen un Smartphone en sus manos, un Tv plasma y cualquier cosa que lo rodee. La idea de la importancia del capital privado y de la destrucción creativa, marcaron una brecha entre países desarrollados y el subdesarrollado.
En una ocasión le oí decir al vicepresidente de Samsung para América Latina, que los Tv plasmas son más estables y su calidad de imagen es superior a la LED, y que la transición de dejar esa tecnología, se fundamentaba en eliminar los altos costos de producción del tv plasma; algo parecido ocurrió con los transbordadores espaciales de la NASA. Eso en palabras de Schumpeter es el “proceso de destrucción creadora”, destruir algo que funciona para darle paso algo superior. La antítesis de lo anterior es NOKIA, escasamente entendió el concepto y paso en una misma década de ser la empresa que más vendía celulares en el mundo, a una empresa quebrada.
Singapur; Dubái, Las Vegas e inclusive Montería, entendieron el camino. Dubái paso en menos de treinta años de un puerto pesquero, a la capital financiera y turística de Asia -y quizás en un par de décadas a la del mundo-, lo más asombroso, lo hizo en el desierto. El destino de Singapur fue similar, su transformación estuvo jalonada por grandes inversiones privadas, por innovación y por una sociedad que permitió destruir lo que sabía hacer para darle paso algo mejor. En el capitalismo moderno el que no está dispuesto a innovar y sacrificar lo que sabe hacer bien por hacer algo nuevo está destinado a la miseria y el atraso.
Montería hace 15 años era una finca con semáforos, era un pueblo caliente con la nomenclatura de ciudad; cambiaron a punta de inversión privada, de destrucción creadora: marginalmente fueron cediendo en la ganadería, para invertir en infraestructura y servicios. Hoy es de las ciudades con más proyección en Colombia y con la tasa de desempleo más baja del país.
Si usted en Montelíbano Córdoba es “callista, musista, marchenista” o cualquier adefesio que genera la política y cree que el desarrollo está en comerse un raspado con butifarra en un parque a las 4 de la tarde (temperatura de 42 grados) y no ir con su novia, mujer o hijos, a comerse un Macflurry, un Subway , entrar a cine , caminar por centros comerciales con aire acondicionado, no se preocupe lo suyo es el subsidio, la largateria burocrática, y la marginación.
Sabiamente lo decía Rockefeller: "los pueblos que le dan prioridad a la política que a la economía están condenados al atraso. Y antes que se ponga la camiseta de su partido político y empiece hablar sandeces con el cerebro rectilíneo (o primitivo) y no con el reflexivo pregúntese: ¿Quién le está dando de comer, quién lo tiene afiliado a salud, pensión y demás? Si la respuesta es Cerro Matoso, o unas de sus contratistas, Geselca, toda aquellas pequeñas y medianas empresas pujantes del municipio, “Don pepe”… etc. Usted entendió la primera regla del desarrollo: inversión privada.
Ahora, si en cambio sigue viendo “el progreso” en canchas sintéticas, parques y pavimento le contaré una historia: todas las civilizaciones, Egipto, Atenas, Roma inclusive los Mayas construyeron monumentos, cuando su economía estaban en su mayor esplendor, no antes. Si persiste en su terquedad mental tome un taxi y recorra Córdoba, y verá que en la mayoría de municipio se hizo lo mismo: el nivel de pobreza y desempleo no mejoró. Pero si la realidad y su raciocinio no lo ayudan a concluir, no persista, ya usted es un idiota útil del político.
Sin embargo, si usted está en la otra orilla, y valora su trabajo, su esfuerzo, tiene sentido de pertenencia con su empresa, con su patrono; se levanta con ganas de tener más y vivir mejor, merece un pueblo desarrollado.
Cerro Matoso en 30 años- con todo sus problemas que le quieran atribuir- visualizó a un pueblo perdido del San Jorge frente al mundo. ¿Se imaginan si a Montelíbano llegasen 20 ó 30 empresas de igual envergadura? Es posible canalizando inversión privada, destruyendo la mentalidad minera de nuestras cabezas; emigrando a productos y servicios competitivos. ¿Cuántos empleos genero Geselca- por ejemplo- en menos de cinco años y cuántos su amigo político?