Sesionó, como cada año, en la ciudad de Cartagena, los días 13 y 14 de agosto, la Asamblea Nacional de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) y estuvo precedida de un “pliego de peticiones” al Gobierno Nacional, presentado por el vocero de dicho “sindicato empresarial”, el doctor Bruce Mac Master.
Varios columnistas de opinión y algunos editorialistas se refirieron a esa situación como la “fecodización” de la ANDI y, realmente, viene siendo así; se configuró un clásico conflicto, en esta oportunidad, empresarios-gobierno.
Todas las cifras señalan una fuerte desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía. Las proyecciones dan cuenta ya de la caída en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Y el Banco de la República bajó su proyección de crecimiento para el 2015 del 6,5 % a un 2,8 %. El sector industrial-manufacturero viene presentando, entre todos los sectores, el peor comportamiento. Acá existe es recesión, es decir, un decrecimiento de su participación en el PIB en todo el último año. Por esto la ANDI y otros sectores de opinión, incluido el movimiento sindical, se han venido quejando de la desindustrialización del país y ellos de la caída de sus negocios y ganancias.
En ese sentido, el “pliego” de la ANDI ha contemplado todo tipo de solicitudes y demandas al gobierno: subsidios a la producción en el país, medidas de protección para sus industrias, rebajas arancelarias, en impuestos y, adicionalmente, en los costos laborales. Es decir, medidas para aligerar las dificultades que atraviesan.
El gobierno de inmediato, respondió en medio del mitin en que se constituyó la Asamblea de la ANDI, ofreciendo aranceles cero para la importación de muchos bienes de producción, maquinaria y equipo importados, que representan un ahorro de $1,3 billones de pesos y la devolución de 2 puntos del IVA de las importaciones de los industriales, descontados del impuesto a la renta, por un valor de $500.000 millones de pesos.
La cuota inicial, nada despreciable, es en total de $1,8 billones de pesos. Y, adicionalmente, el gobierno ofreció que en la reforma tributaria estructural que está preparando, no tendrán nuevos gravámenes y, por el contrario, se estudian algunos alivios tributarios. Es decir, les va yendo bien.
Podría decirse, desde los trabajadores, que estas medidas ofrecidas por el gGbierno y las pedidas por el “sindicato empresarial”, de subsidios y protección, están en el marco de contrariar el recetario neoliberal del libre comercio, que, en general, han apoyado y que, hay que decirlo, es el que realmente los tiene en estas dificultades de desaceleración y recesión. Por ello, nos parece bien que el gobierno determine medidas proteccionistas. Aunque lo ideal sería cambiar el modelo de desarrollo, revisar los tratados de libre comercio vigentes y no negociar nuevos.
Pero lo que no está para nada bien es que el Gobierno incumpla acuerdos con los sindicatos de los trabajadores para exonerar a los pensionados del 8 % en salud, como sí lo hizo con los empresarios y el restablecimiento del recargo nocturno desde la 6:00 p. m., y el pago adicional del 25 % en dominicales y festivos, recortados desde la Ley 789 de 2002, medidas que beneficiarían a millones de trabajadores colombianos e, indirectamente, a los propios empresarios por el aumento del consumo y el ahorro nacional.
* Secretario General
Central Unitaria de Trabajadores