Invito a los colombianos a que vean el video que les adjunté; ojala lo hagan sin ninguna prevención para que digan si personas probas como Alexander López, Wilson Arias, Gustavo Bolívar, Antonio Sanguino, David Racero, Iván Cepeda, María Pizarro, Ángela Robledo o el resto de miembros de la oposición deben continuar en el Congreso de la República y que otros de su talante también lleguen, porque los hay a montón.
Les pregunto: ¿asumir la defensa del pueblo colombiano o de la pequeña y mediana industria, como lo hacen los congresistas que aparecen en este video, es ser comunista, castrochavista, socialista o guerrillero? Estos epítetos los han acuñado en la sociedad para hacerla coger miedo; es la única forma que los grupos económicos pueden seguir reinando en el Congreso. ¿Pero si ellos no defienden a la clase media y popular, a la pequeña y mediana industria, quiénes lo pueden hacer? ¿Arturo Char, Paloma Valencia, María Fernanda Cabal, Luis Felipe Mejía, Ernesto Macías?
Es mentira que estos señores defienden al sector privado en su conjunto, falso de toda falsedad: ellos encarnan al gran capital, al capitalismo salvaje; son agentes de los grupos económicos, como Ardila Lule, Sarmiento Angulo, Santo Domingo, Gilinski, Grupo Empresarial Antioqueño GEA, al Grupo Empresarial Olímpica y a otros grupos económicos de menor rango.
Los Char deben ser los jefes de la exministra Karen Abudinen Abuchaibe, la que le entregó a Centros Poblados (¿pero poblados de qué?) los 70.000 millones de pesos. Karen Abudinen hoy es alcaldesa ad hoc de Sincelejo, nombrada por Iván Duque ¡Cójanme ese trompo en la uña! ¿Cómo ven ese despropósito?
Los Char también son los jefes del exsenador Eduardo Pulgar, condenado a cuatro años y diez meses de cárcel por el delito de tráfico de influencias y cohecho, y de muchos senadores de la costa norte de Colombia. (Grupo Empresarial Olímpica, el clan Char).
Es común ver a los congresistas del Centro Democrático, de Cambio Radical, del Partido de la U, de Colombia Justa y Libres, del Partido Conservador, del partido MIRA o del Partido Liberal, línea Gaviria, hablar de la empresa privada; muchos creen que son defensores de la empresa privada, cuando eso no es así.
La pequeña y mediana industria no está dentro de sus objetivos. Por el contrario, las leyes que el Congreso aprueba son para acabar con la empresa privada (pequeña y mediana industria) y entregarles todo el monopolio a los grupos económicos; para la muestra un botón: ¿cuál es el objetivo de los supermercados ARA o D1, instalados en los barrios populares de los municipios? Acabar con las tiendas de barrio para que el producto de las ventas les quede a ellos; es decir, a los grupos económicos.
Mientras los colombianos le demos poca importancia a la elección del Congreso de la República, la economía familiar irá de mal en peor. Si elegimos una corporación integrada por agentes de los grupos económicos o las multinacionales, la situación se agravará.
No podemos esperar que los grupos económicos, por medio de sus representantes en el Congreso, aprueben leyes que beneficien al pueblo o a la pequeña y mediana industria; eso nunca lo harán. El 13 de marzo de 2022 tenemos una oportunidad para cambiar la correlación de fuerzas en esta corporación para que leyes como la Ley 50 del 90 o la Ley 100 de 1993 puedan ser derogadas.
Usted tiene la palabra. ¡Su voto decide!
