El centro de Medellín es uno de los puntos de la ciudad que, si se vive en ella se debe frecuentar a menudo, y, si se es visitante, se debe visitar de manera obligada. Esto porque allí están agrupados algunos de los tesoros de la capital antioqueña como la Plaza Botero, con 23 esculturas del artista Fernando Botero, el Museo de Antioquia, segundo apenas en abrir sus puertas en Colombia, o la Casa de la Cultura Rafael Uribe Uribe.
Pero, desde hace unos meses, y, a pesar de contar con una oferta cultural, artística, arquitectónica y demás, el centro de Medellín empezó a reformarse.
Uno de los elementos prioritarios de esta nueva cara que se le quiere dar es el medio ambiente y la priorización del peatón, para que disfrute de caminar y recorrer las calles. Diariamente, un millón doscientas mil personas se movilizan por ese lugar, el que llaman el barrio más grande de Medellín.
Por mucho tiempo la contaminación y la calidad del aire han sido preocupaciones de las administraciones paisas. Por eso, gran parte de la nueva cara que tiene el centro está concentrada en ofrecer más opciones a los peatones y también incentivar el uso de la bicicleta.
En el caso del Paseo Bolívar, por ejemplo, se le hizo un verdadero cambio extremo. Se intervinieron un total de 56.000 metros cuadrados para crear una zona abierta que tiene un 70 % de su espacio dedicado a la movilidad de las personas que van a pie o en bici y el 30 % restante a carros, motos y buses.
Este corredor conecta entre sí a puntos del centro como la plazoleta Nutibara y el Museo de Antioquia con la avenida San Juan a través de un paseo comercial, en el que se reubicaron a los vendedores informales y se les ubicó en casetas organizadas con el nuevo diseño.
Al tiempo se ampliaron los andenes y negocios comerciales y restaurantes, se agregaron jardines pensados para mejorar y nivelar la temperatura en un sitio de mucha aglomeración.
Este nuevo Paseo Bolívar también trajo consigo algo viejo. Se trata de vestigios del acueducto de 1840 que era el canal a través del cual el sector se proveía de agua. La Alcaldía ubicó vidrios de seguridad encima de estos puntos para que sean visibles a los peatones.
En parte, este descubrimiento se hizo gracias a que las obras de reemplazo y mantenimiento de alcantarillado, que se iniciaron en 2015, se hicieron empleando la tecnología sin zanjas, que usando robots y maquinaria, perfora la menor cantidad posible en la superficie y concentra la mayor parte del trabajo a 20 metros bajo tierra, casi sin que la ciudadanía se entere de las obras. Para este trabajo, el 70 % se completó sin excavaciones profundas.
Otra zona del centro que fue intervenida fue la Avenida Oriental, una de las arterias viales más importantes de la ciudad. Allí, se trabajó en reemplazar el cemento del separador vial con verde. El verde del pasto y de los árboles. Casi 5.000 metros cuadrados de nuevo verde.
Durante seis meses se sembraron 179 árboles, 376 palmas y 92 mil 830 plantas menores en los 2.3 kilómetros de separador vial, que desde luego, incluye el centro.
Pero el verde y la fauna que trae consigo no son los únicos atractivos del centro. Aunque hay nuevos senderos peatonales, como los inaugurados en la zona de La Playita, la oferta cultural es muy amplia.
Solo en el centro de Medellín se pueden encontrar siete museos, entre ellos el museo de Antioquia, el Museo Casa de la Memoria, el museo Cementerio San Pedro, Museo Filantético de Medellín, Museo del Agua, Museo de la Universidad de Antioquia y la Casa de la Cultura Rafael Uribe Uribe.