En las primeros 20 km planos de la contrarreloj pasada Nairo perdía 1:50 con Dumoulin, 30 segundos con Nibali y Pinot. Viendo los 10 km que tiene de más la crono de mañana se puede proyectar que perderá cerca de 3 minutos con Dumo, un minuto con Nibali y Pinot. Nada que hacer, estamos fuera del podio.
Lea también:: ¡¡Nairo me calló la boca, espectacular crono!!
Se había presupuestado que Nairo, para afrontar tranquilo la última etapa necesitaba sacarle más de dos minutos a Dumo. No lo consiguió. El Holandés está demostrando un gran estado de forma y, el próximo año en el Tour le disputará la supremacía al británico Chris Froome. Por eso no entiendo por qué tanta algarabía en redes social, ¿Qué es lo que tanto celebran? De nada sirve apelar al optimismo si están los datos y son contundentes: en su terreno favorito Nairo le sacó a Dumo tres minutos cuarenta y cinco, dos minutos los obtuvo después del apretón que sufrió el holandés antes de la última subida al Stelvio. En la única crono que ha tenido este Giro Dumo le sacó 2: 47. Nada que hacer, Dumoulin ha sido ampliamente superior.
A mí ya me están llegando cadenas de oración al guasá. Las redes sociales invocan la fe, la buena energía, el pensamiento positivo. Los datos y la realidad juegan en contra de Nairo quien no hay que olvidar que vino al Giro a preparar el Tour de Francia. Como el gran campeón que es Nairo quiere ganarlo todo pero viendo la manera en la que fue trazado este Giro, con apenas dos llegadas en alto reales, es fácil suponer que en su centenario los italianos querían que ganara Nibali. Nairo hizo lo que pudo, atacó hasta que las piernas le aguantaron. Pondrá su energía en su obsesión máxima: convertirse en uno de los nueve ciclistas de la historia en ganar las tres grandes vueltas.
Mañana, por más que se invoque al sagrado rostro, no hay nada que hacer. A Dumo le puede caer un rayo, Pinot puede pinchar, a Nibali se le puede salir la cadena, de pronto Dios mañana sea por fin colombiano. Pero no hay nada que hacer. Si mañana hay viento en contra Nairo podría perder su posición hasta con el ruso Ilnur Zakarin. Podrá quedar quinto pero nadie le quitara que el de Cómbita sea nuestro deportista más grande. No es fácil tener la regularidad de estar siempre figurando en todas las carreras, en ganar todo lo que ha conseguido a sus 27 años, una edad en la que Froome apenas empezaba a cosechar victorias.
Si quieren celebrar háganlo. La lógica en el ciclismo, a diferencia del fútbol, si existe. Lo que si me sigo preguntando es ¿Qué clase de entrenamiento tienen los ciclistas europeos? Dumo sólo había terminado una gran vuelta, la de España del 2015 donde quedó sexto. Ahora, de un momento a otro, es Miguel Induraín. ¿Ciencia o truco?