Después de varios años, la selección Colombia volvió a un mundial, con ella vuelve la esperanza y la sed de ganar y poder así demostrarle al mundo, que Colombia es más de lo que se imaginan, también es alegría, es pasión, buscando demostrar para lo que la selección se había preparado todo este tiempo y poder así enseñarlo en las canchas de Brasil.
Pero mientras los ojos del mundo se han concentrado en lo que al mundial respecta, los colombianos tuvimos varios deberes como ciudadanos; teniendo una cita en las urnas para poder elegir a nuestro presidente, dado que en la primera vuelta quedaron los candidatos Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga, con la gran entrada que tuvo la selección Colombia el día anterior, ganándole a un gran rival como lo fue Grecia. La celebración y alegría era desbordada puesto que, Colombia no había ido a un mundial desde hace diez siséis años.
Todos los colombianos salieron a las calles, ya no como una forma indígnate hacia el gobierno, sino que todos como un mismo salimos a las calles a celebrar, gracias al triunfo y la excelente presentación que tuvo el equipo de Colombia; pero mientras todo era alegría en varias ciudades principales, como Bogotá, Barranquilla y Cali, fueron donde se presentaron graves inconvenientes con el orden público, el éxtasis de la celebración llego a tal punto en que se presentaron varias riñas, congestión en las vías principales y en algunos sectores destrozos, todo esto alentado por el mal comportamiento de los ciudadanos, con la ayuda del alcohol y el irrespeto de los ciudadanos hasta para con la fuerza pública, se vio algo atropellada la celebración por el triunfo de Colombia, que a consecuencia dejo un saldo de 10 muertos.
Semanas después en Bogotá, se presentó el cumple años del equipo Millonarios, que si bien a consecuencia de la celebración del triunfo de Colombia, se tenía pensado unas sanciones a debido al comportamiento algunos aficionados de Millonarios, Bogotá sufrió caos en distintos puntos de la ciudad, debido a que las principales vías de la capital fueron bloqueadas por los hinchas de millonarios, puesto que varios de estos hincha, se tomaron las estaciones del Transmilenio, con actos vandálicos rayaron y destruyeron varios elementos de las estaciones, perjudicando a la ciudad, puesto que horas más tarde el alcalde de la ciudad, termino por decretar pico y placa todo el día acompañado con ley seca, para la segunda fecha de la selección Colombia.
Gracias a un comportamiento de gran altura de los colombianos, claro está sin dejar de lado la alegría y gozo que se compartía, la última fecha del grupo C que vivió la clasificación de Colombia como primero contra Japón y segundo la selección de Grecia, el país se llenó de los tres colores: Amarillo, azul y rojo, el ambiente de felicidad se respiraba en todos los rincones del país, una celebración que no fue opacada por actos vandálicos y desordenes, que dejaban entre ver que la alegría y la unión de pasar a octavos pero con respeto, valía más que dañar el festejo por unos cuantos que alentaban al desorden.
Queda reflexionar, sobre cómo tiene que ser el comportamiento de los colombianos ahora que hemos entrado a los octavos de final, ya que para poder mantener el orden y el respeto, fue necesario acudir a soluciones severas, que puedan hacerse sentir en la ciudadanía, ya que para celebrar no es necesario pasar por encima de nuestros compatriotas, puesto que una mala celebración tanto de uno como de otro pueden afectar la alegría de los demás. Celebrar sí, pero con desorden, no.
