“Lo que se busca con estos proyectos es que tanto profesionales como estudiantes aprendamos a trabajar con la comunidad y aportar al desarrollo del sector, ya que los índices de desempleo son extremadamente elevados en Altos del Pino y Cazucá, entonces lo que se ha procurado hacer es que los jóvenes aprendan a realizar alguna labor y habilidad técnica, en este caso construcción en bambú y estos talleres son certificados lo que les permite ampliar sus rango para la búsqueda de empleo”, aseguró Sánchez, docente de la U. Piloto y director del proyecto.
Esta aula le ha permitido a los niños y adolescentes continuar con su proceso en el proyecto, y a la comunidad en general tener un espacio comunal para sus reuniones de junta de acción, basares, etc, entre las múltiples actividades y eventos del barrio.
Hoy son alrededor de 400 niños, entre los 5 a 18 años, que se han visto beneficiados con este espacio y entre 100 y 150 adultos. La estructura se pensó con el ánimo que se pudiera transformar y fuera lo más funcional posible para los habitantes del sector. Es el rescate del espacio público, el disfrute y el uso de las zonas comunes como elementos fundamentales para el cambio social y la reconexión con la vida comunal.