La captura de ocho peligrosos delincuentes generó una polvareda política en el Valle del Cauca al conocerse que entre los capturados se encuentra un hombre de confianza y escolta personal de la candidata del Partido de la U a la alcaldía de Tuluá, Lina María Segura Moyano.
Según el Gaula de la Policía, el individuo identificado como Alexánder Medina Orozco, conocido con el alias de ‘Guadaña’, presuntamente haría parte de la estructura delictiva de Óscar Darío Restrepo, alias ‘Porrón’, considerado el 'rey' de las extorsiones en el suroeste del país y el ‘terror’ de Tuluá, quien tenía postrados a los habitantes de toda la ciudad.
De acuerdo con lo informado por el coronel Fernando Murillo Orrego, comandante Departamento de Policía Valle, alias ‘Guadaña’ presuntamente cumplía un papel importante dentro de la organización criminal, ya que ofrecía sus servicios de protección con el fin de hacer inteligencia y entregar información y datos exactos a la banda de ‘Porrón’ para que los ciudadanos no tuvieran ninguna duda que estaban siendo controlados por los criminales, “y de esta forma amedrentaban y amenazaban a las víctimas para obligarlos a pagar”.
El oficial recalcó que Medina Orozco, al parecer, se valía de su privilegiada condición para moverse entre personas de los estratos 4, 5 y 6, a quienes después extorsionaban y ‘vacunaban’. Cabe señalar que el capturado se desempeñó antes de asumir como escolta privado de la exsecretaria privada del alcalde, José Germán Gómez García, y de la hoy candidata a remplazarlo como vigilante de la Administración Municipal, siendo contratado para prestar sus servicios en la Casa de la Cultura y el Archivo Municipal.
Este negro episodio colocó en ‘el ojo del huracán’ a la aspirante a la alcaldía de la U, apoyada por el actual alcalde ‘Chepe’ Gómez y la cuestionada exsenadora Dilian Francisca Toro, quien, pese a sus enredos judiciales, aspira a la Gobernación del Valle; los tulueños ahora reclaman a la candidata Segura Moyano que explique por qué estuvo recluida a comienzos del 2000 en el Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Tuluá.
Así mismo, insisten en tener claridad sobre las circunstancias por las que la exsecretaria privada de la alcaldía del ‘Corazón del Valle’ estuvo inmersa en una investigación por un caso de secuestro y extorsión en el año 2004, del cual, al parecer, salió absuelta porque otra persona se inculpó para presuntamente favorecerla. A estos cuestionamientos que hoy salen a la luz pública se suman dos investigaciones más en su contra que se encuentran vigentes.
El tema es tan delicado que desde todos los estamentos sociales están reclamado el pronunciamiento de la política y de su exjefe, el alcalde de Tuluá, pues consideran de suma gravedad que muchos comerciantes, empresarios y tulueños en general, sin distingo de condición social o profesión, como el dirigente deportivo ‘Nacho’ Martán, el cantante de música popular el ‘Charrito Negro’ y el exfutbolista el ‘Tino’ Asprilla, entre muchos otros, se hubieran tenido que ir de la localidad agobiados por las extorsiones, mientras alias ‘Guadaña’ se movía por las instalaciones del CAM con total tranquilidad e impunidad.
A los reclamos se sumaron los representantes de los diferentes gremios, quienes exigen conocer si este sujeto tenía acceso a información privilegiada de los temas discutidos en los consejos de seguridad, de las personas que asistían a ellos para denunciar en su condición de víctimas y de las medidas y operativos que tomaban las autoridades para capturar a los responsables, entre quienes presuntamente se encontraba él, según la investigación dada a conocer por el coronel Murillo, el pasado miércoles.
El asombro y desconcierto generado por esta captura revivió en la memoria de los tulueños el accionar de esta estructura criminal que dejó una estela de muerte, imponiendo una ley del terror que llevó a los medios nacionales y extranjeros a posar la mirada sobre su realidad, porque la aparición en sus calles de cuerpos descuartizados y descabezados se hizo tan evidente que la administración de ‘Chepe’ Gómez y las propias autoridades policiales no lo pudieron negar más.
