Dilma Rousseff fue destituida a pesar de su intento por permanecer en el cargo con una defensa de siete horas en el Senado. Rousseff había sido reelegida con un estrecho margen en octubre del 2014 y muy pronto perdió la mayoría de aliados en el Congreso. Su aliado, el vicepresidente Michel Temer, se convirtió en su principal enemigo encargado de corroerle la gobernabilidad hasta llegar a la situación limite que hoy la separa definitivamente del cargo. En el afán por sostener el poder del Partido de los Trabajadores, Dilma intentó nombrar al expresidente Lula da Silva como minsitro de la Presidencia, una movida que se convirtió en un búmeran político en contra de ellos.
La plenaria del Senado brasilero decidió con 61 votos a favor sobre 81 que Rousseff debía abandonar su segundo mandato al frente del país, luego de ser acusada por abuso de poder, al tomar decisiones económicas sin consentimiento del Congreso y por el caso de Petrobrás.
El nuevo presidente en propiedad, Michel Temer será el Presidente definitivo de Brasil a partir de hoy hasta diciembre de 2018. La decisión de hoy golpea al Partido de los Trabajadores, fundado por el expresidente Luis Inácio da Silva, luego gobernar durante 13 años. Rousseff gastará su última cartucho ante al Tribunal Supremo Federal de Brasil apelando esta decisión.