Cauca y Nariño, unidos por su cultura (y por la desgracia de sus cultivos ilegales)
Para dar inicio en este artículo, enfoquémonos en un poco de economía. Bien sabemos que el mercado de las drogas es el mercado ilegal más grande del mundo. Cuando un producto es muy demandado suelen surgir mercados paralelos, informales o ilegales que buscan satisfacer una necesidad.
En la teoría económica nos dice ‘’ La prohibición genera un doble impacto en el precio del bien demandado’’ y bien sabemos que la prohibición aumenta los costos de los productos y esto también incrementa las ganancias para quienes forman parte de las industrias, cuanto más estricta sea la prohibición y la demanda se mantenga constante son mayores las ganancias de los vendedores y traficantes.
Las prohibiciones de estos productos disminuyen la oferta y esto hace que existan menos disponibilidad del producto en comparación a una oferta de legalidad, cuando sucede una disminución del producto el precio tiende a aumentar, y sus demandantes lo pagan porque es un producto muy consumido por algunas personas.
En un estudio hecho por el economista alemán Cornelius Graubert nos dice que ‘’ por cada kg de cocaína se obtiene un 1550% de ganancias’’ desde su producción hasta la venta de su consumidor.
La demanda de los productos prohibidos es inelástica, esto se debe a que es poco importante si el precio del producto aumenta o disminuye, porque la demanda se mantiene constante, el consumo de drogas es poco sensible a la variación de precio, pero bien sabemos que si el precio sube unos bienes transables su demanda disminuiría.
La combinación de la prohibición de drogas más la inelasticidad de la demanda generan unos condimentos necesarios para la aparición de otro factor que son los carteles de drogas.
Ahora bien, trasladémonos a una zona de nuestro país la cual es el departamento del Putumayo. En este departamento de diversas culturas y ecosistemas, fue donde a finales del siglo XX y principios del siglo XXI entra el Estado a erradicar los cultivos ilegales en la zona, donde se encontraban diversos grupos armados, los cuales eran los culpables de las masacres y lo malo que estaba viviendo el departamento en esa época.
Esto llevo a que los cultivos ilegales se trasladaran a varios departamentos del país, donde los principales departamentos afectados por esta situación son Nariño y Cauca, y aquí es donde comienza la angustia para muchas familias que se ven afectadas por esta situación.
Desde mi punto de vista y lo vivido, muy bien sabemos que el agricultor colombiano gana muy poco para la inversión que hace en sus cultivos, y además de esto la alza en los insumos y abonos que son necesarios para la producción de los estos, le deja muy poca utilidad a nuestros campesinos.
Este punto de vista es tomado de la persona que tiene un terreno o una finca para cultivarla, ahora vamos para la persona que gana trabajando en estas tierras y solamente está teniendo sus ingresos de lo trabajado en el campo, que no es un trabajo fácil, esta persona en el día se está ganando un aproximado de 25.000 a 30.000 pesos colombianos, y no tiene para brindarle una educación de alta calidad a sus hijos. No vamos a justificar a nadie, pero la mentalidad de las personas que viven en zonas hostiles son que, si se entran a trabajar en los cultivos ilegales, tendrán una mejor vida para ellos y sus familias.
Nariño, ubicado en el suroeste de Colombia es uno de los principales productores de coca del país. Nariño lo podemos describir como un territorio de bellos paisajes con muchas mujeres hermosas y unas personas increíbles que te atenderán de la mejor manera posible con su amabilidad que nos caracteriza, pero también abandonado por el Estado donde se resalta mucho la pobreza por años de conflicto armado entre las guerrillas, el Estado y los grupos paramilitares.
Quizás en otra parte de Colombia sea tan evidente como funciona la economía alimentada por la producción y el tráfico de cocaína. En algunos de sus pueblos son dependientes de la transformación de la hoja en pasta base, donde se conectan con los actores criminales locales e internaciones, donde construyen sus rutas marítimas o terrestres para sacar la coca hacia el norte del país.
Según las cifras oficiales, Nariño es el departamento que más coca produce en Colombia: 29.755 hectáreas cultivadas en 2015 según la medición hecha por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD). Según cálculos realizados por InSight Crime, de cada hectárea pueden extraerse cerca de 7 kilos de cocaína, con lo cual, el departamento de Nariño habría producido unas 208 toneladas ese año. Una fuente militar en Tumaco aseguró que en 2016 salieron de Nariño unas 350 toneladas de cocaína. Así como también tuvieron incautaciones.
Lo que uno a estos dos departamentos es la parte cultural, ambos poseen varios climas desde los páramos, hasta las templadas costas pacíficas.
También otra similitud que podemos encontrar son; sus entidades indígenas, los afrocolombianos y sus diversas razas de personas. También algo similar que podemos encontrar en estos dos departamentos son los carnavales de negros y blancos que se desarrollan en ambos departamentos en diferentes tiempos del año.
En la actualidad, la situación en el norte del Cauca no es nada sencillo, lo que conlleva a una vinculación al narcotráfico nacional e internacional que es lo más grave por la producción de coca, amapola y marihuana.
El Cauca es el puente geográfico de Colombia para la exportación de estos productos ilegales, ya que tiene límites con Nariño, Putumayo, Valle del Cauca, Huila y el océano Pacifico que es por donde más canales tienen para las exportaciones internacionales.