Muchas cosas se han dicho por estos días sobre la minga, desde la más irrisible hasta una que otra argumentada. Tenemos por un lado los supuestos complot de la “extrema izquierda nacional e internacional” hasta la carcomida tesis de “la culpa es de otros”.
El miércoles 27 de marzo, varios congresistas abandonaron su plenaria y decidieron ir a la Casa de Nariño en busca de un diálogo con el presidente Iván Duque. Sin embargo, y ante el llamado del parlamento, él se hizo el de oídos sordos y dijo que la protesta era un simple capricho de “oposición”.
Aún cuando la minga anuncia con protuberancia su intención de extenderse por el país, de seguir en pie de lucha, de hacerse sentir, la indiferencia enarbola la arrogancia gubernamental. Realmente es muy poco lo que se ha adelantado en las conversaciones con la ministra del interior, Nancy Patricia Gutiérrez, eso hay que decirlo.
Desde el viernes pasado la minga se ha dirigido al Cauca como un eje fundamental para la expresión de resistencia de un pueblo. Se han movilizado comunidades del departamento del Huila y del Valle para ser agrupadas en el Cauca, sostener su lucha y reclamaciones, mientras bloquean una vía importante para el país, como lo es la Panamericana. Este tipo de bloqueos se han hecho innumerables veces, se han institucionalizado hasta cierto punto, pero la expresión tiene poder.
No obstante, ante la inminente exigencia de los mingueros por la presencia del máximo mandatario del país, Iván Duque reitera que no asistirá hasta que sean levantados los bloqueos.
"No podemos aceptar las vías de hecho como un mecanismo. Nos preocupa la presencia de grupos armados en esa zona que amenazan la población. El gobierno tiene toda la voluntad para dialogar y trabajar de la mano con el Plan de Desarrollo, pero se deben levantar las vías de hecho", expresó Duque.
Por el otro lado, el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) expresó con su líder lo siguiente: "Frente a lo dicho por el presidente, que no viene, se fortalece la minga a nivel nacional. Se convoca pues a las organizaciones a nivel nacional para que todas las regiones se levanten y salgamos a defender los derechos que hemos venido pidiendo en la minga".
Sin duda, lo que puede suceder en los siguientes días, es la articulación de diferentes sectores del país, a las manifestaciones. Un gran paro nacional, porque para nadie es un secreto que otros sectores —como el gremio de los cafeteros— hoy por hoy tienen pérdidas considerables. La minga siempre ha estado preparada para resistir, hace falta una mirada al 2008.
El Cauca es un departamento resistente, uno en donde se podría iniciar un gran pacto nacional, que permita avanzar como país, sin tantas palabrerías. El Cauca es paz, el Cauca es minga y representa a la fecha la lucha por un mejor país.
Señor presidente, por último, y aunque no soy partidario de su gobierno, lo invito a construir de las manifestaciones públicas país, porque lo cierto del caso es que el futuro es de todos.