La majestuosidad de la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario en Manizales ha sido elevada a nuevas alturas gracias a la reciente instalación de una impresionante escultura del Cristo Redentor en la punta de su aguja central. Esta incorporación, realizada en 2017 bajo la dirección del tecnólogo mecánico Eugenio Arango, ha transformado la apariencia de la catedral y la ha colocado en una destacada posición en el panorama arquitectónico de Hispanoamérica.
Con esta nueva adición, la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario ahora se alza imponente a una altura total de 115 metros desde su base, rivalizando directamente contra la Basílica del Voto Nacional en Quito, Ecuador. Ambas iglesias ostentan la misma altura, lo que les permite competir por el título de la iglesia más alta de Hispanoamérica, al igual que por el reconocimiento como el templo neogótico más alto de toda América.
La catedral, Monumento Nacional de Colombia desde 1984, destaca por la suntuosidad de su arquitectura, cuyo diseño neogótico correspondió al arquitecto jefe de los monumentos históricos de París, el francés Julien Polti. Uno de los aspectos más notables de la catedral son sus amplios espacios diáfanos en las naves, que invitan a la reflexión y a la admiración de la grandiosidad arquitectónica y confieren de un misticismo y solemnidad inigualables al espacio, transmitiendo una sensación de serenidad y reverencia.
Al adentrarse en las naves, los visitantes son recibidos por una atmósfera de paz y tranquilidad, que invita a la reflexión y a la conexión espiritual. Una atmósfera iluminada por los rosetones y vitrales que adornan la catedral creados por maestros florentinos, quienes han plasmado escenas religiosas y escenas bíblicas magníficas en los más de 700 metros cuadrados de multicolores y luminosas vidrieras, consideradas como auténticas obras de arte dignas de menciones honoríficas.
El rosetón principal, que evoca a la virgen del Rosario, mide más de 9 metros de diámetro y se ubica sobre la puerta principal, en el imafronte de la nave central, creado por el maestro Mario de Ayala; igualmente, uno de los vitrales más relevantes representa la escena de la última cena, otro representa a Abraham al momento de sacrificar a su hijo Isaac y Melquisedec ofreciendo vino y pan, y muchísimos más adornan la divina estructura.
| También le puede interesar: Manizales sigue siendo por dos años seguidos la ciudad más transparente de Colombia en gestión pública
La instalación del Cristo Redentor de aproximadamente 600 kilogramos forma parte del proyecto más reciente de restauración de las esculturas del templo. Este ambicioso emprendimiento también incluyó la colocación de estatuas de los 4 santos, San Marcos, Santa Inés, San Pablo y San Francisco, que dan nombre a cada una de las 4 torres laterales de la catedral, pero que debido al terremoto de 1962 sufrieron daños al punto que la torre de San Francisco se derrumbó y duró sin reconstrucción 26 años. Estas magníficas esculturas agregan una dimensión de espiritualidad y devoción a la catedral, enriqueciendo aún más la experiencia de los fieles y visitantes.
Además de las maravillas artísticas y religiosas que ofrece la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario, el corredor polaco es un tesoro vivo en lo más alto de su aguja central. Este pequeño corredor circular, ubicado casi en la punta de la aguja, ofrece una vista panorámica espectacular de prácticamente toda la ciudad de Manizales. Desde este punto privilegiado, los visitantes pueden deleitarse con una vista impresionante, observando la belleza de la ciudad y su entorno natural en todo su esplendor.
La Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario en Manizales se ha convertido en un símbolo icónico de la ciudad y un verdadero testimonio de la grandeza del arte y la arquitectura. Su altura imponente, su rica historia y su belleza estética la colocan en el centro de atención tanto a nivel nacional como internacional, y ahora compite por ser el templo neogótico más alto de América. Esta catedral cautiva los corazones de los creyentes y los amantes de la arquitectura, dejando una impresión duradera en todos aquellos que tienen la suerte de visitarla, ya que como hemos podido darnos cuenta, su majestuosidad no solo se limita a su altura imponente: es un testimonio vivo de la creatividad humana, la fe y la importancia del arte en la sociedad, es una joya arquitectónica de Hispanoamérica, América, y el mundo entero.
