El 27 de septiembre se celebraron elecciones para elegir a los diputados que representan a los catalanes en el Parlament de Catalunya. Para quién no conozca este territorio políticamente reconocido por su autogobierno, Catalunya es una nación. Y eso es así según su Estatuto de Autonomía, ley que regula esta región. Y por la mayoría de estudios de opinión que han hecho desde diferentes organizaciones pluriescópicas nacionales e internacionales.
Actualmente, forma parte del Reino de España. Con una población de siete miliones de personas, no todas con derecho a la ciudadanía, como pasa en toda España por sus leyes. Y con una lengua, cultura y tradiciones propias que configuran un relato histórico común con otras comunidades del estado español y de Francia.
Este parlamento regional del Estado español nunca había tenido una mayoría secesionista en su seno. Los independentistas ganaron. Y con mayoría absoluta de escaños. Es por eso que los dos grupos claramente favorables a la independencia ya han iniciado un proceso de creación de un nuevo estado. Han redactado un primer texto para hacer una declaración solemne para iniciar un proceso de creación de "una República" catalana "independiente".
Un proceso, que como uno de los dirigentes del partido mayoritario (Junts pel Sí), Josep Rull "será iniciado pero necesitará de otro mandato democrático". Este último mandato popular, pasado por las urnas, será "para culminar el proceso". O sea, para declarar ya formalmente al resto de estados de las Naciones Unidas su independencia.