En las inmediaciones de la Embajada de España realizaron un acto simbólico de apoyo a sus hermanos independentistas.
Frente a la Embajada de España en Colombia y, posteriormente, en el parque de la 93, los catalanes —agrupados en un movimiento social denominado CDR Bogotá o Comité de Defensa de la República de Catalunya en Bogotá— regalaron rosas a los transeúntes y reclamaron pacíficamente la libertad de sus presos políticos, encarcelados tras el Referéndum del 1 de octubre (1-O) para decidir sobre la independencia.
Jordi, uno de los miembros catalanes del CDR Bogotá, explica que la intención es “apoyar desde afuera a Catalunya, que se vea que la gente se moviliza, que apoya el proceso, que está en contra de toda la injusticia que está sucediendo, porque toda represión en el siglo XXI es increíble, surrealista”.
“Actualmente, en Catalunya se vive un estado de excepción encubierto que se traduce en la judicialización de la política y en la criminalización de la protesta. Frente a esta represión política que el Estado español aplica en Catalunya, la gente se está movilizando en las calles. Los CDR son una respuesta legítima, pacífica y desobediente, ante esta deriva autoritaria de ese Estado. La gente de los CDR está resuelta y determinada a hacer frente, de forma pacífica, a toda esta represión que se ha instalado en Catalunya en los últimos meses. Desde el CDR de Bogotá podemos denunciar la degradación de la democracia que se vive en Catalunya, podemos sensibilizar y solidarizar a otras personas para que se concienticen y actúen en contra de este Estado brutal. Los CDR no pararán hasta ver, libres y en Catalunya, a nuestros presos y exiliados políticos”, dice Edmon, del CDR Bogotá, al argumentar el desarrollo de este tipo de acciones.
Con tales propósitos y aprovechando que se aproximaba el día de Sant Jordi (23 de abril) —una fiesta popular de Catalunya en la que se intercambian rosas y libros—, el CDR Bogotá decidió, con rosas amarillas en mano, realizar su segundo encuentro orientado a reforzar los lazos de hermandad y dirigir una voz de aliento y solidaridad con los presos y exiliados por motivos políticos, como el presidente Carles Puigdemont.
Otro de los objetivos, según el CDR Bogotá es internacionalizar el conflicto y decirle al mundo que sus acciones son a favor de la democracia y los derechos y libertades cívicas. “Los objetivos son romper ese discurso único hegemónico que es el que nos llega desde los mass media, que en Catalunya el movimiento republicano vea que tiene apoyo de los catalanes que viven en el exterior y que el Estado español se dé cuenta que en todas partes están apareciendo CDRs que están apoyando la situación de Catalunya”, destaca Jaume, del CDR Bogotá.
Las denuncia
El CDR Bogotá busca denunciar y contrarrestar el mensaje negativo que se está difundiendo sobre la imagen de los independentistas y movimientos que como este se están gestando en varias partes del mundo. “Contrarrestar la imagen que nos quiere dar España —a los proindependentistas y los CDR—, pues ha acusado a los miembros de los CDR de hacer terrorismo y nuestro 'terrorismo' es repartir rosas, repartir besos, repartir abrazos. Creo que poco a poco el mundo se está dando cuenta quiénes somos nosotros y quién es el gobierno de España”, asegura Evelyn, una catalana que desde hace siete años vive en Colombia y que ahora forma parte del CDR Bogotá.
A título personal, Mireia, también integrante del CDR Bogotá, señala que “cada vez es más importante la internacionalización del conflicto y la denuncia de la deriva antidemocrática y de la libertad de expresión que no está siendo tan respetada como se esperaría de un país europeo”.
Y agrega: “Es importante que nos juntemos y podamos denunciarlo desde afuera. Esto también da visibilidad a lo que está sucediendo allá porque la versión que está trascendiendo en los medios de comunicación en muchos países, especialmente en Latinoamérica, es una versión muy centrista, es el relato construido por el Gobierno español. Es importante que los propios ciudadanos puedan explicar desde su propia vivencia lo que está sucediendo ahí, y hacerse escuchar de forma, obviamente, pacífica siempre pero también reivindicativa”.
“Ayer mismo en el partido de fútbol se estuvieron decomisando camisetas amarillas y carteles con mensajes de libertad para los presos políticos. No hay ninguna ley que impida eso. La Policía obligaba a la gente a quitarse las camisetas amarillas y a botarlas ellos mismos a la basura, solo porque ellos son la ley y el orden, que no son ni ley ni orden”, declara Evelyn.
Sobre el CDR Bogotá
A pocas semanas de haber sido conformado, el CDR Bogotá ya cuenta con 34 miembros, en su mayoría catalanes, aunque también se han ido sumando algunos colombianos que buscan solidarizarse con la causa. Sin embargo, esta cifra, según el CDR, va en aumento a medida que se difunden sus mensajes e iniciativas de solidaridad y reivindicación.
“Este es un espacio diverso, hay sensibilidades de todo el espectro político, es decir, no es algo que se reduzca a las tres candidaturas o partidos independentistas, sino que aquí ha llegado gente de otros espacios también, pero en defensa de la democracia y de los derechos y las libertades civiles”, explica Jaume.
El pasado domingo 15 de abril, el CDR Bogotá desarrolló su primera acción en el Parque de la Independencia, lugar en el que confluyeron cerca de 20 personas, entre niños y adultos que fueron citados por el movimiento. Allí, armados con su color insignia, el amarillo, y con lazos de este mismo color que abrazaron a los árboles a modo de estela, buscaron reiterar que sus actos son de carácter pacífico.
"Tú no llevarías a niños a un sitio en el que va a haber agresividad, una batalla campal, ¡Jamás! Es que justamente las concentraciones nuestras en Catalunya y ahora en Bogotá tienen un común denominador que es el pacifismo, la fiesta, la alegría, y la unión del pueblo. Por eso, ahí te encuentras a abuelos y a niños, pero siempre es la fiesta, reinvindicativa por supuesto, y de carácter pacífico siempre”, concluye uno de los miembros del CDR.
El origen de los CDRs
Meses antes del referéndum de independencia del 1 de octubre (1-O), en 2017, comenzaron a surgir en Catalunya los autodenominados Comités de Defensa del Referéndum (CDR) con el propósito de defender la democracia y el ejercicio del derecho de autodeterminación, pues el reférendum había sido suspendido por el Tribunal Constitucional.
Procurando garantizar la realización plena del referéndum, desde el viernes 29 de septiembre y hasta el domingo 1 de octubre los colegios electorales fueron ocupados por los CDRs con el fin de impedir su cierre durante el fin de semana y el desalojo el 1 de octubre.
En días posteriores, los Comités de Defensa del Referéndum fueron cambiando gradualmente su denominación a Comités de Defensa de la República o CDRs —nombre tomado de Cuba, de los comités de defensa de la revolución—, con la intención de movilizarse, esta vez, a favor del cumplimiento del resultado del reférendum del 1-O, la proclamación de la República de Catalunya y, recientemente, en defensa de los presos y exiliados por motivos políticos, la libertad de expresión y los derechos humanos y civiles.
Quienes quieran unirse al movimiento en la capital colombiana pueden hacerlo enviando un mensaje a su cuenta en Twitter: @CDRBogota o a través de la etiqueta #CDRenXarxa.