Como persona mayor de edad, siempre he luchado por mi pasado biológico, de manera forzada buscaron inventar un vínculo familiar que nunca se creó. Muchos testigos en mi vida en Bucaramanga pueden revelar que todo mi destino lo he generado por iniciativa propia. Mis padres eran mis profesores, luego los libros y luego mis profesores de universidad.
Tengo ya 38 años y bien dice la ley, los artículos 61 a 78, 107, 108 y 123 a 127 del Código de la Infancia y la Adolescencia - Ley 1098 de 2006 regulan la institución jurídica de la adopción. Acorde con estas disposiciones no existe el derecho a adoptar, sino el derecho fundamental del niño, niña o adolescente a tener una familia.De esta manera, la adopción es “principalmente y por excelencia, una medida de protección" (artículo 61).
Jamás la familia Ortíz y la familia Clavijo significaron algo para mí. Desde 1985 sabía que no eran mi familia, desde 1994 conozco los primeros indicios de mi familia biológica. Hasta el 2006 pudimos recolectar la mayoría de documentos, entrevistar a los participantes de la época.
En aquella época el ICBF en menos de un mes recibió una solicitud para adoptar, para valorar y para designar. Fue validado por cuatro familias poderosas la idoneidad de los adoptantes. Sufrí abuso sexual,violencia física y otros. No eran los pertinentes.
Socorro, la señora del lógico, ético y estético más famoso de Santander, fue la que revisaba mi proceso porque ella sabía mi verdadera filiación.
Por más que legalizaran otro apellido, desde antes, mi padre adoptivo y mi padre real trabajaron juntos, negociaron cómo salvarle el honor a Rodolfo, mi padre real y salvar su matrimonio. Eso significa una manipulación, un fraude pintado de legal, como si yo fuera una mercancía.
El artículo 76 me da el derecho a conocer mi origen, y bueno en honor a mi madre, uso el nombre de mi padre y el apellido de mi madre, como escritor, Rodolfo García.
Solo deseo conocer las coordenadas de mi madre biológica, un tándem de abogados que me quiera asesorar para obligar a una prueba ADN a Rodolfo Hernández y poder saber mi historia, lo agradezco, escriban a [email protected].
Es un caso suigeneris, pero uno tiene derechos biológicos a respetar. ¿Se podrá en Colombia?