Después de todo un día de conferencias y paneles en temas orientados a reducir la pobreza en el Caribe colombiano, Casa Grande constituye un referente sobre la importancia de la unión del sector público, la empresa privada, las organizaciones no gubernamentales y la academia para constituirse en promotores reales del desarrollo regional.
En dicha cumbre realizada el pasado jueves 30 de noviembre en la ciudad de Santa Marta se abordaron con el mayor rigor técnico, pero explicados de una manera muy sencilla cinco problemas álgidos para la vida de los costeños, educación, salud, saneamiento básico, nutrición y eficiencia en el gasto.
El mensaje para el Caribe es contundente “eliminar la pobreza en el periodo 2018-2030” y nuestro departamento como es costumbre contamos con el más grande rezago en los diferentes sectores evaluados.
Para los guajiros es urgente escalar la experiencia Casa Grande Caribe al ámbito departamental, frente a tan importante reto para nuestro progreso social no podemos seguir siendo convidados de piedra, puede ser este el modelo desde un punto vista metodológico la ruta a seguir para sentar las bases que conduzcan al departamento de La Guajira a salir de la crisis profunda en la que nos encontramos.
Son muchos los aspectos que se pueden extractar de este importante proceso de planeación estratégica para el Caribe y que pueden ser fácilmente replicados para el caso nuestro. Un elemento esencial es la participación de todos los sectores de la sociedad en la construcción de un proceso serio y bien planificado, como prenda de garantía de una sociedad informada y comprometida en la construcción de su propio futuro.
Un diagnóstico claro y bien analizado por instituciones de orden académico revestidas de toda la autoridad técnico-científica para proponer alternativas de soluciones cuantificables y realizables en el tiempo. Una visión como guía orientadora de lo que se quiere lograr en un periodo de tiempo definido, que impone la necesidad de actuación ante el problema planteado por los involucrados e impide que la pobreza sea una constante infinita en nuestro territorio.
Unos objetivos bien definidos que permiten a la institucionalidad enfocar los esfuerzos en una misma dirección, que constituyan una hoja de ruta para la formulación de las estrategias y la asignación de los recursos, establecen una agenda predefina para los gobiernos subsiguientes que evite de esta manera la falta de continuidad en los procesos de ejecución independientemente de los elegidos o grupos a los que pertenezcan.
La cumbre finaliza con la firma de un pacto social en donde participan todos los sectores de la sociedad dispuestos a contribuir con el desarrollo de la región, constituyéndose en un mandato de los asociados que se debe cumplir sin importar el vaivén del ejercicio electoral de cada cuatro años.
El balón está en las manos de los siete departamentos de la Región Caribe, la sociedad entre estos está formalizada “Región Administrativa y de Planificación”, los objetivos son claros “Educación, Salud, Saneamiento Básico, Nutrición y Eficiencia en el Gasto” y el tiempo para lograrlo bien delimitado 2030.
Los guajiros tenemos la misma tarea, ser capaces de superar la histórica polarización que generan los grupos políticos tradicionales y ponernos a trabajar por un departamento que pide de sus hijos propios y adoptivos el mayor compromiso con la sociedad, hacer lo contrario es mantenernos en el ostracismo y seguir siendo la cenicienta de la pobreza y la desigualdad de Colombia y la región Caribe.
