El rey Carlos III se convirtió en blanco de críticas tan solo días después de su ascenso al trono.
Esto tras los informes publicados por el periódico 'The Guardian', que indican que hasta un centenar de empleados de Clarence House, la antigua residencia del monarca, han recibido cartas en las que se les avisa que sus servicios ya no son requeridos.
Entre los afectados figuran secretarios privados, la oficina financiera, el equipo de comunicaciones y personal del hogar.
Y es que tras el acceso de Carlos, él y su esposa Camilla, reina consorte, deben trasladarse al Palacio de Buckingham, por lo que Clarence House cerrará y "ya no se necesitarán" los servicios del personal, explicó el principal asesor del rey, Clive Alderton, en un comunicado.
Aún así, Alderton aseguró que están "trabajando urgentemente para identificar funciones alternativas para el mayor número posible de empleados".
En caso de rescindir de los servicios de un trabajador, adelantó que "recibirán indemnizaciones mejoradas" una vez que la medida entre en vigor, prevista para dentro de tres meses.
El aviso se produjo en medio de las ceremonias de despedida de la difunta Isabel ll, por lo que el Sindicato de Servicios Públicos y Comerciales calificó de "poco menos que despiadada" la decisión de la realeza.
"Aunque era de esperar que se produjeran algunos cambios en las casas, ya que las funciones de la familia real cambian, la escala y la velocidad con la que se ha anunciado es extremadamente cruel", dijo el secretario general del sindicato, Mark Serwotka.
Según el resumen anual de Clarence House, Carlos III empleó al equivalente de 101 empleados a tiempo completo, un tercio de los cuales trabajaban en la oficina de secretarios privados.
Videos exponen a un Carlos III altamente irritado
Y es que la polémica por los posibles despidos no es la única crítica que está persiguiendo al nuevo monarca, sobre quien reposa la responsabilidad de mantener el estatus de la monarquía más famosa del mundo, así como la unión de la familia real tras la muerte de su madre.
Otras críticas que han circulado por la prensa británica reposan en dos videos que mostraron al monarca visiblemente irritado ante dos incidentes sucedidos en los últimos días, uno por un bolígrafo al que se le escurría la tinta y otro por un objeto que se le presentó como un obstáculo.
En uno de los videos difundidos se ve a Carlos III perder la calma cuando un bolígrafo comenzó a dejar caer tinta mientras firmaba un libro de visitas frente a las Cámaras en Irlanda del Norte, una de las cuatro naciones de Reino Unido que el nuevo soberano visitó en su primera gira real.
El aterrizaje de Carlos III en la cúpula de la monarquía británica sigue generando turbulencias. Se enojó por la cantidad de objetos en el escritorio y, ahora por las rutinas soberanas y la tinta que no funciona. pic.twitter.com/IEIRQFR8ZI
— TN - Todo Noticias (@todonoticias) September 13, 2022
Esto ocurrió después de otro episodio de tensión, cuando el pasado sábado el monarca hizo algunos gestos de irritación a las personas que trabajan para él, cuando un portalápices se interpuso en su camino mientras firmaba un documento durante su ceremonia de ascensión.
While signing an oath at the Accession Council, King Charles III ran out of room and gestured for an aide to help make some space on the desk. https://t.co/zRfXNO1crQ pic.twitter.com/Fl5Ge24EZY
— ABC News (@ABC) September 10, 2022
El monarca ha estado altamente expuesto a los medios de comunicación desde el fallecimiento de su madre el pasado 8 de septiembre. Carlos III ha estado sometido también a una vertiginosa agenda que lo ha llevado a cada una de las cuatro naciones del Estado (Irlanda del Norte, Gales, Escocia e Inglaterra.) con constantes viajes a Londres para acompañar las ceremonias en honor a la reina.