Nunca antes había sido tan importante para un conductor el hecho de tener un sparring persuasivo, como en la reciente época del Transcaribe.
El sparring ha repotenciado sus habilidades, labia, fraseos y motivación hacia el usuario, con el único propósito de llenar “el pringa” (buseta) antes de que arribe a la estación María Auxiliadora de Transcaribe.
El sparring, valga la aclaración para el público no heroico o amurallado, es un joven que va creciendo como escudero de chofer, cuyo gran, y a veces único sueño, es graduarse, algún día, de conductor de su propia “pringacara”, nombre dado al servicio de buseta, que se ubica en el último lugar en la escala de clasificación de servicio público.
El Estudio General de Transporte Público de Cartagena, Egetranspucar, combina servicios regulares con servicios ilegales o piratas (Morgan, ojo tapa’o), el cual quedó así:
- Uber La Fantástica – Especial Van Service
- Particular: “Vale, estoy haciendo taxi, tú sabes, pa’ la gasolina”.
- Particular: “Vale, estoy haciendo colectivo, pilas súbase”.
- Colectivo puerta a puerta.
- Colectivo Centro-Ruta.
- Colectivo Avenida.
- Colectivo Bosque.
- Colectivo Manga.
- Colectivo Crespo-Aeropuerto.
- Mototaxi.
- Bicitaxi-Manga.
- Bicitaxi Olaya-Perimetral-Los Ejecutivos.
- Campero recoge loco, “pilas con la lata oxidá” Lemaitre-Torices.
- Metrocar sin aire.
- Microbus.
- Busetas nuevas.
- Busetas viejas.
- Taxi: “señor por favor, será que nos puede llevar. Ay señor, por favor, diga que sí, le pagamos lo que nos pida, por favor, por favor, por favor… ¿sí?”
- Taxi: “Errdda mi vale, yo pa ‘lla no cojo”
- “Pringacara”.
Como se observa, Transcaribe no marca en el estudio Egetranspucar, dado que la metodología utilizada, aplica solo para servicios de transportes piratas o legales completos, plenos, no para aquellos fragmentados, improvisados, así estén revestidos de legalidad.
Dejando atrás el Egetranspucar, estudio nada revelador, volvamos a nuestra frase inicial: “Nunca antes había sido tan importante para un conductor el hecho de tener un sparring persuasivo, como en la reciente época del Transcaribe.”. El sparring es un ser cuya mayor felicidad de su existencia es el día que el conductor, sin reparos, permite que él parquee la buseta, terminar una vuelta regular o llevarse la buseta para su casa con la única petición de traerla puntual al día siguiente. Muestra de alta confianza y construcción de fidelidad entre el conductor y el sparring. La integración entre estos dos sujetos, está soportada en las órdenes que el sparring da al conductor, una inversión de jerarquías cuya acentuación en los tiempos de Transcaribe a puesto a dudar a los expertos en urbanismo sobre quién es más importante, si el conductor de “la pringa” o su sparring.
El sparring ante la llega del Transcaribe ha tenido que esforzarse. Al subirse a una buseta, por ejemplo en la Bomba de El Gallo, el esfuerzo del sparring por llenar la buseta se siente en su afán, su verbo repetido, el despliegue de toda una artillería de convencimientos, para lograr que un sujeto se suba a su buseta y le pague sin importar cuánto. Ahora, si logra que pague completo, estaremos ante un sparring excepcional.
Desde la Bomba del Gallo, hasta la Estación de María Auxiliador, donde comienza el servicio gratuito de Transcaribe y la gente se apila como hileras de liendras, el sparring solo pronuncia una retahíla tan dramática como ensordecedora: “Compa, vele, véngase, tía, aguanta, súbase, después paga, arriba, aguanta, córrase por el centro, pilas que hay puesto, viene, arriba, aguanta que se queda, te estoy diciendo, rápido mija, apúrate, que vamos con tiempo, cógelo, aguanta, metete, metete, dale suave, píllala, te tengo mil barras, quién paga ahí, aguanta, dale con todo, viene, aguanta nojoda te estoy diciendo, dale que está en verde, dale duro, cógela, venga que hay puesto, venga abuela rápido, ya le cobro, listo, listo, suave”.
Luego de pasar frente a la Estación de María Auxiliadora el silencio aparece, no hay pasajeros que recoger, la buseta comienza entonces a desocuparse y el sparring se dedica a sacar billetes y monedas de sus bolsillos. Ni un solo pasajero hasta el Centro.
“La gente no va a ser marica de pagar el Transcaribe y después la buseta,
no aguanta; ajá y la gente va a pagar por un Transcaribe mocho,
que cobren la mitá, ¿Sí o no?”
Chalo, el sparring que va colgado de su “pringa” lanza pensamientos en voz alta, decepcionado del recaudo obtenido: “Compa, todo va a cambiar cuando comiencen a cobrar en el Transcaribe ese. La gente no va a ser marica de pagar el Transcaribe y después la buseta, no aguanta; ajá y la gente va a pagar por un Transcaribe mocho, que cobren la mita, ¿Sí o no?”
Chalo devuelve los billetes enrollados a uno de sus bolsillos y deposita las monedas en el contrario, y se dirige al conductor con una sentencia que parece ser el anuncio de su cercana desaparición: “Compa, en la próxima vuelta vamos a ver qué hacemos, uno con el azare pa’ conseguí pasajeros y mira tú… ni la mitad de lo que hacíamos antes… va tocá’ abrirse”.
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Se anuncia cobro de servicio de Transcaribe con recorrido por todas las estaciones a partir del 27 de marzo. Los contadores electrónicos no están instalados. El alcalde anunció un sistema milenario de recaudo “Así sea con plata en mano”. ColCard responsable del montaje de tarjetas electrónicas dice que todo estará listo para el inicio de la fase comercial. El Chalo aún no se ha enterado del asunto.
